LECTURAS DEL MIÉRCOLES IV DEL T. ORDINARIO 1 DE FEBRERO (VERDE)
¿Qué no es éste el carpintero, el hijo de María, el hermano de Santiago, José, Judas y Simón?
ANTÍFONA DE ENTRADA Lc 12, 42
Éste es el siervo prudente y fiel, a quien el Señor puso al frente de su familia.
ORACIÓN COLECTA
Dios
nuestro, que en tu inefable providencia te dignaste elegir a san José
como esposo de la santísima Madre de tu Hijo, concédenos que merezcamos
tener como intercesor en el cielo a quien veneramos como protector en la
tierra. Por nuestro Señor Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
El Señor corrige a los que ama.
De la carta a los hebreos: 12, 4-7. 11-15
Hermanos:
Todavía no han llegado ustedes a derramar su sangre en la lucha contra
el pecado, y ya se han olvidado de la exhortación que Dios les dirigió,
como a hijos, diciendo: Hijo mío, no desprecies la corrección del Señor,
ni te desanimes cuando te reprenda. Porque el Señor corrige a los que
ama y da azotes a sus hijos predilectos. Soporten, pues, la corrección,
porque Dios los trata como a hijos; ¿y qué padre hay que no corrija a
sus hijos?
Es
cierto que de momento ninguna corrección nos causa alegría, sino más
bien tristeza. Pero después produce, en los que la recibieron, frutos de
paz y santidad.
Por
eso, robustezcan sus manos cansadas y sus rodillas vacilantes; caminen
por un camino plano, para que el cojo ya no se tropiece, sino más bien,
se alivie.
Esfuércense
por estar en paz con todos y por aquella santificación, sin la cual no
es posible ver a Dios. Velen para que nadie se vea privado de la gracia
de Dios, para que nadie sea como una planta amarga, que hace daño y
envenena a los demás.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 102
R/. El Señor es bueno, el Señor nos ama.
Bendice
al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga su santo nombre. Bendice al
Señor, alma mía, y no te olvides de sus beneficios. R/.
Como
un padre es compasivo con sus hijos, así es compasivo el Señor con
quien lo ama, pues bien sabe él de lo que estamos hechos y de que somos
barro, no se olvida. R/
El
amor del Señor a quien lo teme, es un amor eterno y entre aquellos que
cumplen con su alianza, pasa de hijos a nietos su justicia. R/.
ACLAMACIÓN Jn 10, 27
R/. Aleluya, aleluya.
Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me siguen. R/.
Todos honran a un profeta, menos los de su tierra.
Del santo Evangelio según san Marcos: 6, 1-6
En
aquel tiempo, Jesús fue a su tierra en compañía de sus discípulos.
Cuando llegó el sábado, se puso a enseñar en la sinagoga, y la multitud
que lo escuchaba se preguntaba con asombro: "¿Dónde aprendió este hombre
tantas cosas? ¿De dónde le viene esa sabiduría y ese poder para hacer
milagros? ¿Qué no es éste el carpintero, el hijo de María, el hermano de
Santiago, José, Judas y Simón? ¿No viven aquí, entre nosotros, sus
hermanas?" Y estaban desconcertados.
Pero
Jesús les dijo: "Todos honran a un profeta, menos los de su tierra, sus
parientes y los de su casa". Y no pudo hacer allí ningún milagro, sólo
curó a algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y estaba extrañado de
la incredulidad de aquella gente. Luego se fue a enseñar en los pueblos
vecinos.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al
prepararnos a ofrecerte, Padre santo, este sacrificio de alabanza, te
suplicamos que para cumplir la misión que nos has confiado nos ayude la
intercesión de san José, a quien concediste cuidar en la tierra,
haciendo las veces de padre de tu Unigénito, Él, que vive y reina por
los siglos de los siglos.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 25, 21
Alégrate, siervo bueno y fiel. Entra a compartir el gozo de tu Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
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Reconocer en Jesús al Mesías no es fácil. Solamente quien cree lo reconoce, acepta sus palabras y admira sus obras. Muchos miran si ver y oyen si escuchar. Todos sabemos que hoy, como en tiempos de Jesús, hay muchos que no aceptan a Cristo y lo rechazan, o no lo conocen y pasan de largo. Cristo sigue desconcertando: su palabra escandaliza, su mensaje engendra oposición y su vida y obras crean conflictos. Otros lo conocen, lo aceptan y su vida adquiere un nuevo sentido. Lo reconocen con los ojos de la fe y no juzgan por las apariencias externas.
Otra reflexión que nos podemos hacer a la luz de este texto del evangelio de hoy es la crudeza de la incomprensión que Jesús sufrió por parte de los suyos. Tuvo que ser muy doloroso para Jesús ir a la sinagoga de Nazaret y sentir el rechazo de sus conocidos, debió sentir una profunda soledad. Una soledad que seguro nacía de de un nivel muy hondo, el posible fracaso de su misión. ¿No significaba este rechazo, quizá que Jesús estaba engañado, que no había recibido la misión que Él se atribuía? De hecho, entre los suyos se decía que estaba loco. ¿No tendrían razón?.
La fe adulta camina al descubierto y no evita las preguntas y la oscuridad. Meditar en la soledad de Jesús ayuda mucho a vivir con realismo lo que es la condición de todo creyente: A medida que la fe se te hace fuente personal de ser,te vas quedando solo. Pero soledad habitada, no solitaria, en que el corazón creyente experimenta lo más gozoso y exigente de su vocacion cristina.