Día litúrgico: Sábado IV del tiempo ordinario
Texto del Evangelio (Mc 6,30-34):
En aquel tiempo, los Apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron
todo lo que habían hecho y lo que habían enseñado. Él, entonces, les
dice: «Venid también vosotros aparte, a un lugar solitario, para
descansar un poco». Pues los que iban y venían eran muchos, y no les
quedaba tiempo ni para comer. Y se fueron en la barca, aparte, a un
lugar solitario. Pero les vieron marcharse y muchos cayeron en cuenta; y
fueron allá corriendo, a pie, de todas las ciudades y llegaron antes
que ellos. Y al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos,
pues estaban como ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles
muchas cosas.
Comentario
‘Venid
también vosotros aparte, a un lugar solitario, para descansar un poco’.
Pues los que iban y venían eran muchos, y no les quedaba tiempo
Hoy, el Evangelio nos plantea una situación, una necesidad y una paradoja que son muy actuales.Una situación. Los Apóstoles están “estresados”: «Los que iban y venían eran muchos, y no les quedaba tiempo ni para comer» (Mc 6,30). Frecuentemente nosotros nos vemos abocados al mismo trasiego. El trabajo exige buena parte de nuestras energías; la familia, donde cada miembro quiere palpar nuestro amor; las otras actividades en las que nos hemos comprometido, que nos hacen bien y, a la vez, benefician a terceros... ¿Querer es poder? Quizá sea más razonable reconocer que no podemos todo lo que quisiéramos.
Una necesidad. El cuerpo, la cabeza y el corazón reclaman un derecho: descanso. En estos versículos tenemos un manual, frecuentemente ignorado, sobre el descanso. Ahí destaca la comunicación. Los Apóstoles «le contaron todo lo que habían hecho» (Mc 6,30). Comunicación con Dios, siguiendo el hilo de lo más profundo de nuestro corazón. Y —¡qué sorpresa!— encontramos a Dios que nos espera. Y espera encontrarnos con nuestros cansancios.
Jesús les dice: «Venid también vosotros aparte, a un lugar solitario, para descansar un poco» (Mc 6,31). ¡En el plan de Dios hay un lugar para el descanso! Es más, nuestra existencia, con todo su peso, debe descansar en Dios. Lo descubrió el inquieto Agustín: «Nos has creado para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que no descanse en ti». El reposo de Dios es creativo; no “anestésico”: toparse con su amor centra nuestro corazón y nuestros pensamientos.
Una paradoja. La escena del Evangelio acaba “mal”: los discípulos no pueden reposar. El plan de Jesús fracasa: son abordados por la gente. No han podido “desconectar”. Nosotros, con frecuencia, no podemos liberarnos de nuestras obligaciones (hijos, cónyuge, trabajo...): ¡sería como traicionarnos! Se impone encontrar a Dios en estas realidades. Si hay comunicación con Dios, si nuestro corazón descansa en Él, relativizaremos tensiones inútiles... y la realidad —desnuda de quimeras— mostrará mejor la impronta de Dios. En Él, a
Hermanos: Todos buscamos la sabiduría, pero la sabiduría de Dios es mucho más profunda que nuestra sabiduría humana, aunque la incluye y la enriquece muy mucho con aspectos que no podríamos encontrar por nosotros mismos, como la sabiduría de la cruz. Que el Señor nos dé su sabiduría.
Y que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros.
Feliz y bendecido Sabado !!!!
Oración Colecta
Oh Dios, sabio y amoroso:
Concédenos que sepamos buscar siempre
las cosas realmente importantes, como son:
luz para nuestra conciencia,
comprensión y amor para con la gente,
fidelidad a tu voluntad,
interés y dedicación por tu reino.
Y que todo esto esté inspirado
por el evangelio y el estilo de vida
de Jesucristo tu Hijo, nuestro Señor.
Hermanos: Todos buscamos la sabiduría, pero la sabiduría de Dios es mucho más profunda que nuestra sabiduría humana, aunque la incluye y la enriquece muy mucho con aspectos que no podríamos encontrar por nosotros mismos, como la sabiduría de la cruz. Que el Señor nos dé su sabiduría.
Y que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros.
Feliz y bendecido Sabado !!!