Evangelio y Reflexión de hoy lunes 5 de agosto 2013

Lectura del santo evangelio según san Mateo (14,13-21):

En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan el Bautista, se marchó de allí en barca, a un sitio tranquilo y apartado. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos. Al desembarcar, vio Jesús el gentío, le dio lástima y curó a los enfermos.
Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle: «Estamos en despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a las aldeas y se compren de comer.»
Jesús les replicó: «No hace falta que vayan, dadles vosotros de comer.»
Ellos le replicaron: «Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces.»
Les dijo: «Traédmelos.»
Mandó a la gente que se recostara en la hierba y, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente. Comieron todos hasta quedar satisfechos y recogieron doce cestos llenos de sobras. Comieron unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.

Palabra del Señor.

Reflexión


Queridos amigos:
En la ribera occidental del lago de Genesaret se encontraron hace ya unos cuantos años los restos de un barca cubiertos por el lodo. Después de aplicarles la prueba del carbono 14, los expertos calcularon que la barca (bastante bien conservada, por cierto) tenía unos 2000 mil años. No se necesitaba más para fabricar un nuevo reclamo turístico. Los habitantes del vecino kibutz de Ginnosar pronto construyeron un museo con el objeto de exponer a la contemplación de los turistas y peregrinos "la barca de Jesús" (Jesus' boat). ?Pues bien, en el evangelio de hoy se alude a esta barca nada menos que cuatro veces.
Esa famosa barca que va de una orilla a otra del lago es claramente una imagen de la iglesia, de la comunidad de Jesús. El relato de hoy es una catequesis válida para todos los tiempos. El texto de Mateo dice que la barca "era sacudida por las olas porque el viento era contrario". Pero no se dice que los discípulos tuvieran miedo de las olas. Al fin y al cabo, algunos eran avezados pescadores. Se dice que tuvieron miedo ... de Jesús, porque creían que era una fantasma: "Se pusieron a gritar de miedo".?
Normalmente solemos decir que la barca de la iglesia es zarandeada por las olas de los escándalos, de las incoherencias, de las persecuciones. Pocas veces decimos que los que navegan en la barca (es decir, nosotros) tenemos miedo de Jesús porque no lo reconocemos como el Señor que camina sobre las olas del lago. ?El relato ilumina nuestras travesías de hoy. ¿Somos capaces de reconocer a Jesús caminando sobre las olas que zarandean a nuestra iglesia? ¿Somos capaces de reconocerlo, no durmiendo tranquilamente en la barca -como se insinúa en otros relatos (cf Mt 8,23-27)- sino en medio de la tormenta? Las angustias sufridas por los discípulos, su fe probada, desemboca en una ferviente confesión: "Verdaderamente eres Hijo de Dios". ?Estoy convencido de que muchas de las cosas que nos están pasando y que nosotros consideramos como "tormentosas" constituyen una purificación de nuestra experiencia de fe, una preparación para entrar en una nueva etapa en la que podamos reconocer al Señor de otra manera, no como el fantasma que nos asusta sino como el Señor que nos sostiene y que, después de la tormenta, nos invita a "tocar tierra".?No podríamos recorrer este camino sin escuchar una y otra vez la voz que nos dice: "¡Animo soy yo, no temáis!".
 CR