LECTURAS DEL LUNES XXVIII DEL T. ORDINARIO 10 DE OCTUBRE (VERDE)
Y aquí hay uno que es más que Salomón.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 105, 47
Sálvanos, Señor, Dios nuestro, y reúnenos de entre las naciones, para que podamos celebrar tu santo nombre y cantar tu alabanza.
ORACIÓN COLECTA
Dios
nuestro, que uniste a pueblos diversos en la confesión de tu nombre,
concédenos querer y poder practicar cuanto nos mandas, para que, el
pueblo llamado a poseer tu Reino, tenga una misma fe en sus pensamientos
y un mismo amor en sus obras. Por nuestro Señor Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
No somos hijos de la esclava, sino de la mujer libre.
De la carta del apóstol san Pablo a los gálatas: 4, 22-24. 26-27. 31-5, 1
Hermanos:
Dice la Escritura que Abraham tuvo dos hijos: uno de la mujer que era
esclava y el otro de la que era libre. El hijo de la esclava fue
engendrado según las leyes naturales; el de la libre, en cambio, en
virtud de la promesa de Dios.
Esto
tiene un sentido simbólico. En efecto, las dos mujeres representan las
dos alianzas: Agar representa la del monte Sinaí, que engendra esclavos y
es figura de la Jerusalén de aquí abajo. Por el contrario, la Jerusalén
de arriba es libre y ésa es nuestra madre. A este respecto dice la
Escritura: Regocíjate tú, la estéril, la que no das a luz; rompe a
cantar de júbilo, tú, la que no has sentido los dolores del parto;
porque la mujer abandonada tendrá más hijos que aquella que tiene
marido.
Así
pues, hermanos, no somos hijos de la esclava, sino de la mujer libre.
Cristo nos ha liberado para que seamos libres. Conserven, pues, la
libertad y no se sometan de nuevo al yugo de la esclavitud.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 112
R/. Bendito sea el Señor ahora y para siempre.
Bendito sea el Señor, alábenlo sus siervos. Bendito sea el Señor, desde ahora y para siempre. R/.
Desde
que sale el sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor. Dios
está sobre todas las naciones, su gloria, por encima de los cielos. R/.
¿Quién
hay como el Señor? ¿Quién iguala al Dios nuestro, que tiene en las
alturas su morada, y sin embargo de esto, bajar se digna su mirada para
ver tierra y cielo? R/.
El
levanta del polvo al desvalido y saca al indigente del estiércol, para
hacerlo sentar entre los grandes, los jefes de su pueblo. R/.
ACLAMACIÓN Cfr. Sal 94, 8
R/. Aleluya, aleluya.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: "No endurezcan su corazón". R/.
A la gente de este tiempo no se le dará otra señal que la del profeta Jonás.
Del santo Evangelio según san Lucas: 11, 29-32
En
aquel tiempo, la multitud se apiñaba alrededor de Jesús y éste comenzó a
decirles: "La gente de este tiempo es una gente perversa. Pide una
señal, pero no se le dará más señal que la de Jonás. Pues así como Jonás
fue una señal para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del
hombre para la gente de este tiempo.
Cuando
sean juzgados los hombres de este tiempo, la reina del sur se levantará
el día del juicio para condenarlos, porque ella vino desde los últimos
rincones de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay
uno que es más que Salomón.
Cuando
sea juzgada la gente de este tiempo, los hombres de Nínive se
levantarán el día del juicio para condenarla, porque ellos se
convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que
Jonás".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor,
al celebrar el memorial de nuestra salvación, imploramos humildemente
tu clemencia, a fin de que este sacramento de amor sea para nosotros
signo de unidad y vínculo de caridad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio propio
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Col 3, 14-15
Sobre
todas las virtudes pongan el amor, que es el vínculo de la perfecta
unión; y que en sus corazones reine la paz de Cristo a la que han sido
llamados en un solo cuerpo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Infúndenos,
Señor, tu espíritu de caridad, para que, por la eficacia de este
sacrificio, hagas que, cuantos creen en ti, vivan concordes en un mismo
amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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Queridos hermanos
No siempre acogemos las invitaciones que nos hacen. Y no es que no
las aceptemos porque éstas sean malas, sino quizá porque, simplemente,
no nos vienen bien en ese momento, porque estamos cansados y tenemos
pereza para movernos o, simplemente, porque perturban otros planes que
ya teníamos preestablecidos.El signo de Jonás al que alude Jesús es el milagro de la conversión de los ninivitas ante la propuesta del profeta. La predicación de Jonás consiguió que los ninivitas cambiaran de perspectiva y decidieran salir de donde estaban para caminar a la luz del Señor. Jonás consiguió que decidieran moverse y abandonar su anterior postura para encaminarse hacia la voluntad de Dios.
La Palabra de Dios tiene esa capacidad de activar en quien la oye una respuesta así. Pero el profeta no siempre es escuchado. El hombre no siempre escucha la Palabra liberadora que le viene de Dios. Así es la libertad humana. A veces parece que las personas prefiriésemos vivir en la esclavitud de nuestras costumbres, de nuestras pasiones o pecados, de nuestros horizontes tal vez cortos, sin querer cambiar de vida o de rumbo hacia una mayor felicidad. Es lo que Jesús reprocha a los que le estaban escuchando: que no aceptan su invitación a mirar más lejos y a acoger la novedad del Reino, aunque eso les complique un poco la vida y les obligue a salir de su área de confort.
Ahí queda el desafío que hoy nos propone el Señor: acoger la invitación al Reino y la vida nueva que este trae consigo, o no hacerlo. Nada ni nadie nos obliga. El Reino siempre es una invitación que siempre ha de ser acogida desde nuestra libertad. La invitación a abrazar un horizonte más bello es un regalo que el Señor nos hace.
El testimonio es unánime: si quieres ser libre y feliz realmente,no dejes de aceptarlo.