Misal del dia de hoy Miercoles 11 de Enero 2017 y Comentario al Evangelio

LECTURAS DEL MIÉRCOLES I DEL T. ORDINARIO 11 DE ENERO (VERDE)


Él se le acercó, y tomándola de la mano, la levantó. En ese momento se le quitó la fiebre y se puso a servirles.


AGN35544 Christ healing the mother of Simon Peter by Bridges, John (fl.1818-1854)oil on canvas121.9x152.Private Collection© Agnew's, London, UKEnglish, out of copyright





ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Ef 1, 9. 10

Dios nos ha dado a conocer el misterio de su voluntad: hacer que todas las cosas, las del cielo y las de la tierra, tuvieran a Cristo por cabeza.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que en tu admirable providencia dispusiste que el Reino de Cristo se extendiera por todo el mundo y que todos los hombres fueran hechos partícipes de la redención salvadora, concédele a tu Iglesia ser sacramento universal de salvación, y que todos los hombres les sea anunciado tu Hijo como el Salvador de los pueblos y la esperanza de las naciones. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

Tenía que asemejarse en todo a sus hermanos para ser misericordioso con ellos.

clip_image002De la carta a los hebreos: 2, 14-18

Hermanos: Todos los hijos de una familia tienen la misma sangre; por eso, Jesús quiso ser de nuestra misma sangre, para destruir con su muerte al diablo, que mediante la muerte, dominaba a los hombres, y para liberar a aquellos que, por temor a la muerte, vivían como esclavos toda su vida. Pues como bien saben ustedes, Jesús no vino a ayudar a los ángeles, sino a los descendientes de Abraham; por eso tuvo que hacerse semejante a sus hermanos en todo, a fin de llegar a ser sumo sacerdote, misericordioso con ellos y fiel en las relaciones que median entre Dios y los hombres, y expiar así los pecados del pueblo. Como Él mismo fue probado por medio del sufrimiento, puede ahora ayudar a los que están sometidos a la prueba.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Del salmo 104

clip_image003
R/. El Señor nunca olvida sus promesas.

Aclamen al Señor y denle gracias, relaten sus prodigios a los pueblos. Entonen en su honor himnos y cantos, celebren sus portentos. R/.

Del nombre del Señor enorgullézcanse y siéntase feliz el que lo busca. Recurran al Señor y a su poder y a su presencia acudan. R/.

Descendientes de Abraham, su servidor, estirpe de Jacob, su predilecto, escuchen: el Señor es nuestro Dios y gobiernan la tierra sus decretos. R/.

Ni aunque transcurran mil generaciones se olvidará el Señor de sus promesas, de la alianza pactada con Abraham, del juramento a Isaac, que un día le hiciera. R/.

ACLAMACIÓN  Jn 10, 27

clip_image004







R/. Aleluya, aleluya.

Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me siguen. R/.

Curó a muchos enfermos de diversos males.

clip_image005
Del santo Evangelio según san Marcos: 1, 29-39

En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama, con fiebre, y enseguida le avisaron a Jesús. Él se le acercó, y tomándola de la mano, la levantó. En ese momento se le quitó la fiebre y se puso a servirles.

Al atardecer, cuando el sol se ponía, le llevaron a todos los enfermos y poseídos del demonio, y todo el pueblo se apiñó junto a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó a muchos demonios, pero no dejó que los demonios hablaran, porque sabían quién era Él. De madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, Jesús se levantó, salió y se fue a un lugar solitario, donde se puso a orar. Simón y sus compañeros lo fueron a buscar, y al encontrarlo, le dijeron: "Todos te andan buscando". Él les dijo: "Vamos a los pueblos cercanos para predicar también allá el Evangelio, pues para eso he venido". Y recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando a los demonios.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios misericordioso, mira las ofrendas de este pueblo a ti consagrado y concédele, por la eficacia de este sacramento, que la multitud de los que creen en ti sea siempre estirpe elegida, sacerdocio real, nación consagrada y pueblo de tu propiedad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Ap 22, 17. 20

El Espíritu y la esposa dicen: Ven. Amén. Ven, Señor Jesús.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios nuestro, que sin cesar alimentas y fortaleces a tu Iglesia con tus sacramentos, concede a quienes nos hemos alimentado en esta mesa celestial, que, viviendo el mandato de tu amor, seamos fermento de vida e instrumento de salvación, en medio de la comunidad humana. Por Jesucristo, nuestro Señor.

https://www.facebook.com/snfranciscoxavier.comunidadcatolica 

Un día de la vida de Jesús. En el templo, primero. Después, con la familia y los amigos. A continuación, atender a los enfermos que venían de todas partes, y para tomar fuerzas, oración en soledad. Y vuelta a empezar.
Estoy seguro de que, a pesar de la multitud de gente con la que se veía Jesús, tenía una mirada de amor, una palabra, un gesto personalizado para cada uno. Cada persona, después del contacto con Cristo, se sentiría curada no solo por fuera, en la enfermedad, sino también por dentro. Esa mirada de amor sanaría el cuerpo y el alma. Y daría fuerzas para convertirse en testigo de la Buena Nueva.
Jesús iba por todas partes, para anunciar su mensaje. Sin descanso, sin prisa, pero sin pausa. Dando a todos y a cada uno una palmadita, una mirada amable, haciéndoles sentirse importantes, únicos, irrepetibles.
Para Dios todos somos únicos. Y no importa lo malos o buenos que seamos, siempre está ahí, al alcance de la mano, cerca. Y es que “el Señor se acuerda de su alianza eternamente”, como dice el salmo.
Acércate al Señor, cuando te sientas enfermo. En el cuerpo (para eso está el sacramento de la Unción de Enfermos) y en el alma (oración, sacramento de la Reconciliación…) Siempre puedes sentir esa mirada de amor.
Tú puedes convertirte en un transmisor de ese amor de Dios. Si lo has sentido en tu vida, puedes hacerlo. Si está leyendo esta página, será por algo. No dejes que la pereza te venza. Haz algo.