LECTURAS DEL DOMINGO I DE CUARESMA 5 DE MARZO (MORADO)
No tentarás al Señor, tu Dios.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 90, 15-16
Me invocará y yo lo escucharé; lo libraré y lo glorificaré; prolongaré los días de su vida.
No se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos,
Dios todopoderoso, que por las prácticas anuales de esta celebración
cuaresmal, progresemos en el conocimiento del misterio de Cristo, y
traduzcamos su efecto en una conducta irreprochable. Por nuestro Señor
Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
Creación y pecado de nuestros primeros padres.
Del libro del Génesis: 2, 7-9; 3, 1-7
Después
de haber creado el cielo y la tierra, el Señor Dios tomó polvo del
suelo y con él formó al hombre; le sopló en la nariz un aliento de vida,
y el hombre comenzó a vivir. Después plantó el Señor un jardín al
oriente del Edén y allí puso al hombre que había formado. El Señor Dios
hizo brotar del suelo toda clase de árboles, de hermoso aspecto y
sabrosos frutos, y además, en medio del jardín, el árbol de la vida y el
árbol del conocimiento del bien y del mal.
La
serpiente era el más astuto de los animales del campo que había creado
el Señor Dios. Un día le dijo a la mujer: "¿Es cierto que Dios les ha
prohibido comer de todos los árboles del jardín?"
La
mujer respondió: "Podemos comer del fruto de todos los árboles del
jardín, pero del árbol que está en el centro, dijo Dios: ‘No comerán de
él ni lo tocarán, porque de lo contrario, habrán de morir’ ".
La
serpiente replicó a la mujer: "De ningún modo. No morirán. Bien sabe
Dios que el día que coman de los frutos de ese árbol, se les abrirán a
ustedes los ojos y serán como Dios, que conoce el bien y el mal".
La
mujer vio que el árbol era bueno para comer, agradable a la vista y
codiciable, además, para alcanzar la sabiduría. Tomó, pues, de su fruto,
comió y le dio a su marido, que estaba junto a ella, el cual también
comió. Entonces se les abrieron los ojos a los dos y se dieron cuenta de
que estaban desnudos. Entrelazaron unas hojas de higuera y se cubrieron
con ellas.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 50
R/. Misericordia, Señor, hemos pecado.
Por
tu inmensa compasión y misericordia, Señor, apiádate de mí y olvida mis
ofensas. Lávame bien de todos mis delitos y purifícame de mis pecados.
R/.
Puesto
que reconozco mis culpas, tengo siempre presentes mis pecados. Contra
ti solo pequé, Señor, haciendo lo que a tus ojos era malo. R/.
Crea
en mí, Señor, un corazón puro, un espíritu nuevo para cumplir tus
mandamientos. No me arrojes, Señor, lejos de ti, ni retires de mí tu
santo espíritu. R/.
Devuélveme tu salvación, que regocija, mantén en mí un alma generosa. Señor, abre mis labios y cantará mi boca tu alabanza. R/.
El don de Dios supera con mucho al delito.
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 5, 12-19
Hermanos:
Así como por un solo hombre entró el pecado en el mundo y por el pecado
entró la muerte, así la muerte llegó a todos los hombres, por cuanto
todos pecaron.
Antes
de la ley de Moisés ya había pecado en el mundo y, si bien es cierto
que el pecado no se imputa cuando no hay ley, sin embargo, la muerte
reinó desde Adán hasta Moisés aun sobre aquellos que no pecaron con una
transgresión semejante a la de Adán, el cual es figura del que había de
venir.
Ahora
bien, con el don no sucede como con el delito, porque si por el delito
de uno solo murieron todos, ¡cuánto más la gracia de Dios y el don
otorgado por la gracia de un solo hombre, Jesucristo, se han desbordado
sobre todos! Y con el don no sucede como con las consecuencias del
pecado de uno solo, porque ciertamente la sentencia, partiendo de uno
solo, lleva a la condenación, pero la obra de la gracia, partiendo de
muchos delitos, se resuelve en justificación.
En
efecto, si por el delito de uno solo reinó la muerte, por un solo
hombre, ¡con cuánta más razón los que reciben la abundancia de la gracia
y el don de la justicia, reinarán en la vida por uno solo, Jesucristo!
Así
pues, como el delito de uno solo atrajo sobre todos los hombres la
condenación, así también la obra de justicia de uno solo procura para
todos los hombres la justificación, que da la vida. En efecto, así como
por la desobediencia de un solo hombre, todos fueron constituidos
pecadores, así también por la obediencia de uno solo todos serán
constituidos justos.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN Mt 4, 4
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios. R/.
El ayuno y las tentaciones de Jesús.
Del santo Evangelio según san Mateo: 4, 1-11
En
aquel tiempo, Jesús fue conducido por el Espíritu al desierto, para ser
tentado por el demonio. Pasó cuarenta días y cuarenta noches sin comer
y, al final, tuvo hambre. Entonces se le acercó el tentador y le dijo:
"Si tú eres el Hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en
panes". Jesús le respondió: "Está escrito: No sólo de pan vive el
hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios".
Entonces
el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo puso en la parte más alta del
templo y le dijo: "Si eres el Hijo de Dios, échate para abajo, porque
está escrito: Mandará a sus ángeles que te cuiden y ellos te tomarán en
sus manos, para que no tropiece tu pie en piedra alguna". Jesús le
contestó: "También está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios".
Luego
lo llevó el diablo a un monte muy alto y desde ahí le hizo ver la
grandeza de todos los reinos del mundo y le dijo: "Te daré todo esto, si
te postras y me adoras". Pero Jesús le replicó: "Retírate, Satanás,
porque está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él sólo servirás".
Entonces lo dejó el diablo y se acercaron los ángeles para servirle.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo
PLEGARIA UNIVERSAL
Con fe, pidámosle a Dios que escuche la oración de su pueblo.
Después de cada petición diremos (cantando): Señor, ten piedad (o bien: Kyrie, eléison).
Para
que, en este Tiempo de Cuaresma, Dios conceda a todos los fieles la
fuerza para luchar contra el mal y retornar al camino del bien. Oremos.
Para que la luz de Jesucristo ilumine a los que en esta Cuaresma se están preparando para el Bautismo. Oremos.
Para que quienes abundan en riquezas materiales, moderen su uso y se solidaricen con los más necesitados. Oremos.
Para que en todo el mundo las mujeres sean respetadas y reconocidas en toda su dignidad. Oremos.
Para
que quienes se han alejado de la Iglesia a causa de nuestros escándalos
o de nuestra tibieza se reincorporen a la familia de Dios. Oremos.
Para
que nuestros corazones lleguen a ser, por la penitencia cuaresmal,
tierra fecunda en la que la Palabra de Dios produzca mucho fruto.
Oremos.
Dios
nuestro que conoces la fragilidad humana, escucha las oraciones de tu
pueblo y concédele iniciar el camino cuaresmal con la fuerza de tu
Palabra. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te
pedimos, Señor, que nos hagas dignos de estos dones que vamos a
ofrecerte, ya que con ellos celebramos el inicio de este venerable
misterio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
Las tentaciones del Señor.
En
verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias
siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno, por Cristo, Señor nuestro. Porque El mismo, al abstenerse
durante cuarenta días de tomar alimento, consagró la práctica de nuestra
penitencia cuaresmal y, al rechazar las tentaciones del enemigo, nos
enseñó a superar la seducción del pecado, para que, después de celebrar
con espíritu renovado el misterio pascual, pasemos finalmente a la
Pascua eterna. Por eso, con los coros de los ángeles y santos, te
cantamos el himno de alabanza, diciendo sin cesar: Santo, Santo, Santo…
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 4, 4
No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que viene de Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados,
Señor, de este pan celestial que nutre la fe, hace crecer la esperanza y
fortalece la caridad, te suplicamos la gracia de aprender a sentir
hambre de aquel que es el pan vivo y verdadero, y a vivir de toda
palabra que procede de su boca. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
https://www.facebook.com/snfranciscoxavier.comunidadcatolica
Queridos hermanos
Estamos en Cuaresma, un tiempo litúrgico en el que se confrontan la muerte y la vida. Ya desde el Génesis, Dios sopla y “convierte al hombre en un ser vivo” y lo “plantó en un jardín en Edén” rodeado de árboles hermosos y además el “árbol de la vida, en mitad del jardín y el árbol del conocimiento del bien y del mal” y les dijo: “No comáis de él ni lo toquéis bajo pena de muerte”. La serpiente: “replicó a la mujer: no moriréis, seréis como Dios”, “comió y ofreció a su marido, que también comió”, “entonces se dieron cuenta de que estaban desnudos”. Eligieron entre la muerte y la vida, es el drama del hombre.
Buscamos la vida, pero nos dejamos tentar por la muerte, parece un contrasentido, pero basta leer o escuchar cada mañana la radio o el periódico, para darnos cuenta que proclamamos la vida y no cuidamos el medio ambiente, vendemos armas o dejamos que el hambre asole a millones de personas. Pero nuestra lucha, no es sólo una lucha social o externa, también es una lucha que se plantea en nuestro interior, aspiramos a ser fieles a nuestros ideales, a vivir coherentemente y en demasiadas ocasiones traicionamos o no vivimos, según aquello que consideramos, que es lo que nos hace personas, hombres.
Jesús tiene este mismo dilema, que se plasma en el Evangelio de hoy. A todo hombre, y Jesús era hombre, le gusta el prestigio, la fama, la comodidad, sentirse dueño de las cosas, poseer, mandar… es difícil plantarse a lo que aparece ante el mundo, como el verdadero rostro de la vida. Cómo decir lárgate, a esa propuesta que se le presentó a Eva, para ser como Dios, y seguir a alguien, que nos propone ser los más pequeños, para ser los más importantes. Morir para dar vida, menguar para crecer. Parece ir contra nuestro ser, acostumbrados como estamos, más a las facilidades que a las responsabilidades, al pan tasado que a la libertad de escoger.
La verdadera tentación, es no cumplir el proyecto que Dios tiene sobre nosotros, ésta fue la tentación de Jesús, que le acompañó toda la vida, incluso hasta antes de morir. Caer en ella es morir a lo que debemos ser, a nuestras esperanzas, a la misión que tenemos en el mundo. No tenemos un Dios que nos libre de los riesgos de la vida, nosotros sabemos que nuestro Dios, nos ha puesto aquí para ser nosotros mismos, hasta el final de nuestros días. Jesús que es el hombre nuevo, el nuevo Adán, es el que nos marca el camino y nos descubre las trampas, que nos llevan a la muerte.
Nos dice el Papa Francisco en el Mensaje para la Cuaresma 2017: “Queridos hermanos y hermanas, la Cuaresma es el tiempo propicio para renovarse en el encuentro con Cristo vivo en su Palabra, en los sacramentos y en el prójimo. El Señor ?que en los cuarenta días que pasó en el desierto venció los engaños del Tentador? nos muestra el camino a seguir. Que el Espíritu Santo nos guíe a realizar un verdadero camino de conversión, para redescubrir el don de la Palabra de Dios, ser purificados del pecado que nos ciega y servir a Cristo presente en los hermanos necesitados. Animo a todos los fieles a que manifiesten también esta renovación espiritual participando en las campañas de Cuaresma que muchas organizaciones de la Iglesia promueven en distintas partes del mundo para que aumente la cultura del encuentro en la única familia humana. Oremos unos por otros para que, participando de la victoria de Cristo, sepamos abrir nuestras puertas a los débiles y a los pobres. Entonces viviremos y daremos un testimonio pleno de la alegría de la Pascua”.
La verdadera tentación, está más allá de las puertas del templo: abandonar cuanto aquí nos hemos propuesto, para servir a los criterios de moda, despedirnos de los hermanos, para olvidarnos de ellos a los pocos minutos, dejar una limosna para los pobres y seguir practicando la injusticia. Por eso, tenemos que seguir meditando la Palabra durante todo este tiempo de Cuaresma y no perder nuestra esperanza final: conseguir la auténtica vida.