Lectura del santo evangelio según san Mateo
(13,16-17):
En
aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «¡Dichosos vuestros ojos, porque
ven, y vuestros oídos, porque oyen! Os aseguro que muchos profetas y justos
desearon ver lo que veis vosotros y no lo vieron, y oír lo que oís y no lo
oyeron.»
Palabra
del Señor
Reflexión
Cuando
un médico quiere poner una vacuna, necesita que el paciente relaje sus músculos
y sea dócil, porque si no, la aguja le hará daño y puede quedarse sin recibir
la medicina.
Dios
regaló a su pueblo una Ley e hizo con él una Alianza. De esta manera le preparó
para la venida de su Hijo. Sin embargo, algunos endurecieron el corazón y no
fueron capaces de acoger la Revelación. Por eso Jesús se muestra triste en este
pasaje evangélico, porque Él era el cumplimiento de lo que anunciaron los
profetas y justos y muchos no supieron recibirle.
Las
palabras desconcertantes: "al que tiene se le dará de sobra, y al que no
tiene, se le quitará hasta lo que tiene" se refieren al aumento o
disminución de la capacidad para entender el mensaje de Cristo. Unos
comprenderán y se alegrarán con esa luz, pero los que se endurecen
voluntariamente quedarán más confundidos.
Jesús
nos pide docilidad, sencillez de corazón, apertura para poder acoger sus
palabras. Aunque es posible que no nos sintamos capacitados para ello. En este
caso, debemos pedirle confiadamente: "Señor, ayúdame, haz que vea, que
comprenda lo que quieres decirme".