Evangelio y Reflexión de hoy jueves 1 de Agosto 2013

Evangelio según San Mateo 13,47-53.
El Reino de los Cielos se parece también a una red que se echa al mar y recoge toda clase de peces.
Cuando está llena, los pescadores la sacan a la orilla y, sentándose, recogen lo bueno en canastas y tiran lo que no sirve.
Así sucederá al fin del mundo: vendrán los ángeles y separarán a los malos de entre los justos, para arrojarlos en el horno ardiente. Allí habrá llanto y rechinar de dientes.
¿Comprendieron todo esto?". "Sí", le respondieron.
Entonces agregó: "Todo escriba convertido en discípulo del Reino de los Cielos se parece a un dueño de casa que saca de sus reservas lo nuevo y lo viejo".
Cuando Jesús terminó estas parábolas se alejó de allí.

Palabra del Señor.

Reflexión

Terminamos ayer el mes de julio con la memoria de un hombre de horizontes anchos: Ignacio de Loyola. Comenzamos hoy el mes de agosto evocando a otro santo: San Alfonso María de Ligorio.

El evangelio nos ofrece una nueva parábola del capítulo 13 de Mateo. Es la parábola de la "red barredera". Su mensaje es muy parecido al de la siega del trigo y de la cizaña. Mateo acentúa otra vez el juicio que tendrá lugar al final.

Quisiera detenerme hoy en esa comparación que Jesús establece entre el escriba que entiende del reino de los cielos y el padre de familia que "va sacando del arca lo nuevo y lo antiguo". No olvidemos que Mateo escribe para cristianos provenientes del judaísmo. Por esa razón tiene mucho interés en relacionar "lo viejo" (la promesa) y "lo nuevo" (el cumplimiento). La predicación de Jesús no se desconecta del caminar del viejo pueblo. Es, más bien, su culminación.