LECTURAS DEL SÁBADO I DEL T. ORDINARIO 14 DE ENERO (VERDE)
Le dijo: "Sígueme". Él se levantó y lo siguió.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 44, 10
María, nuestra reina, está de pie a la derecha de Cristo, enjoyada con oro de Ofir.
ORACIÓN COLECTA
Padre
celestial, que nos has dado a santa María de Guadalupe como madre y
causa de nuestra alegría, concédenos amarla y venerarla como verdaderos
hijos suyos, y así poder recibir los bienes de la fe que nos invitas a
esperar. Por nuestro Señor Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
Acerquémonos con plena confianza al trono de la gracia.
De la carta a los hebreos: 4, 12-16
Hermanos:
La palabra de Dios es viva, eficaz y más penetrante que una espada de
dos filos. Llega hasta lo más íntimo del alma, hasta la médula de los
huesos y descubre los pensamientos e intenciones del corazón. Toda
creatura es transparente para ella. Todo queda al desnudo y al
descubierto ante los ojos de aquel a quien debemos rendir cuentas.
Puesto que Jesús, el Hijo de Dios, es nuestro sumo sacerdote, que ha
entrado en el cielo, mantengamos firme la profesión de nuestra fe. En
efecto, no tenemos un sumo sacerdote que no sea capaz de compadecerse de
nuestros sufrimientos, puesto que Él mismo ha pasado por las mismas
pruebas que nosotros, excepto el pecado. Acerquémonos, por lo tanto, con
plena confianza, al trono de la gracia, para recibir misericordia,
hallar la gracia y obtener ayuda en el momento oportuno.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 18
R/. Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.
La ley del Señor es perfecta del todo y reconforta el alma; inmutables son las palabras del Señor y hacen sabio al sencillo. R/.
En
los mandamientos del Señor hay rectitud y alegría para el corazón; son
luz los preceptos del Señor para alumbrar el camino. R/.
La voluntad de Dios es santa y para siempre estable; los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos. R/.
Que
te sean gratas las palabras de mi boca y los anhelos de mi corazón.
Haz, Señor, que siempre te busque, pues eres mi refugio y salvación. R/.
ACLAMACIÓN cfr. Lc 4, 18
R/. Aleluya, aleluya.
El Señor me ha enviado para llevar a los pobres la buena nueva y anunciar la liberación a los cautivos. R/.
No he venido para llamar a los justos, sino a los pecadores.
Del santo Evangelio según san Marcos: 2, 13-17
En
aquel tiempo, Jesús salió de nuevo a caminar por la orilla del lago;
toda la muchedumbre lo seguía y Él les hablaba. Al pasar, vio a Leví
(Mateo), el hijo de Alfeo, sentado en el banco de los impuestos, y le
dijo: "Sígueme". Él se levantó y lo siguió.
Mientras
Jesús estaba a la mesa en casa de Leví, muchos publicanos y pecadores
se sentaron a la mesa junto con Jesús y sus discípulos, porque eran
muchos los que lo seguían. Entonces unos escribas de la secta de los
fariseos, viéndolo comer con los pecadores y publicanos, preguntaron a
sus discípulos: "¿Por qué su maestro come y bebe en compañía de
publicanos y pecadores?"
Habiendo
oído esto, Jesús les dijo: "No son los sanos los que tienen necesidad
del médico, sino los enfermos. Yo no he venido para llamar a los justos,
sino a los pecadores".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios
nuestro, que el Espíritu Santo, que cubrió con su sombra a la Virgen
María, nos ayude a presentarte estos dones y así se conviertan para
nuestro bien en comida y bebida de salvación. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Lc 1, 35
Dichosa eres, Virgen María, porque el Espíritu Santo descenderá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
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Cuando leemos estos textos de disputa con los fariseos, seguramente pensamos en lo malos que eran esos individuos, siempre a la contra, criticando todo lo que hacía Jesús. Siempre negativos. Nunca positivos. Probablemente también pensemos que, en el lugar de dichos individuos, habríamos reaccionado de otra manera.
Y me parece que, al fin y al cabo, habríamos hecho lo mismo que los sujetos que criticaban en tiempos de Jesús. Y si no, miremos lo difícil que resulta aceptar las novedades en nuestra vida. Vemos lo que tenemos que hacer (los famosos propósitos de Año Nuevo) pero no tenemos mucho éxito. El orgullo, la soberbia, la pereza, el miedo al fracaso, “ya lo he probado y no me ha salido”, no nos dejan cambiar. O pensemos en qué reacción se produce si cerca de tu casa las Hermanas de Teresa de Calcuta quieren abrir un centro para ayudar a alcohólicos, por ejemplo. Son los pecadores de nuestro tiempo. Es bueno estar abiertos.
Jesús sabe bien a quién llama. Lo hizo entonces, y lo ha seguido haciendo a lo largo de la Historia. No sabemos por qué llama a unos a seguirle más de cerca, pero de lo que estamos seguros es de que la llamada llega cuando es necesario. Jesús se acerca a comer con nosotros, antes incluso de que nos arrepintamos.
Aquí puedes ver el cuadro y una breve meditación. Ojalá te ayude a dejarte llamar por Él. No pienses que eres indigno, o que no hay sitio para ti en los planes de Dios. Cuando tú quieras, le verás cerca, llamandote.