LECTURAS DEL DOMINGO IV DE PASCUA 7 DE MAYO (BLANCO)
Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia.
ANTÍFONA ENTRADA Cfr. Sal 32, 5-6
La tierra está llena del amor del Señor y su palabra hizo los cielos. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Dios
todopoderoso y eterno, te pedimos que nos lleves a gozar de la alegrías
celestiales para que tu rebaño, a pesar de su fragilidad, llegue
también a donde lo precedió su glorioso Pastor. Él, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los
siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Dios lo ha constituido Señor y Mesías.
El
día de Pentecostés, se presentó Pedro, junto con los Once, ante la
multitud, y levantando la voz, dijo: "Sepa todo Israel con absoluta
certeza, que Dios ha constituido Señor y Mesías al mismo Jesús, a quien
ustedes han crucificado".
Estas
palabras les llegaron al corazón y preguntaron a Pedro y a los demás
apóstoles: "¿Qué tenemos que hacer, hermanos?" Pedro les contestó:
"Conviértanse y bautícense en el nombre de Jesucristo para el perdón de
sus pecados y recibirán el Espíritu Santo. Porque las promesas de Dios
valen para ustedes y para sus hijos y también para todos los paganos que
el Señor, Dios nuestro, quiera llamar, aunque estén lejos".
Con
éstas y otras muchas razones, los instaba y exhortaba, diciéndoles:
"Pónganse a salvo de este mundo corrompido". Los que aceptaron sus
palabras se bautizaron, y aquel día se les agregaron unas tres mil
personas.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 22
R/. El Señor es mi pastor, nada me faltará. Aleluya.
El
Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace reposar y
hacia fuentes tranquilas me conduce para reparar mis fuerzas. R/.
Por
ser un Dios fiel a sus promesas, me guía por el sendero recto; así,
aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú estás conmigo,
tu vara y tu cayado me dan seguridad. R/.
Tú
mismo me preparas la mesa, a despecho de mis adversarios; me unges la
cabeza con perfume y llenas mi copa hasta los bordes. R/.
Tu bondad y tu misericordia me acompañarán todos los días de mi vida; y viviré en la casa del Señor por años sin término. R/.
Han vuelto ustedes al pastor y guardián de sus vidas.
De la primera carta del apóstol san Pedro: 2, 20b-25
Hermanos:
Soportar con paciencia los sufrimientos que les vienen a ustedes por
hacer el bien, es cosa agradable a los ojos de Dios, pues a esto han
sido llamados, ya que también Cristo sufrió por ustedes y les dejó así
un ejemplo para que sigan sus huellas.
El
no cometió pecado ni hubo engaño en su boca; insultado, no devolvió los
insultos; maltratado, no profería amenazas, sino que encomendaba su
causa al único que juzga con justicia; cargado con nuestros pecados,
subió al madero de la cruz, para que, muertos al pecado, vivamos para la
justicia. Por sus llagas ustedes han sido curados, porque ustedes eran
como ovejas descarriadas, pero ahora han vuelto al pastor y guardián de
sus vidas.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN Jn 10, 14
R/. Aleluya, aleluya.
Yo soy el buen pastor, dice el Señor; yo conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí. R/.
Yo soy la puerta de las ovejas.
Del santo Evangelio según san Juan: 10,1-10
En
aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: "Yo les aseguro que el que no
entra por la puerta del redil de las ovejas, sino que salta por otro
lado, es un ladrón, un bandido; pero el que entra por la puerta, ése es
el pastor de las ovejas. A ése le abre el que cuida la puerta, y las
ovejas reconocen su voz; él llama a cada una por su nombre y las conduce
afuera. Y cuando ha sacado a todas sus ovejas, camina delante de ellas,
y ellas lo siguen, porque conocen su voz. Pero a un extraño no lo
seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los
extraños".
Jesús
les puso esta comparación, pero ellos no entendieron lo que les quería
decir. Por eso añadió: "Les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas.
Todos los que han venido antes que yo, son ladrones y bandidos; pero mis
ovejas no los han escuchado. Yo soy la puerta; quien entre por mí se
salvará, podrá entrar y salir y encontrará pastos. El ladrón sólo viene a
robar, a matar y a destruir. Yo he venido para que tengan vida y la
tengan en abundancia".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos
a Jesús resucitado para que llene de vida a toda la humanidad, y de un
modo especial pidamos por los enfermos y por todos los que sufren.
Después de cada petición diremos: Jesús resucitado, escúchanos.
Por los obispos, presbíteros y diáconos, para que apacienten santamente a los pueblos que tienen encomendados. Oremos.
Por
todo el mundo, para que la paz que Jesucristo concedió a sus discípulos
arraigue con fuerza, y se alejen de las naciones el odio y las guerras.
Oremos.
Por los enfermos, los pobres y todos los que sufren, para que encuentren en Cristo resucitado luz y esperanza. Oremos.
Por
las mamás mexicanas, para que siempre sean las primeras evangelizadoras
y educadoras en la fe y el amor a Dios y a nuestro prójimo. Oremos.
Por
nuestras familias y todas las familias cristianas, para que Dios
derrame en ellas el espíritu de piedad y de renuncia a lo mundano.
Oremos.
Escucha,
Señor Jesús, nuestra oración, y derrama tu Espíritu Santo sobre la
humanidad entera. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos,
Señor, vivir siempre llenos de gratitud por estos misterios pascuales
que celebramos, para que, continuamente renovados por su acción se
conviertan para nosotros en causa de eterna felicidad. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Prefacio I – V de Pascua.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
Ha resucitado el Buen Pastor, que dio la vida por sus ovejas y se entregó a la muerte por su rebaño. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Buen
Pastor, vela con solicitud por tu rebaño y dígnate conducir a las
ovejas que redimiste con la preciosa sangre de tu Hijo, a las praderas
eternas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne.
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La Iglesia celebra este cuarto domingo de Pascua, el día del Buen
Pastor, tradicionalmente llamamos pastores a la jerarquía, sin darnos
cuenta, que el trabajo pastoral de la Iglesia, corresponde a todos los
bautizados. Y lo que es más importante, el único pastor y Señor de la
comunidad cristiana, es Jesucristo. Por eso, la única manera de ejercer
la pastoral, es haciéndolo como él la ejerció: como un servicio a la
comunidad, ésto queda resaltado en el Evangelio, la lectura de los
Hechos y la primera Carta de San Pedro, que proclamamos en este día.
Está claro, que la Iglesia necesita como cualquier organización o grupo
humano, un mínimo de organización. Pero en ella, no es la comunidad la
que debe estar al servicio de la organización, ni al servicio de la
autoridad. Es la autoridad, la que está al servicio de la comunidad, son
numerosas las ocasiones, en las que Jesús indica cómo debe ejercerse la
autoridad entre nosotros y quizás la más importante, la escuchamos y
visualizamos el día de Jueves Santo. No se dan argumentos, sino ejemplo
(lavar los pies), nos lo dice muy bien hoy la segunda lectura:
“Dejándoos un ejemplo para que sigáis sus huellas”.Veamos, cómo entiende el Maestro, los criterios que deben guiar el ejercicio de Pastor: “Os aseguro que el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ése es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas”. Evidente, como nos dice más adelante: “El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estrago; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante”. Hay dos formas de ejercer el ministerio y ejercicio pastoral, en beneficio propio o en el de la comunidad, por eso nos recuerda: “Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos”.
Podrá entrar y salir, pensar, amar, hacer, construir, celebrar… la libertad cristiana, que probablemente no nos ofrece ninguna otra institución. Entrar por la puerta, aunque en otra ocasión nos dirá que es estrecha, es lo que nos da la oportunidad, de desarrollar todas nuestras capacidades, salir de nosotros mismos, superar nuestras inmadureces y poner nuestra vida al servicio de la comunidad. Se trata de entrar en la esfera de Jesús, pero no como ovejas modorras, sino para crecer más y dar como él, más a los demás.
Seguimos con los criterios: “A éste le abre el guarda y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera”. El pastor sabe el nombre de cada una, dejamos de ser rebaño, están juntas pero no gregarias, cada una tiene su personalidad. Cuanto tenemos que aprender los pastores, para llegar a aquello que se nos decía; de “oler a oveja”. Si la comunidad es pobre, los pastores deben de estar al lado de los pobres, si es mayor, visitarlos en sus casas y en los hospitales, si es acomodada, suscitar el espíritu crítico desde los valores evangélicos… Escuchar su voz y llamarlos por su nombre, conocerlos en el sentido profundo de la palabra.
Hay un último criterio en el texto: “Cuando ha sacado todas las suyas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz: a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños”. Ir por delante, dar la cara, abrir brecha. El Papa actual, nos habla de que en determinados momentos deberemos ir también detrás, animando a los rezagados y en medio, confundiéndonos con el pueblo de Dios. Siempre acompañando, ésto implica también en el acompañado, no tener dependencias o comodidades (mejor que piensen por mi y no cuestionar nada), sabiendo que todos somos acompañantes y acompañados.
Todos tenemos alguna responsabilidad en la guía de los demás, por el hecho de ser bautizados somos: sacerdotes, profetas y reyes. En la eucaristía formamos una misma comunidad, en la que algunos ejercen ciertos ministerios, que no son sino de servicio, pero sabiendo como nos dice la carta de San Pedro, que el Pastor es Jesucristo: “Sus heridas os han curado. Andabais descarriados como ovejas, pero ahora habéis vuelto al pastor y guardiánde nuestras vidas ,
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