Misal del dia de hoy 5 de Noviembre 2016 y Comentario al Evangelio

LECTURAS DEL SÁBADO XXXI DEL T. ORDINARIO 5 DE NOVIEMBRE (VERDE O BLANCO)


No hay criado que pueda servir a dos amos, pues odiará a uno y amará al otro.


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ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Jdt 13,18-19

María, el Altísimo te ha bendecido más que a todas las mujeres de la tierra, y ha glorificado tu nombre de tal modo, que tu alabanza siempre está en labios de todos.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que elegiste entre todas las mujeres a santa María Virgen, llena de tu gracia, para que fuera la Madre de tu Hijo, nuestro Redentor, concede a quienes veneramos su santo nombre, que evitemos los peligros del tiempo presente y consigamos con ella la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo…

LITURGIA DE LA PALABRA

Todo lo puedo unido a aquel que me da fuerza.

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De la carta del apóstol san Pablo a los filipenses: 4, 10-19

Hermanos: Me he alegrado mucho en el Señor de que el interés de ustedes por mí se haya vuelto a manifestar. No es que no lo tuvieran, sino que les había faltado la ocasión de ayudarme. Y no se lo digo porque esté necesitado, pues he aprendido a conformarme con lo que tengo.

Sé lo que es vivir en pobreza y también lo que es tener de sobra. Estoy acostumbrado a todo: lo mismo a comer bien que a pasar hambre; lo mismo a la abundancia que a la escasez. Todo lo puedo unido a aquel que me da fuerza. Sin embargo, han hecho ustedes bien en socorrerme cuando me vi en dificultades.

Ustedes saben, filipenses, que al comenzar a predicar el Evangelio, cuando salí de Macedonia, ninguna comunidad cristiana, fuera de ustedes, me brindó una ayuda económica a cambio de lo que habían recibido de mí. Pues, incluso cuando estaba en Tesalónica, en más de una ocasión me enviaron ayuda para aliviar mis necesidades.

No es que yo busque sus donativos; lo que me importa es que ustedes se hagan cada vez más ricos ante Dios. Tengo cuanto necesito y más de lo que necesito.

Tengo de sobra con lo que Epafrodito me entregó de parte de ustedes, y que es para Dios ofrenda y sacrificio que él acepta con agrado. Y mi Dios, con su infinita riqueza, remediará con esplendidez todas sus necesidades, por medio de Cristo Jesús.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Del salmo 111

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R/. Dichosos los que temen al Señor.

Dichosos los que temen al Señor y aman de corazón sus mandamientos; poderosos serán sus descendientes: Dios bendice a los hijos de los buenos. R/.

Quienes, compadecidos, prestan y llevan su negocio honradamente, jamás se desviarán: vivirá su recuerdo para siempre. R/.

Firme está y sin temor su corazón, al pobre dan limosna, obran siempre conforme a la justicia; su frente se alzará llena de gloria. R/.

ACLAMACIÓN  2 Co 8, 9

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R/. Aleluya, aleluya.

Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre, para enriquecernos con su pobreza. R/.

Si con el dinero, tan lleno de injusticias, no fueron fieles, ¿quién les confiará los bienes verdaderos?

clip_image005Del santo Evangelio según san Lucas: 16, 9-15

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Con el dinero, tan lleno de injusticias, gánense amigos que, cuando ustedes mueran, los reciban en el cielo.

El que es fiel en las cosas pequeñas, también es fiel en las grandes; y el que es infiel en las cosas pequeñas, también es infiel en las grandes. Si ustedes no son fieles administradores del dinero, tan lleno de injusticias, ¿quién les confiará los bienes verdaderos? Y si no han sido fieles en lo que no es de ustedes, ¿quién les confiará lo que sí es de ustedes?

No hay criado que pueda servir a dos amos, pues odiará a uno y amará al otro, o se apegará al primero y despreciará al segundo. En resumen, no pueden ustedes servir a Dios y al dinero".

Al oír todas estas cosas, los fariseos, que son amantes del dinero, se burlaban de Jesús. Pero él les dijo: "Ustedes pretenden pasar por justos delante de los hombres; pero Dios conoce sus corazones, y lo que es muy estimable para los hombres es detestable para Dios".

Palabra del Señor.  

Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Mira, Señor, los dones que te ofrecemos, para que nuestros corazones, inundados con la claridad del Espíritu Santo, por la intercesión de la siempre Virgen santa María, se empeñen sin cesar en mantenerse unidos a Cristo, tu Hijo. El, que vive y reina por los siglos de los siglos.

Prefacio de Santa María Virgen

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Lc 1, 26-27

El ángel Gabriel fue enviado por Dios a una virgen, y el nombre de la virgen era María.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios nuestro, concede a quienes has alimentado en la mesa de la Palabra y de la Eucaristía, rechazar, bajo la guía y protección de la santísima Virgen, lo que es indigno del nombre cristiano, y hacer siempre lo que ese nombre significa. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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  El dinero, las riquezas. Ahí está lo que parece ser el
 tema del Evangelio de hoy. El dinero es injusto. Hay 
que ser honrado. Y puede llegar a convertirse en un
 Dios, en un ídolo, al que la persona se entrega sin 
medida. Por eso, en ocasiones, parece que el dinero
 entra en competición con Dios mismo. Porque la
 persona pone el dinero y las riquezas a tal altura que
 se sitúan al nivel del mismo Dios. Por eso, Jesús
 termina concluyendo que no se puede servir a la vez 
a dos señores. O se sirve a uno o al otro. No se 
puede servir al mismo tiempo a Dios y al dinero.  
      Vamos a ser realistas. La inmensa mayoría de los que lean y escuchen hoy este Evangelio no están en esa situación de tener un conflicto entre servir a Dios o al dinero. Pasa que en esta vida tan complicada y dura que nos toca vivir, el dinero es un elemento necesario. Sin dinero no se puede vivir: no se puede comprar lo necesario, no se puede atender a las necesidades personales, no se puede sacar adelante una familia. No es que se sirve al dinero, es que es necesario. Pensar que se puede dejar de lado, que se puede vivir sin él, es una ilusión que quizá sólo se la pueden permitir los jóvenes cuando están en plena adolescencia, o los hijos e hijas de papá que nunca han sabido lo que es trabajar para ganar un peso con el que poder comprar lo necesario para ir tirando. La realidad es que para mucha gente de nuestro mundo actual vivir es sobre todo una lucha por sobrevivir, por llegar al día siguiente como sea. 
      Pero siempre se mezcla un poco en nuestra vida un cierto egoísmo, un cierto miedo a no tener lo suficiente para nosotros, a buscar la seguridad para nosotros y los nuestros. A veces, a buscar una seguridad que va más allá de lo humanamente razonable. A veces, se nos olvida que es precisamente cuando compartimos lo que tenemos cuando nos podemos sentir más seguros, cuando podemos vivir mejor y más felices. 
      O quizá también podamos hacer un poco de examen de nuestra vida pensando en eso de que no podemos servir a dos señores. Ese segundo “señor” que entra en competición con Dios puede ser el dinero pero también puede ser la ley y su observancia. El Evangelio termina con Jesús acusando a los fariseos de ser muy observantes externamente, de cumplir todos los preceptos de la ley, pero no amar a Dios de verdad. Eso sucede cuando se pone la ley por encima de Dios. 
      No puede haber en nuestra vida nada por encima del Reino, por encima de la fraternidad, por encima del amor. Todo lo demás es relativo. El dinero, el trabajo, la política y tantas otras cosas de nuestra vida, o sirven para construir el Reino o son pesos inútiles que nos desvían de lo que es realmente importante.