LECTURAS DEL VIERNES I DEL T. ORDINARIO 13 DE ENERO (VERDE)
¿Qué es más fácil, decirle al paralítico: `Tus pecados te son perdonados’ o decirle: ‘Levántate, recoge tu camilla y vete a tu casa’?
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sb 11, 23. 24. 26
Señor,
tú tienes misericordia de todos y nunca odias a tus creaturas; borras
los pecados de los hombres que se arrepienten, y los perdonas, porque
tú, Señor, eres nuestro Dios.
ORACIÓN COLECTA
Señor,
escucha bondadoso nuestros ruegos y perdona nuestros pecado, para que
nos concedas juntamente tu perdón y tu paz. Por nuestro Señor
Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
Apresurémonos a entrar en el descanso del Señor.
De la carta a los hebreos: 4, 1-5. 11
Hermanos:
Mientras está en pie la promesa de entrar en el descanso de Dios,
tengamos cuidado, no sea que alguno se quede fuera. Porque a nosotros
también se nos ha anunciado este mensaje de salvación, lo mismo que a
los israelitas en el desierto; pero a ellos no les sirvió de nada oírlo,
porque no lo recibieron con fe. En cambio, nosotros, que hemos creído,
ciertamente entraremos en aquel descanso, al que se refería el Señor,
cuando dijo: Por eso juré en mi cólera que no entrarían en mi descanso.
Los
trabajos de Dios terminaron con la creación del mundo, ya que al hablar
del séptimo día, la Escritura dice que Dios descansó de todos sus
trabajos el día séptimo; y en el pasaje del que estamos hablando, afirma
que no entrarían en su descanso.
Apresurémonos, pues, a entrar en ese descanso; no sea que alguno caiga en la infidelidad, como les sucedió a los israelitas.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 77
Cuanto
hemos escuchado y conocemos del poder del Señor y de su gloria, cuanto
nos han narrado nuestros padres, nuestros hijos lo oirán de nuestra
boca. R/.
Que
ellos también lo cuenten a sus hijos para que en Dios coloquen su
esperanza, cumplan los mandamientos del Señor y no echen al olvido sus
hazañas. R/.
Que no vayan a ser, como sus padres, generación rebelde y obstinada, inconstante de corazón e infiel a Dios, de alma. R/.
ACLAMACIÓN Lc 7, 16
R/. Aleluya, aleluya.
Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo. R/.
El Hijo del hombre tiene el poder para perdonar los pecados.
Del santo Evangelio según san Marcos: 2, 1-12
Cuando
Jesús volvió a Cafarnaúm, corrió la voz de que estaba en casa, y muy
pronto se aglomeró tanta gente, que ya no había sitio frente a la
puerta. Mientras El enseñaba su doctrina, le quisieron presentar a un
paralítico, que iban cargando entre cuatro. Pero como no podían
acercarse a Jesús por la cantidad de gente, quitaron parte del techo,
encima de donde estaba Jesús, y por el agujero bajaron al enfermo en una
camilla.
Viendo
Jesús la fe de aquellos hombres, le dijo al paralítico: "Hijo, tus
pecados te quedan perdonados". Algunos escribas que estaban allí
sentados comenzaron a pensar: "¿Por qué habla éste así? Eso es una
blasfemia. ¿Quién puede perdonar los pecados sino sólo Dios?" Conociendo
Jesús lo que estaban pensando, les dijo: "¿Por qué piensan así?
¿Qué
es más fácil, decirle al paralítico: `Tus pecados te son perdonados’ o
decirle: ‘Levántate, recoge tu camilla y vete a tu casa’? Pues para que
sepan que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar los
pecados —le dijo al paralítico—: Yo te lo mando: levántate, recoge tu
camilla y vete a tu casa".
El
hombre se levantó inmediatamente, recogió su camilla y salió de allí a
la vista de todos, que se quedaron atónitos y daban gloria a Dios,
diciendo: "¡Nunca habíamos visto cosa igual!"
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te
ofrecemos, Señor, este sacrificio de reconciliación y de alabanza, para
que, compadecido, perdones nuestros pecados y dirijas tú mismo nuestro
vacilante corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lc 15, 10
Habrá gran alegría entre los ángeles del cielo, por un solo pecador que se convierta.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
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En el mundo casi no quedan leprosos. Y a los enfermos, aunque hay desgraciadas excepciones, se les suele aceptar. Quizá por eso nos cuesta entender en profundidad lo que significaba la enfermedad en la época de Cristo.
Una de las muchas novedades de Jesús fue la de poder integrar en su predicación a todos. Para Él no hay marginados, ni fronteras que le impidan acercarse a los que lo necesitan. Y con su ejemplo quiere que no nos olvidemos de los marginados.
En nuestros días, por lo menos en el mundo occidental, no hay muchos leprosos físicos. Pero sigue habiendo marginación. Y fronteras, raciales, culturales, religiosas, que no dejan vivir en paz a mucha gente.
Los que nos llamamos seguidores de Jesús debemos comprender que no podemos convertirnos en un grupito cerrado de “especiales”, sino que, como Jesús, debemos hacernos presentes en todos los lugares de nuestra sociedad. Muchos voluntarios hacen este esfuerzo cada día. En las casas de las Hermanas de Teresa de Calcuta, en Basida, en comedores sociales, en hospitales, en las Cáritas parroquiales… Hay muchas posibilidades para seguir los pasos de Cristo, acercarnos a los lugares de marginación y dar la mano a todos los que están al borde del camino. Para que la oveja descarriada vuelva al rebaño, a la seguridad del redil. Para eso hay que dejar la comodidad, escuchar los gritos de ayuda, atrevernos a mirar a los ojos, no solo de reojo, a los que están pasándolo mal.
Así que, como di?e la primera lectura y repite el salmo, “si escucháis hoy la voz del Señor, no endurezcáis el corazon.
Ciudad Redonda
Alejandro.C.M.F