Evangelio y Comentario de hoy Martes 16 de Julio 2014

Foto: Autor: José Fernández de Mesa | Fuente: Catholic.net
Acción de gracias al Padre
Mateo 11, 25-27. Tiempo Ordinario. Ser sencillos, es lo que nos pide Dios para revelarnos muchas cosas.
 
Acción de gracias al Padre
De santo Evangelio según san Mateo 11, 25-27 

Por aquel tiempo tomó Jesús la palabra y dijo: Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque ocultaste estas cosas a los sabios y discretos y las revelaste a los pequeñuelos. Sí, Padre, porque así te ha parecido bien. Todo me ha sido entregado por mi Padre y nadie conoce al Hijo sino el Padre y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. 

Oración introductoria 

Gracias, Padre, por el don de mi fe que me lleva a buscarte humildemente en la oración. Busco la fuerza de voluntad para vivir auténticamente mi fe, porque te amo con todo mi corazón y con toda mi mente. Confío plenamente en que me mostrarás el camino para conocer la voluntad de Dios. 

Petición 

Señor, dame un corazón abierto a las inspiraciones de tu Santo Espíritu. 

Meditación del Papa Francisco 

Queridos hermanos, el resultado del trabajo pastoral no se basa en la riqueza de los recursos, sino en la creatividad del amor. Ciertamente es necesaria la tenacidad, el esfuerzo, el trabajo, la planificación, la organización, pero hay que saber ante todo que la fuerza de la Iglesia no reside en sí misma sino que está escondida en las aguas profundas de Dios, en las que ella está llamada a echar las redes. 
Otra lección que la Iglesia ha de recordar siempre es que no puede alejarse de la sencillez, de lo contrario olvida el lenguaje del misterio, y se queda fuera, a las puertas del misterio, y, por supuesto, no consigue entrar en aquellos que pretenden de la Iglesia lo que no pueden darse por sí mismos, es decir, Dios. A veces perdemos a quienes no nos entienden porque hemos olvidado la sencillez, importando de fuera también una racionalidad ajena a nuestra gente. Sin la gramática de la simplicidad, la Iglesia se ve privada de las condiciones que hacen posible "pescar" a Dios en las aguas profundas de su misterio. (S.S. Francisco, 27 de julio de 2013). 

Reflexión 

Es necesario ponerse las gafas de la fe para contemplar todas las maravillas y tesoros que Dios hizo para nosotros. Ríos, mares, montañas nevadas, amaneceres y atardeceres, el amor de una madre y la caricia de un padre. Sin embargo, es justo mirar estas maravillas de Dios para reconocer su misericordia y su amor. La luz, en virtud de las personas, circunstancias y acontecimientos adquiere un valor nuevo que nunca podrían tener. En efecto, viniendo al mundo y viviendo entre nosotros, Jesús siempre ha preferido la sencillez y la claridad, a la oscuridad y maldad. 

Sin embargo, podemos decir que Dios es oscuro e incomprensible, hasta inexistente para los soberbios que tienen el corazón cerrado en sí mismos que piensan no tener necesidad de nadie, tampoco de Dios sino sólo de sí mismos. Es el mismo hombre quien se crea complicaciones mentales para hacer inaccesible el conocimiento y aceptación de la voluntad de Dios. Así, ¿cómo puede dar el salto a la fe si su corazón está recargado por el inútil equipaje de sus hipocresías y de sus muchas inquietudes? Aquella" sabiduría" es pesada a los que se consideran "sabios" del mundo pero es vital para el fiel cristiano, que se tira con los ojos cerrados en las manos de Dios. Aprendamos, por ello, a practicar la humildad del corazón y de la mente. 

Liberémonos de los pesados fardos que nos oprimen y respiremos a pleno pulmón el aire fragante del conocimiento personal del amor de Dios. 

Propósito 

Imitar el modelo de evangelización de María: una fe recia, una esperanza viva y una caridad ardiente. 

Diálogo con Cristo 

Gracias, Espíritu Santo, por tus dones de entendimiento, sabiduría y ciencia. Permite que, siguiendo el ejemplo de Maria, los use para el bien, no para encerrarme en mi orgullo, autosuficiencia o soberbia, queriendo depender de mí mismo en vez de abandonarme en la misericordia de tu amor, con la confianza con que un niño se sosiega en los brazos de sus padres.Autor: José Fernández de Mesa | Fuente: Catholic.net
Acción de gracias al Padre
Mateo 11, 25-27. Tiempo Ordinario. Ser sencillos, es lo que nos pide Dios para revelarnos muchas cosas.

Acción de gracias al Padre
De santo Evangelio según san Mateo 11, 25-27

Por aquel tiempo tomó Jesús la palabra y dijo: Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque ocultaste estas cosas a los sabios y discretos y las revelaste a los pequeñuelos. Sí, Padre, porque así te ha parecido bien. Todo me ha sido entregado por mi Padre y nadie conoce al Hijo sino el Padre y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.

Oración introductoria

Gracias, Padre, por el don de mi fe que me lleva a buscarte humildemente en la oración. Busco la fuerza de voluntad para vivir auténticamente mi fe, porque te amo con todo mi corazón y con toda mi mente. Confío plenamente en que me mostrarás el camino para conocer la voluntad de Dios.

Petición

Señor, dame un corazón abierto a las inspiraciones de tu Santo Espíritu.

Meditación del Papa Francisco

Queridos hermanos, el resultado del trabajo pastoral no se basa en la riqueza de los recursos, sino en la creatividad del amor. Ciertamente es necesaria la tenacidad, el esfuerzo, el trabajo, la planificación, la organización, pero hay que saber ante todo que la fuerza de la Iglesia no reside en sí misma sino que está escondida en las aguas profundas de Dios, en las que ella está llamada a echar las redes.
Otra lección que la Iglesia ha de recordar siempre es que no puede alejarse de la sencillez, de lo contrario olvida el lenguaje del misterio, y se queda fuera, a las puertas del misterio, y, por supuesto, no consigue entrar en aquellos que pretenden de la Iglesia lo que no pueden darse por sí mismos, es decir, Dios. A veces perdemos a quienes no nos entienden porque hemos olvidado la sencillez, importando de fuera también una racionalidad ajena a nuestra gente. Sin la gramática de la simplicidad, la Iglesia se ve privada de las condiciones que hacen posible "pescar" a Dios en las aguas profundas de su misterio. (S.S. Francisco, 27 de julio de 2013).

Reflexión

Es necesario ponerse las gafas de la fe para contemplar todas las maravillas y tesoros que Dios hizo para nosotros. Ríos, mares, montañas nevadas, amaneceres y atardeceres, el amor de una madre y la caricia de un padre. Sin embargo, es justo mirar estas maravillas de Dios para reconocer su misericordia y su amor. La luz, en virtud de las personas, circunstancias y acontecimientos adquiere un valor nuevo que nunca podrían tener. En efecto, viniendo al mundo y viviendo entre nosotros, Jesús siempre ha preferido la sencillez y la claridad, a la oscuridad y maldad.

Sin embargo, podemos decir que Dios es oscuro e incomprensible, hasta inexistente para los soberbios que tienen el corazón cerrado en sí mismos que piensan no tener necesidad de nadie, tampoco de Dios sino sólo de sí mismos. Es el mismo hombre quien se crea complicaciones mentales para hacer inaccesible el conocimiento y aceptación de la voluntad de Dios. Así, ¿cómo puede dar el salto a la fe si su corazón está recargado por el inútil equipaje de sus hipocresías y de sus muchas inquietudes? Aquella" sabiduría" es pesada a los que se consideran "sabios" del mundo pero es vital para el fiel cristiano, que se tira con los ojos cerrados en las manos de Dios. Aprendamos, por ello, a practicar la humildad del corazón y de la mente.

Liberémonos de los pesados fardos que nos oprimen y respiremos a pleno pulmón el aire fragante del conocimiento personal del amor de Dios.

Propósito

Imitar el modelo de evangelización de María: una fe recia, una esperanza viva y una caridad ardiente.

Diálogo con Cristo

Gracias, Espíritu Santo, por tus dones de entendimiento, sabiduría y ciencia. Permite que, siguiendo el ejemplo de Maria, los use para el bien, no para encerrarme en mi orgullo, autosuficiencia o soberbia, queriendo depender de mí mismo en vez de abandonarme en la misericordia de tu amor, con la confianza con que un niño se sosiega en los brazos de sus padres.
 
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Miércoles de la semana 15 del tiempo ordinario
“Exclamó Jesús: “Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla”. (Mt 11,25-27)
Señor, esta vez te han pillado.
Siempre nos dicen que te retirabas a orar, a hablar con el Padre.
Pero no nos decían lo que hablabas con Él.
Bueno, también Tú tienes derecho a tu intimidad.
Pero esta vez, te pillaron.
Y el Evangelista, felizmente, violó tu intimidad y nos contó tus secretos sentimientos.

Es un momento de gozo de tu corazón.
Una oración donde Jesús expresa una experiencia pastoral.
Una oración donde Jesús expresa su alegría al ver cómo la gente sencilla y sin prejuicios, se abre al misterio de la gracia.
Una oración donde Jesús goza viendo a esa pobre gente, errante y sin pastor, con un corazón abierto, con un corazón disponible para escuchar y aceptar el anuncio del Evangelio.

No es una oración desde uno mismo.
Es la oración hecha desde la mirada hacia los demás.
Es la oración hecha desde el tomar conciencia de cómo la semilla echa raíces en el corazón de los sencillos.
Es la oración hecha gozando de la bondad del corazón de los demás.
Es la oración en la que se agradece a Dios la belleza de los demás abriéndose al Evangelio.

Es un momento en el que Jesús, “el enviado”, habla con el Padre, como quien le manda una carta contándole su experiencia humana, cómo le está yendo con los hombres.
Una oración donde:
Reconoce al Padre, como Señor de todo, del cielo y de la tierra.
Reconoce que no todos tienen la misma disponibilidad frente a su misión.
Reconoce que:
Hay gente que sabe mucho.
Pero se encierra en sus ideas religiosas.
Ideas que impiden entrar el Evangelio en sus mentes y en su corazón.
Mentes y corazones con muchas resistencias.
Pero que también hay gente muy sencilla.
Gente que, posiblemente, no sabe leer ni escribir.
Gente que, sin embargo, sabe escuchar.
Gente que recibe con gozo el anuncio de la Buena Noticia.

Me gusta este modo de orar de Jesús:
Porque muestra su interés por los demás.
Porque muestra que, la respuesta de la gente, no le es indiferente.
Porque muestra el gozo de cómo la gente sencilla del pueblo se abre al anuncio.

Porque muestra el gozo de cómo la gracia va calando en esos corazones simples.
No es que Jesús esté contra los sabios y los muy entendidos.
Lo que a Jesús le preocupa es:
Cómo el saber, en vez de ayudar, puede convertirse en obstáculo.
Cómo el saber, en vez de facilitar, puede convertirse en dificultad.
Cómo el saber, no siempre implica un corazón más abierto.

Jesús no le pide al Padre que, los que no saben leer ni escribir, sigan como limitados e ignorantes humanamente.
Jesús quiere el desarrollo integral de todos.
Pero se admira, goza, disfruta y da gracias de esos corazones siempre abiertos a las posibilidades de la gracia.
Da gracias al Padre y comparte con Él su gozo, por los corazones que no se resisten sino que se dejan tocar de la gracia.

juanjauregui.es