Misal del dia de hoy 27 de Enero 2017 y Comentario al Evangelio

LECTURAS DEL VIERNES III DEL T. ORDINARIO 27 DE ENERO (VERDE)


El Reino de Dios se parece a lo que sucede cuando un hombre siembra la semilla en la tierra.


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ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Ga 6, 14

Que nuestro único orgullo sea la Cruz de nuestro Señor Jesucristo, porque en Él tenemos la salvación, la vida y la resurrección, y por Él hemos sido salvados y redimidos.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que quisiste que tu Unigénito sufriera la cruz para salvar al género humano, concédenos que quienes conocimos su misterio en la tierra, merezcamos alcanzar en el cielo el premio de su redención. Por nuestro Señor Jesucristo…

LITURGIA DE LA PALABRA

Ustedes han soportado grandes luchas. No pierdan, pues la confianza.

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De la carta a los hebreos: 10, 32-39

Hermanos: Recuerden aquellos primeros días en que, recién iluminados por el bautismo, tuvieron ustedes que afrontar duros y dolorosos combates. Unas veces fueron expuestos públicamente a los insultos y tormentos. Otras, compartieron los sufrimientos de los hermanos que eran maltratados, se compadecieron de los que estaban en la cárcel y aceptaron con alegría que los despojaran de sus propios bienes, sabiendo ustedes que están en posesión de otros, mejores y perdurables.

Por lo tanto, no pierdan la confianza, pues la recompensa es grande. Lo que ahora necesitan es la perseverancia, para que, cumpliendo la voluntad de Dios, alcancen lo prometido.
Atiendan a lo que dice la Escritura: Pronto, muy pronto, el que ha de venir vendrá y no tardará; y mi justo, si permanece fiel, vivirá; pero si desconfía, dejará de agradarme. Ahora bien, nosotros no somos de los que desconfían y perecen, sino hombres de fe, destinados a salvarnos.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Del salmo 36

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R/. La salvación del justo es el Señor.

Pon tu esperanza en Dios, practica el bien y vivirás tranquilo en esta tierra. Busca en Él tu alegría y te dará el Señor cuanto deseas. R/.

Pon tu vida en las manos del Señor, en Él confía, y hará que tu virtud y tus derechos brillen igual que el sol de mediodía. R/.

Porque aprueba el camino de los justos, asegura el Señor todos sus pasos; no quedarán por tierra cuando caigan, porque el Señor los tiene de su mano. R/.

La salvación del justo es el Señor; en la tribulación Él es su amparo. A quien en Él confía, Dios lo salva de los hombres malvados. R/.

ACLAMACIÓN  Cfr. Mt 11, 25

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R/. Aleluya, aleluya.

Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del Reino a la gente sencilla. R/.

El hombre siembra su campo, y sin que él sepa cómo, la semilla germina y crece.

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Del santo Evangelio según san Marcos: 4, 26-34

En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: "El Reino de Dios se parece a lo que sucede cuando un hombre siembra la semilla en la tierra: que pasan las noches y los días, y sin que él sepa cómo, la semilla germina y crece; y la tierra, por sí sola, va produciendo el fruto: primero los tallos, luego las espigas y después los granos en las espigas. Y cuando ya están maduros los granos, el hombre echa mano de la hoz, pues ha llegado el tiempo de la cosecha". Les dijo también: "¿Con qué compararemos el Reino de Dios? ¿Con qué parábola lo podremos representar? Es como una semilla de mostaza que, cuando se siembra, es la más pequeña de las semillas; pero una vez sembrada, crece y se convierte en el mayor de los arbustos y echa ramas tan grandes, que los pájaros pueden anidar a su sombra".

Y con otras muchas parábolas semejantes les estuvo exponiendo su mensaje, de acuerdo con lo que ellos podían entender. Y no les hablaba sino en parábolas; pero a sus discípulos les explicaba todo en privado.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te rogamos, Señor, que este sacrificio, que en el altar de la cruz borró el pecado del mundo entero, nos purifique de todas nuestras ofensas. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 12, 32

Cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor nuestro, Jesucristo, fortalecidos con este alimento santo, te pedimos que conduzcas a la gloria de tu resurrección a quienes redimiste por el madero vivificante de la Cruz. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.


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Viernes de la tercera semana del tiempo ordinario
“Dijo Jesús a la gente: “El Reino de Dios se parece a un hombre que echa semilla en su tierra. El duerme de noche y se levanta de mañana; la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra da el fruto por sí misma: primero tallos, luego espiga, después el grano”. (Mc 4,26-34)
Yo disfruto en el jardín.
Disfruto contemplando las flores, sobre todo las rosas que me encantan.
Pero disfruto:
Viendo cómo no puedo ver cómo brotan las flores.
Viendo cómo no puedo ver cómo brotan los tallos.
Más bien diría que cada día voy a ver si alguna rosa se ha abierto.
Si algún tallo ha crecido.

Hay otro fenómeno que siempre me ha llamado la atención:
Si estoy todos los días con el niño no lo veo crecer.
Pero si lo veo al tiempo, me doy cuenta cuánto ha crecido.
Es el misterio de la vida que crece.
Pero nadie la ve crecer.
La vida crece tan despacito que no se percibe.
La vida crece tan despacio que solo nos damos cuenta cuando ya ha crecido.
No percibimos como crecemos.
Nos damos cuenta de que hemos crecido.
Hay un misterio en la vida que la hace crecer sin que nadie sea testigo.
Todos somos testigos de que hemos crecido, pero no de cómo vamos creciendo.

Bella imagen que Jesús nos propone para nuestra vida espiritual:
Dios siembra en nosotros la gracia.
Pero no la vemos crecer hasta que nos damos cuenta de que hemos crecido.
Dios siembra en nosotros la fe.
Pero no la vemos crecer hasta que sentimos que se ha fortalecido.
Dios siembra en nosotros la caridad.
Pero no la vemos crecer, hasta que un día sentimos que amamos más.
Dios siembra en nosotros la esperanza.
Pero no la vemos crecer, hasta el día en que sentimos que nuestra esperanza ha madurado.
Dios siembra en nosotros el Evangelio, pero no nos damos cuenta de cómo se va arraigando, hasta el día en que nos damos cuenta de que se va haciendo vida en nuestras vidas.

Lo cual nos está diciendo:
Que Dios actúa en nosotros incluso si nosotros no nos damos cuenta.
Podemos estar dormidos, y Dios sigue actuando en nosotros.
Podemos estar despistados, y Dios sigue actuando en nosotros.
Podemos estar metidos en nuestras cosas, y Dios sigue actuando en nosotros.
Es maravillosa la presencia de Dios en nuestro corazón.
Actúa en nosotros en silencio.
Actúa en nosotros sin hacer ruido.
Actúa en nosotros sin que nos demos cuenta.

Por eso nuestras vidas:
Son un misterio de Dios presente en nosotros.
Son un misterio de Dios que se hace presente incluso si no lo percibimos.
Son un misterio de Dios que crece en nosotros sin que nos enteremos.
Solo cuando hemos crecido interiormente, tomamos conciencia de que algo ha sucedido en nosotros.

Alguien me decía un día. Yo vivía a mi aire. Dios no me interesaba, aunque sentía que creía en él. Y creía vivir tranquilo sin él. Hasta que un día sentí, no sé qué impulso interior que me hizo entrar en la Iglesia y sentí necesidad de confesarme.
Dios es así, porque Dios es vida.
Dios es así, porque Dios se hace semilla en nosotros.
Por eso, nunca podemos decir, “yo nunca cambiaré”.
Dios sigue creciendo en ti y tú te convertirás en tallo y en grano de Evangelio.
Nosotros somos la tierra y Dios es el sembrador y es semilla creciendo en nosotros.
No somos nosotros los que crecemos en nosotros sino Dios que crece en nosotros.