LECTURAS DEL MARTES VII DEL T. ORDINARIO 21 DE FEBRERO (VERDE)
"Si alguno quiere ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos".
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 87, 3
Que llegue hasta ti mi súplica, Señor, inclina tu oído a mi clamor.
ORACIÓN COLECTA
Dios
omnipotente y misericordioso, aparta de nosotros todos los males, para
que, con el alma y el cuerpo bien dispuestos, podamos con libertad de
espíritu cumplir lo que es de tu agrado. Por nuestro Señor Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
Prepárate para la prueba.
Del libro del Sirácide (Eclesiástico): 2, 1-13
Hijo
mío, si te propones servir al Señor, prepárate para la prueba; mantén
firme el corazón y sé valiente; no te asustes en el momento de la
adversidad. Pégate al Señor y nunca te desprendas de él, para que seas
recompensado al fin de tus días. Acepta todo lo que te sobrevenga, y en
los infortunios ten paciencia, pues el oro se purifica con el fuego y el
hombre a quien Dios ama, en el crisol del sufrimiento.
Confíate
al Señor y él cuidará de ti; espera en él y te allanará el camino. Los
que temen al Señor, esperen en su misericordia; no se alejen de él y no
caerán. Los que temen al Señor, confíen en él, porque no los dejará sin
recompensa. Los que temen al Señor, esperen sus beneficios, su
misericordia y la felicidad eterna.
Miren
a sus antepasados y comprenderán. ¿Quién confió en el Señor y quedó
defraudado? ¿Quién perseveró en su santo temor y fue abandonado? ¿Quién
lo invocó y fue desatendido? El Señor es clemente y misericordioso; él
perdona los pecados y salva en el tiempo de la tribulación.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 36
R/. Pon tu vida en las manos del Señor.
Pon
tu esperanza en Dios, practica el bien y vivirás tranquilo en esta
tierra. Busca en él tu alegría y te dará el Señor cuanto deseas. R/.
Cuida
el Señor la vida de los buenos y su herencia perdura; no se marchitarán
en la sequía y en tiempos de escasez tendrán hartura. R/.
Apártate
del mal, practica el bien y tendrás una casa eternamente; porque al
Señor le agrada lo que es justo y vela por sus fieles; en cambio, a los
injustos los borrará de la tierra para siempre. R/.
La
salvación del justo es el Señor; en la tribulación él es su amparo; a
quien en él confía, Dios lo salva de los hombres malvados. R/.
ACLAMACIÓN Gál 6, 14
R/. Aleluya, aleluya.
No
permita Dios que yo me gloríe en algo que no sea la cruz de nuestro
Señor Jesucristo, por el cual el mundo está crucificado para mí y yo
para el mundo. R/.
El hijo del hombre va a ser entregado. Si alguno quiere ser el primero que sea el servidor de todos.
Del santo Evangelio según san Marcos: 9, 30-37
En
aquel tiempo, Jesús y sus discípulos atravesaban Galilea, pero él no
quería que nadie lo supiera, porque iba enseñando a sus discípulos. Les
decía: "El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres;
le darán muerte, y tres días después de muerto, resucitará". Pero ellos
no entendían aquellas palabras y tenían miedo de pedir explicaciones.
Llegaron
a Cafarnaúm, y una vez en casa, les preguntó: "¿De qué discutían por el
camino?" Pero ellos se quedaron callados, porque en el camino habían
discutido sobre quién de ellos era el más importante. Entonces Jesús se
sentó, llamó a los Doce y les dijo: "Si alguno quiere ser el primero,
que sea el último de todos y el servidor de todos".
Después,
tomando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: "El
que reciba en mi nombre a uno de estos niños, a mí me recibe. Y el que
me reciba a mí, no me recibe a mí, sino a aquel que me ha enviado".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor,
mira con bondad este sacrificio, y concédenos alcanzar los frutos de la
pasión de tu Hijo, que ahora celebramos sacramentalmente. Él, que vive y
reina por los siglos de los siglos.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 22, 1-2
El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
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Continúa el movimiento imparable hacia Jerusalén. Jesús y sus discípulos atraviesan Galilea, el lugar de la primera llamada, del primer amor, allí donde Jesús les salió al encuentro y les propuso estar con Él para hacerles partícipes del proyecto del Reino. En un lugar geográfico especial, cargado de significado para los discípulos, Jesús continúa forjando el corazón de sus seguidores en una clara relación de intimidad (no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos). En el camino de la vida les hace el segundo anuncio de su Pasión. La reacción, la esperada, una vez más la incomprensión y el miedo. ¿Quién puede entender que Dios se atreva a entregar en nuestras manos al Hijo del Hombre aún a sabiendas de lo que íbamos a hacer con Él? ¡Es tan humana la reacción de los discípulos! Es la nuestra. Las palabras del libro del Eclesiástico vuelven a ser bálsamo para nuestro frágil corazón: Hijo, prepárate para la prueba. Endereza tu corazón, mantente firme, no te angusties… pégate a él y no te separes… confiad en él… amadlo y vuestros corazones se llenarán de luz.
Sin embargo, el dramatismo de la situación se agudiza aún más. Los discípulos son incapaces de conectar con el drama que Jesús estaba sufriendo y, acto seguido de su confesión, no tienen otra cosa mejor que hacer que ponerse a discutir sobre quién era el más importante.
Así somos de insensibles y desconcertantes. O tal vez es que el miedo y la incomprensión eran demasiado grandes para reaccionar de otra manera.
Y de nuevo la paciencia de Jesús que se sienta, otra vez en la intimidad de la casa, que llama de nuevo a los Doce para recordarles que la elección ha sido incondicional y gratuita, y explicarles de nuevo quién es realmente el primero en su Reino. Aún seguimos sin entender.
Te sugiero que leas el Oficio de Lectura del santo que hoy nos propone la liturgia: san Pedro Damiani. Termino haciendo míos para ti sus deseos: Que resplandezca en tu rostro la serenidad, en tu mente la alegría,en tu boca la accion de gracias. Ciudad Redonda