Evangelio y Comentario de hoy Sabado 25 de Enero 2014

Día litúrgico: 25 de Enero: La Conversión de san Pablo, apóstol
Texto del Evangelio (Mc 16,15-18): En aquel tiempo, Jesús se apareció a los once y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará. Éstas son las señales que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas, agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien».
Comentario
Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva
Hoy, la Iglesia celebra la fiesta de la Conversión de san Pablo, apóstol. El breve fragmento del Evangelio según san Marcos recoge una parte del discurso acerca de la misión que confiere el Señor resucitado. Con la exhortación a predicar por todo el mundo va unida la tesis de que la fe y el bautismo son requisitos necesarios para la salvación: «El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará» (Mc 16,16). Además, Cristo garantiza que a los predicadores se les dará la facultad de hacer prodigios o milagros que habrán de apoyar y confirmar su predicación misionera (cf. Mc 16,17-18). La misión es grande —«Id por todo el mundo»—, pero no faltará el acompañamiento del Señor: «Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mt 28,20).

La oración colecta de hoy, propia de la fiesta, nos dice: «Oh Dios, que con la predicación del Apóstol san Pablo llevaste a todos lo pueblos al conocimiento de la verdad, concédenos, al celebrar hoy su conversión, que, siguiendo su ejemplo, caminemos hacia Ti como testigos de tu verdad». Una verdad que Dios nos ha concedido conocer y que tantas y tantas almas desearían poseer: tenemos la responsabilidad de transmitir hasta donde podamos este maravilloso patrimonio.

La Conversión de san Pablo es un gran acontecimiento: él pasa de perseguidor a convertido, es decir, a servidor y defensor de la causa de Cristo. Muchas veces, quizá, también nosotros mismos hacemos de “perseguidores”: como san Pablo, tenemos que convertirnos de “perseguidores” a servidores y defensores de Jesucristo.

Con Santa María, reconozcamos que el Altísimo también se ha fijado en nosotros y nos ha escogido para participar de la misión sacerdotal y redentora de su Hijo divino: Regina apostolorum, Reina de los apóstoles, ¡ruega por nosotros!; haznos valientes para dar testimonio de nuestra fe cristiana en el mundo que nos toca vivir.


Oración
Señor, Dios nuestro, Padre de todos:
Que nuestra celebración de hoy,
la conversión de San Pablo,
llegue a ser para nosotros también
una profunda experiencia de conversión
y de encuentro íntimo contigo.
Que esta fiesta nos haga más conscientes
de que cualquier mal que infligimos a otros
te lo hacemos a ti,
y lo bueno que hacemos, y el amor que mostramos,
te lo damos también a  ti.
Danos la gracia de amar a todos, como San Pablo.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.


Hermanos: Después de la conversión de San Pablo, Ananías le dijo: “Tú serás el testigo del Justo, de Cristo, ante toda la humanidad, testificando de todo lo que has visto y oído”.  – Nosotros también tenemos que dar testimonio de aquel a quien hemos encontrado, Cristo.
Para ello, que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros  y nos acompañe siempre.

Bendecido Sabado para todos !!!  

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Conversión de San Pablo

“Se apareció Jesús a los Once, les dijo:“Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. Impondrán las manos a los enfermos y quedarán sanos”.(Mc 16,15-18)
La Iglesia celebra hoy la Conversión de San Pablo.
El hombre rabioso contra todo lo que oliese a cristiano.
El hombre que tiene que quedarse ciego para aprender a ver de nuevo.
El hombre que tiene que ser derribado del caballo de su orgullo y fanatismo.
El hombre que tiene que ceder en su orgullo y dejarse llevar por otros hasta Damasco.

Pablo, el modelo de lo que el encuentro con Jesús es capaz de hacer en nosotros.
Pablo, el modelo de lo que el hombre puede ser cuando se deja tocar de la gracia.
Pablo, el modelo de lo que el hombre es capaz de hacer cuando se entrega a Jesús.

Nada hay que la gracia no pueda cambiar.
Si alguien no estaba preparado para recibir la llamada era Pablo.
Nadie se atrevería a pensar en un Saulo convertido a Cristo.
Y sin embargo cuando Jesús tocó su corazón lo hizo nuevo.
¿Cuándo nos acostumbraremos a creer en las posibilidades de la gracia?
¿Cuándo nos acostumbraremos a creer en las posibilidades incluso de los que no creen?

Claro que para ver con ojos nuevos:
Primero Dios tiene que cegarnos con su luz.
Primero Dios tiene que dejarnos pasar por la oscuridad.
Primero Dios tiene que meternos en el túnel de las tinieblas.
No hay amanecer sin que antes hayamos pasado por la oscuridad de la noche.
Cuando todo queda a oscuras, entonces buscamos un rayo de luz.
Cuando no vemos nada, entonces ansiamos que alguien nos abra los ojos.
Aunque lo más bello es quedarse ciego por el exceso de luz.
¿Por qué no podemos ver a Dios?
Alguien respondió: por su exceso de luz.
¿Quién pude quedarse mirando los faros de un coche en la oscuridad de la noche?

Claro que hay que caerse del caballo de nuestro orgullo.
Hay que sentirse derribado de nuestras autosuficiencias.
Hay que sentirse derribado de nuestras ansias de poder.
Hay que sentirse derribado de nuestras seguridades.
Hay que sentirse débil en la humildad de nuestra impotencia.
María dijo: “Has mirado la humildad de tu esclava”.
Encerrados en nuestras autosuficiencias no dejamos resquicio para Dios.
Pablo pregunta ¿quién eres Señor? no montado a caballo sino caído en el suelo.
Es de rodillas cuando mejor se escucha.

Los milagros de la gracia:
El que no podía oír hablar de Jesús, ahora es su mejor apóstol.
El que no podía oír hablar de cristianos, ahora funda comunidades por todas partes.
El que no podía aceptar que se hablase de Jesús, ahora lo anuncia por todo el mundo.
El que no quería saber nada de Jesús, ahora “no quiero saber otra cosa que Cristo y este crucificado”.
Y ahora todo lo ve con ojos nuevos y todos sus pergaminos de antes, lo considera “una basura”.
El que gozaba viendo cómo apedreaban a Esteban: ahora tiene que pasar azotes, cárceles, hambre, sed, naufragios y el martirio.
Ahora como Jesús “se hace todo para todos, para salvarlos a todos”.
Esos son los milagros de la gracia.
Esos son los milagros de Dios.

Hola, Pablo, te felicito por tus coherencias.
Como judío lo fuiste hasta los huesos.
Como cristiano lo fuiste hasta gastar tu vida por la causa del Evangelio.
¿No nos podías dar un poco de esa tu coherencia y fidelidad a ti mismo?
¡Que también nosotros necesitamos de conversión!
¡No lo olvides, y aunque no vayamos a caballo sino en coche o a pie, también nosotros podemos dejarnos cambiar por el Jesús que te cambió a ti!

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