San Lucas, Evangelista
“No andéis de casa en casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad los enfermos que haya y decid: “Está cerca de vosotros el Reino de Dios”. (Lc 10,1-9)
Me suelo preguntar ¿dónde está la fuerza y por qué vende tanto la publicidad?

“Adelgazar en tantos días”.
“Dormir placenteramente”.
“Olvídese de la gripe”.
“Olvídese y consiga lo que más desea”.
“No se prive de la última novedad”.
Y slogans de este tipo nos saturan cada día.
Es que todos esperamos que nos den buenas noticias.
Es que todos esperamos cambiar y mejorar nuestras vidas.
Es que todos necesitamos que alguien nos abra a la esperanza.
¿Era Jesús un publicista?
Ciertamente que no, pero tenía alma de publicista, de llegar al corazón y anunciar cosas nuevas.
Por eso, envía a estos setenta y dos, para que fuesen delante de él preparando el ambiente.
Y como exigencia: “curad a los enfermos que haya y decid: “Está cerca de vosotros el Reino de Dios”.
Nada de anunciar desgracias.
Nada de anunciar más complicaciones en la vida.
Llevad la buena noticia.
Decid que “El Reino está cerca de vosotros”.
Decid que el cambio ya está en camino.
Decid que lo nuevo ya está ahí.
Decid que un nuevo futuro está ya tocando a la puerta.
Decid que un mundo nuevo está ya entrando por la puerta.
Decid que una nueva vida es posible.
Decid que una nueva primavera ha comenzado a florecer.
La gente está demasiado cargada de problemas.
La gente está demasiado cargada de sufrimientos.
La gente está necesitada de esperanzas.
La gente está necesitada de ilusiones.
La gente está necesitada de alegría en el corazón.
La gente está necesitada de más primaveras y menos inviernos.
No es que la Iglesia sea ahora una agencia de publicidad.
Al contrario:
La Iglesia está llamada a ser una agencia de vida.
La Iglesia está llamada a ser una agencia de esperanzas.
La Iglesia está llamada a ser agencia de anuncios de salvación y no de condenación.
La Iglesia está llamada a ser agencia que anuncia cada día buenas noticias.
La Iglesia está llamada a ser agencia que anuncia lo que está vivo y no lo que está muerto.
La Iglesia está llamada a ser agencia que anuncia la novedad del Reino, no lo viejo que ya pasó.
La Iglesia está llamada a ser agencia que anuncia lo que está viniendo no lo que pasó.
La Iglesia está llamada a ser agencia que anuncia amor y no desamor.
La Iglesia está llamada a ser agencia que bendice y no maldice.
La Iglesia está llamada a ser agencia que reconoce los esfuerzos de cada uno y no los detiene sino que los anima.
La Iglesia está llamada a ser agencia que anuncia que “El Reino de Dios está cerca de vosotros”.
La Iglesia solo irá por delante preparando los caminos de Jesús, proclamando el Evangelio. Las Buenas Noticias de Dios a los hombres.
juanjauregui.es