Del santo Evangelio según san Marcos 7, 24-30
Después Jesús partió de allí y fue a la región de Tiro. Entró en
una casa y no quiso que nadie lo supiera, pero no pudo permanecer
oculto. En seguida una mujer cuya hija estaba poseída por un espíritu
impuro, oyó hablar de él y fue a postrarse a sus pies. Esta mujer, que
era pagana y de origen sirofenicio, le pidió que expulsara de su hija al
demonio. El le respondió: «Deja que antes se sacien los hijos; no está
bien tomar el pan de los hijos para tirárselo a los cachorros». Pero
ella le respondió: «Es verdad, Señor, pero los cachorros, debajo de la
mesa, comen las migajas que dejan caer los hijos». Entonces él le dijo:
«A causa de lo que has dicho, puedes irte: el demonio ha salido de tu
hija». Ella regresó a su casa y encontró a la niña acostada en la cama y
liberada del demonio.
Oración introductoria
Dios mío, ayúdame a buscarte con todo mi corazón, pues, sé que sólo
el encuentro contigo puede cambiar mi vida. No permitas que me canse de
buscarte, sino más bien dame la gracia de ser perseverante. Te pido me
ayudes, en este momento de oración, para que puede escuchar y acoger el
mensaje que me tienes preparado.
Petición
Señor, ayúdame a ser consciente de la importancia de encontrarme contigo para poder hallar la paz que mi alma anhela.
Meditación del Papa Francisco
De hecho Jesús alaba a la mujer siro-fenicia que insistentemente le
pide la curación de su hija. Insistencia que es ciertamente muy
agotador, pero esto es una actitud de la oración. Santa Teresa habla de
la oración como una negociación con el Señor, y esto es posible solo
cuando hay familiaridad con el Señor. Es agotador, es verdad, pero esta
es la oración, esto es conseguir de Dios una gracia. ¡Convencer al Señor
con las virtudes del Señor! ¡Esto es hermoso! La exposición de Abraham
va al corazón del Señor y Jesús nos enseña lo mismo: "El Padre sabe las
cosas. El padre -no se preocupen-, hace llover sobre los justos y los
pecadores, el sol para los justos y para los pecadores". Con este
argumento, Abraham continúa. Yo me detendría aquí: orar y negociar con
el Señor, incluso volverse inoportuno con el Señor. Orar y alabar al
Señor en las cosas buenas que tiene, y decirle que estas cosas bellas
que tiene, las envíe a nosotros. ¡Y si Él es tan misericordioso, tan
bueno, que nos ayude!. (S.S. Francisco, 1 de julio de 2013, homilía en misa matutina en capilla de Santa Marta).
Reflexión
Es necesario conocer y encontrarnos con Cristo para poder darlo a
los demás. Así la mujer sirofenicia buscó luchar entre tanta gente para
poder hablar con Cristo. En el diálogo con el Señor se le otorgó el
favor que pedía. La oración debe preceder a la acción; la contemplación
antes de la conquista.
Propósito
En este día buscaré un verdadero encuentro con Cristo en la oración y
en la lectura del Evangelio para inspirar mi día con los criterios de
Jesús.
Diálogo con Cristo
¡Qué gusto saber que te puedo encontrar en la oración y que tienes
un don especial preparado para mí! Quieres que me acerque con verdadera
humildad y fe porque sólo así te doy el lugar que verdaderamente te
mereces. Concédeme vivir con esta actitud durante todo el día para así
escuchar tu voz y poder darte a conocer a los demás.
"Para que la oración sea realmente fructuosa, ha de brotar del corazón y debe ser capaz de tocar el corazón de Dios"
(Madre Teresa de Calcuta)
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