Misal del dia de hoy Jueves 24 de Noviembre 2016 y Comentario al Evangelio

LECTURAS DEL JUEVES XXXIV DEL T. ORDINARIO 24 DE NOVIEMBRE SANTOS ANDRÉS DUNG-LAC, PRÉSBÍTERO, y COMPAÑEROS, MÁRTIRES (ROJO)


Cuando estas cosas comiencen a suceder, pongan atención y levanten la cabeza, porque se acerca la hora de su liberación.


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ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Ga 6, 14; cfr. 1 Co 1, 18

Sólo nos gloriaremos en la cruz de nuestro Señor Jesucristo. El mensaje de la cruz es fuerza de Dios para nosotros, que hemos sido salvados.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, fuente y origen de toda paternidad, que hiciste que los santos mártires Andrés Dung-Lac y compañeros fueran fieles a la Cruz de tu Hijo hasta derramar su sangre, concédenos, por su intercesión, que, propagando tu amor entre los hermanos, podamos llamarnos y ser en verdad hijos tuyos. Por nuestro Señor Jesucristo…

LITURGIA DE LA PALABRA

Cayó Babilonia, la grande.

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Del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan: 18, 1-2. 21- 23; 19, 1-3. 9

Yo, Juan, vi un ángel que bajaba del cielo. Su poder era inmenso y con resplandor iluminó la tierra. Gritó con voz potente y dijo: "Ha caído ya la gran Babilonia y ha quedado convertida en morada de demonios, en guarida de toda clase de espíritus impuros, en escondrijo de aves inmundas y repugnantes".

Otro ángel poderoso levantó una piedra del tamaño de una rueda de molino y la arrojó al mar, diciendo: "Con esta misma violencia será arrojada Babilonia, la gran ciudad, y desaparecerá para siempre. Ya no se volverán a escuchar en ti ni cantos, ni cítaras, ni flautas, ni trompetas. Ya no habrá jamás en ti artesanos de ningún oficio, ni se escuchará más el ruido de la piedra de molino; ya no brillarán en ti las luces de las lámparas ni volverá a escucharse en ti el bullicio de las bodas. Esto sucederá porque tus comerciantes llegaron a dominar la tierra y tú, con tus brujerías, sedujiste a todas las naciones".

Después de esto oí algo así como una inmensa multitud que cantaba en el cielo: "¡Aleluya! La salvación, la gloria y el poder pertenecen a nuestro Dios, porque sus sentencias son legítimas y justas. Él ha condenado a la gran prostituta, que corrompía a la tierra con su fornicación y le ha pedido cuentas de la sangre de sus siervos". Y por segunda vez todos cantaron: "¡Aleluya! El humo del incendio de la gran ciudad se eleva por los siglos de los siglos".

Entonces un ángel me dijo: "Escribe: ‘Dichosos los invitados al banquete de bodas del Cordero’ ".

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Del salmo 99

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R/. Dichosos los invitados al banquete del Señor.

Alabemos a Dios todos los hombres, sirvamos al Señor con alegría y con júbilo entremos en su templo. R/.

Reconozcamos que el Señor es Dios, que él fue quien nos hizo y somos suyos, que somos su pueblo y su rebaño. R/.

Entremos por sus puertas dando gracias, crucemos por sus atrios entre himnos, alabando al Señor y bendiciéndolo. R/.

Porque el Señor es bueno, bendigámoslo, porque es eterna su misericordia y su fidelidad nunca se acaba. R/.

ACLAMACIÓN Lc 21, 28

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R/. Aleluya, aleluya.

Estén atentos y levanten la cabeza, porque se acerca la hora de su liberación, dice el Señor. R/.

Jerusalén será pisoteada por los paganos, hasta que se cumpla el plazo señalado por Dios.

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Del santo Evangelio según san Lucas: 21, 20-28

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Cuando vean a Jerusalén sitiada por un ejército, sepan que se aproxima su destrucción. Entonces, los que estén en Judea, que huyan a los montes; los que estén en la ciudad, que se alejen de ella; los que estén en el campo, que no vuelvan a la ciudad; porque esos días serán de castigo para que se cumpla todo lo que está escrito.

¡Pobres de las que estén embarazadas y de las que estén criando en aquellos días! Porque vendrá una gran calamidad sobre el país y el castigo de Dios se descargará contra este pueblo. Caerán al filo de la espada, serán llevados cautivos a todas las naciones y Jerusalén será pisoteada por los paganos, hasta que se cumpla el plazo que Dios les ha señalado.

Habrá señales prodigiosas en el sol, en la luna y en las estrellas. En la tierra, las naciones se llenarán de angustia y de miedo por el estruendo de las olas del mar; la gente se morirá de terror y de angustiosa espera por las cosas que vendrán sobre el mundo, pues hasta las estrellas se bambolearán. Entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube, con gran poder y majestad. Cuando estas cosas comiencen a suceder, pongan atención y levanten la cabeza, porque se acerca la hora de su liberación".

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Padre Santo, los dones que te presentamos al venerar la pasión de tus santos mártires, y concédenos que, en medio de las adversidades de esta vida, permanezcamos siempre fieles a ti y nos convirtamos en ofrenda agradable a tus ojos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 5, 10

Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados con el mismo y único pan, en la conmemoración, Señor, que permanezcamos unidos en tu amor y alcancemos la recompensa eterna, prometida a los que perseveran hasta el fin. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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Jueves de la semana 34 del tiempo ordinario
“Cuando veáis a Jerusalén sitiada por los ejércitos, sabed que está cerca la destrucción. Entonces, los que estén en Judea, que huyan a la sierra; los que estén en las ciudades, que se alejen; los que estén en el campo, que entren en la ciudad; porque serán días de venganza en que se cumplirá todo lo que está escrito. Entonces verán al Hijo del Hombre venir en una nube, con gran poder y majestad. Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación”. (Lc 21,20-28)
Al final todo parece destrucción.
Al final todo parece meternos miedo en el corazón.
Como si todas las esperanzas se muriesen.
Como si todas las ilusiones se apagasen.
Como si todos los sueños se viniesen abajo.
¿Será que al final de los tiempos las esperanzas e ilusiones se marchitan y mueren?

Jesús no es de los que anuncia calamidades.
Jesús no es de los que anuncia desilusiones.
Jesús no es de los que anuncia desesperanzas.
Jesús no es de los que pone miedos en nuestras mentes.

Por el contrario:
Jesús es de los que nos anuncia que lo transitorio pasará.
Jesús es de los que nos anuncia que lo material pasará.
Jesús es de los que nos anuncia que lo accidental pasará.

Pero:
No para que caigamos en la desilusión.
No para que caigamos en la desesperanza.
No para que caigamos en la muerte de los grandes ideales.

Todo pasará, menos El.
Todo pasará, menos el Evangelio.
Todo pasará, menos el amor de Dios.
Todo pasará, menos la gracia de la salvación.
Todo pasará, menos Dios.

Lo nuevo:
Necesita renunciar a lo viejo.
Necesita destruir lo viejo.
Necesita destruir lo que está en ruinas.

Jesús anuncia que lo caduco desaparecerá.
Jesús anuncia que lo perecedero desaparecerá.
Pero vendrá lo definitivo.

Y es entonces cuando “veremos la verdadera gloria del Hijo del Hombre”.
Será entonces cuando “le veremos venir a Él en todo su poder y majestad”.
Será entonces cuando estamos llamados no a hundirnos en la desesperación:
Sino a levantar la cabeza.
Porque se acerca nuestra liberación

Con frecuencia la vida está cargada de desilusiones y desesperanzas.
Pero no es ese el final.
El final será la realización de toda esperanza.
Con frecuencia la vida está oscurecida por las desgracias.
No es fácil entonces ver la luz al final del túnel.
Sin embargo:
No será el mal el que triunfe definitivamente.
Sino el bien.
No será la mentira la que triunfe al final de camino.
Sino la verdad.
No serán los hombres los que triunfen destruyéndonos.
Sino que será Dios que nos salvará.
No será el final de todo.
Será el comienzo de lo nuevo, lo definitivo.

No estamos llamados al miedo, sino a la confianza.
No estamos llamados a la desgracia, sino a la gracia.
No estamos llamados al vacío, sino a la plenitud.
No estamos llamados a la muerte, sino a la vida.
No estamos llamados a seguir siempre sufriendo en este mundo.
Sino que estamos llamados a la felicidad de Dios.
Al final, todo desaparecerá.
Pero para dar lugar a la novedad del más allá.
No tengamos miedo, “alcemos la cabeza”, “abramos los ojos”:
Es la plenitud de la salvación la que está amaneciendo.

Juan Jáuregui