LECTURAS DEL LUNES I DE CUARESMA 6 DE MARZO (MORADO)
Yo les aseguro que, cuando lo hicieron con el más insignificante de mis hermanos, conmigo lo hicieron.
SAN OLEGARIO OBISPO
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 122, 2-3
Como
están los ojos de los esclavos, fijos en las manos de sus señores, así
están nuestros ojos fijos en el Señor, Dios nuestro, esperando su
misericordia. Ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad.
ORACIÓN COLECTA
Conviértenos,
Dios, Salvador nuestro, y para que nos sean provechosas las prácticas
cuaresmales, ilumina nuestro espíritu con la sabiduría del cielo. Por
nuestro Señor Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
Juzga a tu prójimo con justicia.
Del libro del Levítico: 19, 1-2. 11-18
En
aquellos días, dijo el Señor a Moisés: "Habla a la asamblea de los
hijos de Israel y diles: ‘Sean santos, porque yo, el Señor, soy santo.
No hurtarán. No mentirán ni engañarán a su prójimo. No jurarán en falso
por mi nombre; eso sería profanar el nombre de su Dios. Yo soy el Señor.
No oprimas ni explotes a tu prójimo. No retengas hasta el día siguiente
el salario del que trabaja para ti. No maldigas al sordo, ni pongas
tropiezos ante el ciego. Teme a tu Dios. Yo soy el Señor.
No
seas injusto en la sentencia, ni por favorecer al pobre ni por respeto
al poderoso. Juzga con justicia a tu prójimo. No andes calumniando a los
tuyos ni des testimonio contra la vida de tu prójimo. Yo soy el Señor.
No
odies a tu hermano ni en lo secreto de tu corazón. Trata de corregirlo,
para que no cargues tú con su pecado. No te vengues ni guardes rencor a
los hijos de tu pueblo. Ama a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el
Señor’ ".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 18
R/. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.
La ley del Señor es perfecta del todo y reconforta el alma; inmutables son las palabras del Señor y hacen sabio al sencillo. R/.
En
los mandamientos del Señor hay rectitud y alegría para el corazón; son
luz los preceptos del Señor para alumbrar el camino. R/.
La voluntad del Señor es santa y para siempre estable; los mandatos del Señor son verdaderos y enteramente justos. R/.
Que
te sean gratas las palabras de mi boca y los anhelos de mi corazón.
Haz, Señor, que siempre te busque, pues eres mi refugio y salvación. R/.
ACLAMACIÓN 2 Co 6, 2
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Éste es el tiempo favorable, éste es el día de la salvación.
Cuando lo hicieron con el más significante de mis hermanos, conmigo lo hicieron.
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Cuando venga el Hijo del
hombre, rodeado de su gloria, acompañado de todos sus ángeles, se
sentará en su trono de gloria. Entonces serán congregadas ante Él todas
las naciones, y Él apartará a los unos de los otros, como aparta el
pastor a las ovejas de los cabritos, y pondrá a las ovejas a su derecha y
a los cabritos a su izquierda.
Entonces
dirá el rey a los de su derecha: ‘Vengan, benditos de mi Padre; tomen
posesión del Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo;
porque estuve hambriento y me dieron de comer, sediento y me dieron de
beber, era forastero y me hospedaron, estuve desnudo y me vistieron,
enfermo y me visitaron, encarcelado y fueron a verme’. Los justos le
contestarán entonces: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de
comer, sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de forastero y te
hospedamos, o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o
encarcelado y te fuimos a ver?’. Y el rey les dirá: ‘Yo les aseguro que,
cuando lo hicieron con el más insignificante de mis hermanos, conmigo
lo hicieron’.
Entonces
dirá también a los de su izquierda: ‘Apártense de mí, malditos; vayan
al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles; porque estuve
hambriento y no me dieron de comer, sediento y no me dieron de beber,
era forastero y no me hospedaron, estuve desnudo y no me vistieron,
enfermo y encarcelado y no me visitaron’.
Entonces
ellos le responderán: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento,
de forastero o desnudo, enfermo o encarcelado y no te asistimos?’ Y Él
les replicará: ‘Yo les aseguro que, cuando no lo hicieron con uno de
aquellos más insignificantes, tampoco lo hicieron conmigo’. Entonces
irán éstos al castigo eterno y los justos a la vida eterna".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que
te sean gratas, Señor, nuestras filiales ofrendas; que santifiquen, por
tu gracia, nuestra vida y nos obtengan tu bondadoso perdón. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Cuaresma, MR.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 25, 40. 34
En
verdad les digo que cuanto hicieron con el más insignificante de mis
hermanos, conmigo lo hicieron, dice el Señor. Vengan, benditos de mi
Padre, y tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la
creación del mundo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te
rogamos, Señor, que al recibir tu sacramento, experimentemos tu auxilio
para el alma y el cuerpo, y así, restaurado todo nuestro ser,
alcancemos la plenitud de la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Opcional.
Ilumina
a tu pueblo, Señor, con la claridad de tu luz, para que pueda descubrir
lo que debe hacer y sea capaz de realizar lo que es recto. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
https://www.facebook.com/snfranciscoxavier.comunidadcatolica
Queridos hermanos
El Evangelio de hoy es una síntesis hermosa de las enseñanzas de Jesús y
una alerta para todos nosotros, en vistas del juicio que nos espera al
final de la historia. En la escena, el humilde Jesús de Nazaret es
presentado ante las naciones con pleno poder y majestad; su Padre le ha
“dado todo poder en el cielo y en la tierra” (Mt 28,18) para juzgar a la
humanidad. Él, como un gran Pastor, distingue y separa a ovejas y
cabritos; a los que practicaron las obras de misericordia con los pobres
y a los que la indigencia de la gente no les ha conmovido, ni les ha
impulsado a ser solidarios.En el juicio final se pone de manifiesto que todo servicio por amor fue un servicio al mismo Cristo. Las obras que el juez enumera son las corrientes obras de misericordia. Como cristianos sabemos nuestra fe tiene que repercutir en estos actos sencillos, ya que sin ellos seríamos personas estériles, vacías y sin futuro. Cuando seguimos a Jesús nos comprometemos a convertir este mundo en el gran banquete del Reino de Dios, donde todos como hermanos tengamos un lugar en la mesa. Quien comparte con los que sufren está destinado a participar del Reino glorioso del Señor.
La fama, la vanidad, la apariencia, el orgullo, el prestigio… están arraigados en el torbellino de la sociedad que quiere esclavizarnos hoy día. No se globaliza el amor o la compasión, sino la vaciedad y el sinsentido que cobran vidas humanas a cada segundo. Muchas veces se juega en la religión, en la política y en la farándula con “obras de caridad” desprovistas de sentimientos humanos sinceros, que sólo buscan aparentar ante los demás. Ocurre también en nuestras familias, cuando somos “luz de la calle y oscuridad de la casa”, cuando no sabiendo amar a los que tenemos más cerca, nos desbordamos con mil actos de cariño con los que están fuera del hogar. Nuestras obras, frutos de la fe y del amor sincero, deben brillar tanto dentro como fuera de nuestras casas. No nos preocupemos del aplauso, de los méritos, o de los agradecimientos. Dios es el justo juez que sabe discernir la sinceridad y profundidad de nuestras acciones. No vivamos de apariencias. Permitamos que el Señor actúeen nuestras vidas .