![Foto: Santo Evangelio Marzo 15, 2014
Cambiar al mundo sin hacer ruido
Mateo 5, 43-48.
Cuaresma.
Saber perdonar es un don y una gracia, pero está al alcance ¡aunque nos parezca imposible!
Del santo Evangelio según san Mateo 5, 43-48
Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener? ¿No hacen eso mismo también los publicanos? Y si no saludáis más que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de particular? ¿No hacen eso mismo también los gentiles? Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial.
Oración introductoria
Aquí estoy, Señor, en tu presencia. Quiero estar contigo estos momentos para que llenes mi corazón de tu amor, de tu bondad. Tú conoces mi alma, sabes cuánto me cuesta salir de mí mismo y amar de verdad. Por eso, vengo a ti, que eres la fuente de amor, para que acercándome tanto a la hoguera de tu caridad, mi corazón y mi vida ardan en tu amor.
Petición
Señor, llena mi corazón de tu amor.
Meditación del Papa Francisco
Jesús nos invita a ser prefectos como el Padre es perfecto. Y Jesús perdona a sus enemigos. Vengarse no es cristiano. ¿Cómo podemos entonces lograr a amar a nuestros enemigos?
Rezando porque cuando uno reza por quien te hace sufrir, es como si el Señor viene con el aceite y prepara nuestros corazones a la paz. ¡Rezar! Es lo que Jesús nos aconseja: Recen por sus enemigos, por aquellos que les persiguen. ¡Recen! Y díganle a Dios: Cámbiale el corazón, tiene un corazón de piedra, pero cámbialo, dale un corazón de carne, que sienta el bien y que ame.
¿Rezo yo por mis enemigos? ¿Rezo por aquellos que no me quieren? Si nosotros decimos "sí", yo les digo: sigan adelante, recen más, ese es un buen camino. Si la respuesta es "no", el Señor dice: Pobrecito, también tú eres enemigo de los otros. [...]
¡Para los criterios del mundo no es un buen negocio! Pero este es el camino que recorrió Jesús, que de rico se hizo pobre por nosotros. En una pobreza en la que está la gracia que nos justifica a todos y nos hace ricos porque es el misterio de la salvación. (Cf. S.S. Francisco, 18 de junio de 2013, homilía en la capilla de Santa Marta).
Reflexión
La cadena de injusticia es como una fila donde diez personas están formadas. El primero de la fila se voltea y le pega al segundo, éste a su vez repite lo mismo con el que tiene atrás y así se siguen. Pero al llegar al quinto miembro de la fila, éste, al voltearse, le da un abrazo al de atrás y perdona al que le golpeó. Rompe la cadena de violencia. Absorbe violencia y responde con amor. Esto es lo que Cristo vino a enseñarnos, viviéndolo él en primera persona. Ante todas las ofensas que recibe, mías y de tanta otra genta, su respuesta siempre es la misma: amor y perdón. Y esto lo podemos vivir en las situaciones más ordinarias de nuestra vida, ante una queja, ante la crítica que recibimos, un mal gesto, una ofensa, al ser olvidados en algo importante u otra situación diaria. Pero esto requiere una profunda actitud de humildad, la cual sólo lograremos aprendiendo en la oración con Cristo.
Propósito
Responder con un gesto de amor (una sonrisa, la palabra "gracias", con paciencia, con perdón...) las ofensas que reciba el día de hoy.
Diálogo con Cristo
Jesús, Tú que eres manso y humilde de corazón, enséñame la virtud de saber amar a mis enemigos, a aquellos que me ofenden, a comprenderlos o tan sólo saber perdonarlos. Es difícil, pero sé que contigo nada es imposible. Llena mi corazón de tu amor a tal grado que pueda transmitir tu amor a todos los que me rodean. Que tu corazón, Señor, lata en mi pecho toda mi vida.
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Autor: Héctor Bárcenas Gómez | Fuente: Catholic.net](https://fbcdn-sphotos-f-a.akamaihd.net/hphotos-ak-prn1/t1/q71/s480x480/69551_10152327415624766_1290573436_n.jpg)
Cambiar al mundo sin hacer ruido
Mateo 5, 43-48.
Cuaresma.
Saber perdonar es un don y una gracia, pero está al alcance ¡aunque nos parezca imposible!
Del santo Evangelio según san Mateo 5, 43-48
Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener? ¿No hacen eso mismo también los publicanos? Y si no saludáis más que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de particular? ¿No hacen eso mismo también los gentiles? Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial.
Oración introductoria
Aquí estoy, Señor, en tu presencia. Quiero estar contigo estos momentos para que llenes mi corazón de tu amor, de tu bondad. Tú conoces mi alma, sabes cuánto me cuesta salir de mí mismo y amar de verdad. Por eso, vengo a ti, que eres la fuente de amor, para que acercándome tanto a la hoguera de tu caridad, mi corazón y mi vida ardan en tu amor.
Petición
Señor, llena mi corazón de tu amor.
Meditación del Papa Francisco
Jesús nos invita a ser prefectos como el Padre es perfecto. Y Jesús perdona a sus enemigos. Vengarse no es cristiano. ¿Cómo podemos entonces lograr a amar a nuestros enemigos?
Rezando porque cuando uno reza por quien te hace sufrir, es como si el Señor viene con el aceite y prepara nuestros corazones a la paz. ¡Rezar! Es lo que Jesús nos aconseja: Recen por sus enemigos, por aquellos que les persiguen. ¡Recen! Y díganle a Dios: Cámbiale el corazón, tiene un corazón de piedra, pero cámbialo, dale un corazón de carne, que sienta el bien y que ame.
¿Rezo yo por mis enemigos? ¿Rezo por aquellos que no me quieren? Si nosotros decimos "sí", yo les digo: sigan adelante, recen más, ese es un buen camino. Si la respuesta es "no", el Señor dice: Pobrecito, también tú eres enemigo de los otros. [...]
¡Para los criterios del mundo no es un buen negocio! Pero este es el camino que recorrió Jesús, que de rico se hizo pobre por nosotros. En una pobreza en la que está la gracia que nos justifica a todos y nos hace ricos porque es el misterio de la salvación. (Cf. S.S. Francisco, 18 de junio de 2013, homilía en la capilla de Santa Marta).
Reflexión
La cadena de injusticia es como una fila donde diez personas están formadas. El primero de la fila se voltea y le pega al segundo, éste a su vez repite lo mismo con el que tiene atrás y así se siguen. Pero al llegar al quinto miembro de la fila, éste, al voltearse, le da un abrazo al de atrás y perdona al que le golpeó. Rompe la cadena de violencia. Absorbe violencia y responde con amor. Esto es lo que Cristo vino a enseñarnos, viviéndolo él en primera persona. Ante todas las ofensas que recibe, mías y de tanta otra genta, su respuesta siempre es la misma: amor y perdón. Y esto lo podemos vivir en las situaciones más ordinarias de nuestra vida, ante una queja, ante la crítica que recibimos, un mal gesto, una ofensa, al ser olvidados en algo importante u otra situación diaria. Pero esto requiere una profunda actitud de humildad, la cual sólo lograremos aprendiendo en la oración con Cristo.
Propósito
Responder con un gesto de amor (una sonrisa, la palabra "gracias", con paciencia, con perdón...) las ofensas que reciba el día de hoy.
Diálogo con Cristo
Jesús, Tú que eres manso y humilde de corazón, enséñame la virtud de saber amar a mis enemigos, a aquellos que me ofenden, a comprenderlos o tan sólo saber perdonarlos. Es difícil, pero sé que contigo nada es imposible. Llena mi corazón de tu amor a tal grado que pueda transmitir tu amor a todos los que me rodean. Que tu corazón, Señor, lata en mi pecho toda mi vida.
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El amor, todo un reto
Sábado de la Primera Semana de Cuaresma
“Habéis oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo” y aborrecerás a tu enemigo. Yo, en cambio, os digo: Amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen. Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos”. (Mt 5,43-48)
El “antes se dijo” lo hemos aprendido muy bien. ¿Habremos aprendido igualmente lo que “ahora” nos dice Jesús?
Nada de odiar al enemigo.
Porque el que le sigue no tiene enemigos.
Porque hasta los enemigos son hijos de Dios y hermanos nuestros.
Jesús nos hace una invitación a la universalidad del amor.
Así como el Padre regala, tanto el sol como la lluvia, a buenos y malos, a justos e injustos, sin excluir a nade, así ha de ser el que quiera seguir a Jesús.
Todo un reto y un desafío.
La pregunta que hoy nos hace es muy simple: ¿Te atreverías a amar?
1.- ¿Te atreverías a amar? Piénsalo bien. El amor es paciente y lo excusa todo.
¿Cuánta capacidad tienes tú hoy de aguantar a los demás y disculparlos de sus debilidades y flaquezas?
Porque amar a los demás, es excusarlos y comprenderlos en sus equivocaciones.
¿Te atreves a amar así hoy?
2.- ¿Te atreverías a amar? Piénsalo bien. El amor no es envidioso.
Al contrario, goza y celebra todo lo bueno que descubre en los demás. ¿Estarías tú dispuesto hoy a hacer fiesta en tu corazón por las cosas buenas que descubres en los demás, incluso de aquellos que te caen cuadrados e, incluso, por lo que tú no tienes y tienen los demás?
¿Te atreves a amar así hoy?
3.- ¿Te atreves a amar? Piénsalo bien. El amor no se engríe.
El que ama no es un creído, un autosuficiente.
Al contrario, el que ama es humilde, sencillo y noble.
Es vidrio transparente.
¿Te animas a ser transparente hoy con todos, con los que te molestan y fastidian, y claro está comenzando por ser transparente contigo mismo?
¿Te atreves a amar así hoy?
4.- ¿Te atreves a amar? Piénsalo bien. El amor es servicial.
El que ama tiene que estar siempre al servicio de los demás.
Al servicio de los buenos y también de los malos.
Quien no sabe servir no ha aprendido a amar.
Quien no es capaz de servir, no es capaz de amar.
¿Cuál es tu espíritu de servicio hasta hoy, sobre todo para con aquellos que no son de los tuyos, no son de tu grupo?
¿Y qué reservas de servicialidad hay en ti aún?
¿Te atreves a amar así hoy?
5.- ¿Te atreves a amar? Piénsalo bien. El amor no busca su propio interés.
Quien ama por intereses personales ya no ama.
Busca hacer inversiones en el corazón de los demás.
Y eso, más que amor se llama negocio.
Amar no puede ser un negocio sino una gratuidad.
¿Te atreves a amar así hoy?
6.- ¿Te atreves a amar? Piénsalo bien. El amor no se irrita. No se encoleriza.
No se le calienta la cabeza.
Al contrario, el amor es paciente, sereno y tranquilo.
El corazón que ama tiene más la serenidad del lago que la violencia de las aguas torrenciales del río.
¿Estarías dispuesto a no calentarte hoy con los tuyos, por más que las cosas no te salgan bien o los demás te fallen?
¿Te atreves a amar así hoy?
7.- ¿Te atreves a amar? Piénsalo bien. El amor todo lo cree y todo lo espera.
Amar es creer a los demás. Es fiarse de ellos. Es tener fe en ellos.
También en aquellos que, algún día te defraudaron o engañaron.
Y además es tener esperanza en ellos.
Amar es tener la capacidad de creer que el otro, también tus enemigos, pueden cambiar.
Amar es tener la capacidad de creer que el otro es bueno, pero aún puede ser mejor.
Amar es sentir que los demás significan mucho para nosotros.
¿Te atreves a amar así hoy?