Misal del dia de hoy 9 de Octubre 2016 y Comentario al Evangelio

LECTURAS DEL DOMINGO XXVIII DEL T. ORDINARIO 9 DE OCTUBRE (VERDE)


¿No eran diez los que quedaron limpios? ¿Dónde están los otros nueve?


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ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 129, 3-4

Si conservaras el recuerdo de nuestras faltas, Señor, ¿quién podría resistir? Pero tú, Dios de Israel, eres Dios de perdón.

ORACIÓN COLECTA

Te pedimos, Señor, que tu gracia continuamente nos disponga y nos acompañe, de manera que estemos siempre dispuestos a obrar el bien. Por nuestro Señor Jesucristo…

LITURGIA DE LA PALABRA

Volvió Naamán a donde estaba el hombre de Dios y alabó al Señor.

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Del segundo libro de los Reyes: 5, 14-17

En aquellos días, Naamán, el general del ejército de Siria, que estaba leproso, se bañó siete veces en el Jordán, como le había dicho Eliseo, el hombre de Dios, y su carne quedó limpia como la de un niño.

Volvió con su comitiva a donde estaba el hombre de Dios y se le presentó diciendo: "Ahora sé que no hay más Dios que el de Israel. Te pido que aceptes estos regalos de parte de tu siervo". Pero Eliseo contestó: "Juro por el Señor, en cuya presencia estoy, que no aceptaré nada". Y por más que Naamán insistía, Eliseo no aceptó nada.

Entonces Naamán le dijo: "Ya que te niegas, concédeme al menos que me den unos sacos con tierra de este lugar, los que puedan llevar un par de mulas. La usaré para construir un altar al Señor, tu Dios, pues a ningún otro dios volveré a ofrecer más sacrificios".

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Del salmo 97

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R/. El Señor nos ha mostrado su amor y su lealtad.

Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra y su santo brazo le han dado la victoria. R/.

El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su justicia. Una vez más ha demostrado Dios su amor y su lealtad hacia Israel. R/.

La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos y naciones aclamen con júbilo al Señor. R/.

Si nos mantenemos firmes, reinaremos con Cristo.

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De la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo: 2, 8-13

Querido hermano: Recuerda siempre que Jesucristo, descendiente de David, resucitó de entre los muertos, conforme al Evangelio que yo predico. Por este Evangelio sufro hasta llevar cadenas, como un malhechor; pero la palabra de Dios no está encadenada. Por eso lo sobrellevo todo por amor a los elegidos, para que ellos también alcancen en Cristo Jesús la salvación, y con ella, la gloria eterna.

Es verdad lo que decimos: "Si morimos con él, viviremos con él; si nos mantenemos firmes, reinaremos con él; si lo negamos, él también nos negará; si le somos infieles, él permanece fiel, porque no puede contradecirse a sí mismo".

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN  1 Ts 5, 18

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R/. Aleluya, aleluya.

Den gracias siempre, unidos a Cristo Jesús, pues esto es lo que Dios quiere que ustedes hagan. R/.

¿No ha habido nadie, fuera de este extranjero, que volviera para dar gloria a Dios?

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Del santo Evangelio según san Lucas: 17,11-19

En aquel tiempo, cuando Jesús iba de camino a Jerusalén, pasó entre Samaria y Galilea. Estaba cerca de un pueblo, cuando le salieron al encuentro diez leprosos, los cuales se detuvieron a lo lejos y a gritos le decían: "¡Jesús, maestro, ten compasión de nosotros!"

Al verlos, Jesús les dijo: "Vayan a presentarse a los sacerdotes". Mientras iban de camino, quedaron limpios de la lepra.

Uno de ellos, al ver que estaba curado, regresó, alabando a Dios en voz alta, se postró a los pies de Jesús y le dio las gracias. Ése era un samaritano. Entonces dijo Jesús: "¿No eran diez los que quedaron limpios? ¿Dónde están los otros nueve? ¿No ha habido nadie, fuera de este extranjero, que volviera para dar gloria a Dios?" Después le dijo al samaritano: "Levántate y vete. Tu fe te ha salvado".

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Credo

PLEGARIA UNIVERSAL

Agradecidos por la salvación que hemos recibido, y llenos de confianza, presentemos al Padre nuestras plegarias.

Después de cada petición diremos: Padre misericordioso, escúchanos.

Por la Iglesia. Que siempre, especialmente en este Año de la Misericordia, sepa dar testimonio fiel del Evangelio del Señor. Oremos.

Por los pueblos y naciones del continente Americano. Que sean fieles a la fe recibida y luchen siempre por la justicia y la paz. Oremos.

Por todos los que sufren a causa de su fe o de su lucha por la libertad y la justicia. Que experimenten la fortaleza de Dios en todo momento, y puedan ver el fruto de sus dolores y esfuerzos. Oremos.

Por aquellos que se habían alejado de la fe y ahora quieren volver a ella. Que el Espíritu Santo los ilumine y fortalezca en su camino. Oremos.

Por todos nosotros. Que la celebración de la Eucaristía nos ayude a ser más agradecidos por los dones que constantemente recibimos de Dios. Oremos.

Escúchanos, Padre de bondad, y derrama tu Espíritu Santo sobre el mundo entero. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, las súplicas de tus fieles junto con estas ofrendas que te presentamos, para que, lo que celebramos con devoción, nos lleve a alcanzar la gloria del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 33, 11

Los ricos se empobrecen y pasan hambre; los que buscan al Señor, no carecen de nada.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor, suplicamos a tu majestad que así como nos nutres con el sagrado alimento del Cuerpo y de la Sangre de tu Hijo, nos hagas participar de la naturaleza divina. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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“De bien nacidos, es ser agradecidos”, es uno de nuestros antiguos refranes. Pero nuestra sociedad, en la que predomina el individualismo, suele ser poco agradecida. Incluso en nuestras celebraciones religiosas solemos pedir mucho y dar poco las gracias. A los niños les solemos enseñar, que hay que dar las gracias: “que se dice… gracias”, pero cuando vamos creciendo, las gracias o las damos por supuestas o muy de tarde en tarde, las expresamos en voz alta a la familia, la pareja, los amigos… Nos cuesta ser agradecidos.
La primera lectura de los Reyes y el Evangelio de hoy, nos recuerdan, la gratuidad. Naamán el Sirio, quiere hacer un regalo a Eliseo por haberle curado de la lepra, pero éste no lo acepta: “Y aunque le insistía, lo rehusó”, está en la línea de lo que después diría Jesús: “Lo que habéis recibido gratis, darlo gratis”. Pero hay más cosas, el hecho de quedar limpio, le lleva a confesar la fe: “Ahora reconozco que no hay dios en toda la tierra más que el de Israel”, “Porque en adelante tu servidor no ofrecerá holocaustos ni sacrificios a otros dioses fuera del Señor”. El que es agradecido se siente pobre, humilde, religado a ese Dios que ha producido en él el milagro
El texto de Lucas, nos da detalles de lo que significaba la lepra, apartaba de la comunidad, de la vida social y de la religiosa. Los diez leprosos estaban a las afueras del pueblo: “cuando iba a entrar en un pueblo, se pararon a lo lejos y a gritos le decían: Jesús, maestro, ten compasión de nosotros”. Por eso, este milagro no sólo cura, sino que restaura y hace pasar de ser descartados a incorporase a la vida: “Id a presentaros a los sacerdotes”. La salud es signo de la bendición de Dios que certifican los sacerdotes.
Pero el evangelista no da puntadas sin hilo. El envío de Jesús a los sacerdotes, en las leyes judías, significaba la curación de la enfermedad y la purificación religiosa. Pues bien, fueron precisamente los nueve judíos los que no volvieron a dar las gracias a Jesús, mientras el samaritano, el que no creía en las leyes judías y era un hereje, es el que regresa a expresar su sentimiento de agradecimiento. ¿Qué significa esto?
En ocasiones, la religión estrictamente tomada, endurece el corazón y deshumaniza a las personas. Los observantes, podemos perder el sentido de la gratuidad y pensar, (que nuestra madre nos haga la comida, eso es lo normal). El samaritano, el hombre sin religión o equivocado, es el que hace lo que es humano, lo elemental, dar gracias a quien te ha curado. No es difícil que muchas veces en las religiones se aplique más las leyes morales, el Derecho Canónico, que un humanismo agradecido.
Al alabar la fe del samaritano: “Levántate, vete; tu fe te ha salvado”, reprocha la cerrazón de los otros. Se queda al descubierto, una realidad constante en el corazón del hombre, o creerse con derechos delante de Dios o recibir el Evangelio como gracia y como don. En nuestra cultura, en demasiadas ocasiones pragmática, nadie da nada a cambio de nada, práctica, utilitarista…, reconocer el don recibido y que estamos necesitados de “Alguien”, es el camino para llegar a la fe, de la que se nos hablaba el domingo pasado.
La eucaristía de cada domingo, debe ser también un momento de acción de gracias. Un momento, para como dice el salmo responsorial: “Aclamar al Señor, gritad, vitoread, tocad”. Una celebración que no manifieste esto, puede ser que muestre una fe anquilosada. El agradecimiento, la fiesta, la alabanza, nos deben de llevar a unir la fe y la vida. De este momento, podemos hacer un espacio para recuperar el sentirse amado por Dios, por eso estamos alegres: “Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se echó por tierra a los pies de Jesús.