![]() Jesús en la sinagoga de Nazaret Lucas 4, 14-22, Navidad. Cristo usa todos los momentos para poder dar a conocer el mensaje de la salvación. Del santo Evangelio según san Lucas 4, 14-22 En aquel tiempo, Jesús volvió a Galilea por la fuerza del Espíritu, y su fama se extendió por toda la región. Él iba enseñando en sus sinagogas, alabado por todos. Vino a Nazaret, donde se había criado y, según su costumbre, entró en la sinagoga el día de sábado, y se levantó para hacer la lectura. Le entregaron el volumen del profeta Isaías y desenrollando el volumen, halló el pasaje donde estaba escrito: El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor. Enrollando el volumen lo devolvió al ministro, y se sentó. En la sinagoga todos los ojos estaban fijos en Él. Comenzó, pues, a decirles: «Esta Escritura, que acabáis de oír, se ha cumplido hoy». Y todos daban testimonio de Él y estaban admirados de las palabras llenas de gracia que salían de su boca. Y decían: «¿No es éste el hijo de José?» Oración introductoria Padre bueno, yo también digo que «el Espíritu del Señor está sobre mí» porque desde mi bautismo me has regalado la gracia de ser morada del Espíritu Santo. Abre mi mente y mi corazón para que esta oración me dé la sabiduría para comprender, vivir y trasmitir tu verdad. Petición Espíritu Santo, hazme dócil a todas tus inspiraciones. Meditación del Papa Francisco En Nazaret todos esperaban a Jesús. Querían encontrarlo porque habían escuchado lo que Jesús había hecho en Cafarnaún y los milagros. Y cuando inicia la ceremonia le piden al huésped que lea el libro. Jesús lo hace y lee el libro del profeta Isaías que era un poco la profecía sobre Él y por ello concluye la lectura diciendo: Hoy se cumple esta escritura que ustedes han escuchado. Después de una primera reacción positiva alguno movido por la polilla de la envidia comenzó a decir: "¿Dónde estudió éste? ¿No es el hijo de José? Y nosotros conocemos a toda su familia, ¿y en qué universidad estudió?". Entonces pretendían que le hiciera un milagro: solamente después habrían creído. Ellos querían el espectáculo, pero Jesús no era un artista. Jesús no hizo milagros en Nazaret y subrayó la poca fe de quien pedía el "espectáculo" (S.S. Francisco, 2 de septiembre de 2013, Misa matutina en la capilla de Santa Marta).. Reflexión "Un profeta nunca es bien recibido en su propia casa" Estas palabras, Jesús las dice por la falta de fe de sus compatriotas. En esta ocasión se encuentra en casa. Según su costumbre, dice el pasaje, se levantó para leer en la sinagoga. Usa todos los momentos para poder dar a conocer el mensaje de la salvación que está por llegar. No quiere perder ninguna oportunidad para enseñarles a los hombres un poco más acerca de su Padre. El Espíritu del Señor está sobre mí. Qué realidad de la vida de Cristo. Siempre ha sido movido por el Espíritu, es más, antes cualquier empresa importante en su vida precede un tiempo magnifico, y bien aprovechado, de oración. Momentos muy preciados en su vida. La oración en Jesús siempre toma un lugar predilecto. Él así lo vive y así nos lo enseña. Propósito No ser indiferente a la inspiración del Espíritu Santo que me impulsa a encontrarme con los demás. Diálogo con Cristo Señor, te pido me des la gracia para guiarme en todo por el Espíritu Santo, que Él me inspire lo que debo pensar, lo que debo decir, lo que debo callar, lo que debo hacer, cómo debo obrar para procurar el bien de los hombres y el cumplimiento de mi misión. No puedo hacer nada sin la inspiración del Espíritu Santo, pongo en manos de María mi esfuerzo consciente y firme por trabajar y cooperar con Él sin límite ni reserva alguna. | |
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Nuestra vida está llena de fantasmasJueves después de Epifanía (9 de Enero)“Ellos, viéndolo andar sobre el agua, pensaron que era un fantasma y dieron un grito, porque al verlo se habían sobresaltado. Pero él les dirige en seguida la palabra y les dice: “Animo, soy yo, no tengáis miedo”. (Mc 6,45-52) ![]() Cuando nos proponen un reto o desafío, comenzamos a ver el fantasma del miedo. Cuando nos proponen una meta demasiado alta para nosotros, comenzamos a ver el fantasma del imposible. Cuando nos proponen un cambio, comenzamos a ver el fantasma de la inseguridad. Cuando nos proponen que es preciso tomar el Evangelio en serio, comenzamos a ver el fantasma de que no es para nosotros. Cuando nos proponen que estamos llamados a ser santos, comenzamos a ver el fantasma de que eso no es para nosotros. Nuestra vida está llena de fantasmas. El fantasma del “yo no puedo”. El fantasma del “es imposible”. El fantasma del “qué dirán”. El fantasma de “ser infiel al pasado”. El fantasma del “y si me equivoco”. Se trata de esos fantasmas: Que nos impiden ver la realidad. Que nos impiden fiarnos de Dios. Que nos impiden creer en nosotros mismos. Que nos impiden creer que es la voluntad de Dios. Son esos fantasmas que nos impiden crecer. Que nos impiden afrontar los desafíos. Que nos impiden ser creativos. Que nos impiden creer en el cambio. Que nos impiden creer que la Iglesia tiene que rejuvenecerse. Que nos impiden creer que la Iglesia tiene que caminar con la historia. Que nos impiden creer que la Iglesia es historia y no archivo del pasado. Por eso es preciso, aunque sea de noche, creer que es Jesús el que camina sobre las aguas. Por eso es preciso, aunque nos parezca todo imposible, creer que es Jesús el que nos habla. Por eso es preciso, aunque tengamos miedo, escuchar que Jesús nos dice: “No tengáis miedo, soy yo”. Por eso es preciso, aunque creamos que todo depende de nosotros, que es Jesús quien nos habla y tranquiliza. Será necesario descubrir: ¿Cuántos fantasmas hay en nuestras vidas que nos paralizan? ¿Cuántos fantasmas hay en nuestras vidas que nos impiden avanzar? ¿Cuántos fantasmas hay en nuestras vidas que nos impiden tomar decisiones? ¿Cuántos fantasmas hay en la Iglesia que la impiden rejuvenecerse? ¿Cuántos fantasmas hay en la Iglesia que la impiden cambiar? ¿Cuántos fantasmas hay en la Iglesia que la hacen sospechar de todo? ¿Cuántos fantasmas hay en la Iglesia que la impiden abrirse a las llamadas de Dios hoy? Es necesario saber que: Aún en la oscuridad, está presente Jesús. Aún en la oscuridad, tenemos cercano a Jesús. Aún en la oscuridad y los problemas de la Iglesia, hay un Jesús que la guía. Aún en la oscuridad y los momentos difíciles de la Iglesia, hay un Jesús que nos dice: “soy yo, no tengáis miedo”. No siempre el viento sopla a nuestro favor. No siempre el viento nos ayuda a navegar. Todos pasamos por momentos difíciles. Todos pasamos por noches oscuras. Todos pasamos por esos momentos en los que todo se ve imposible. Lo importante es saber que, también entonces Jesús está presente. Lo importante es saber que, aunque no lo veamos, él está con nosotros. Cristianos, no tengáis miedo. Esposos, no tengáis miedo. Padres, no tengáis miedo. Hijos, no tengáis miedo. Sacerdotes, no tengáis miedo. Religiosos, no tengáis miedo. Iglesia, no tengas miedo. .juanjauregui.es |