LECTURAS DEL JUEVES XXVI DEL T. ORDINARIO 29 DE SEPTIEMBRE SAN MIGUEL, SAN GABRIEL Y SAN RAFAEL ARCÁNGELES (BLANCO)
"Yo les aseguro que verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre".
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 102, 20
Bendigan al Señor todos sus ángeles, poderosos ejecutores de sus órdenes, prontos a obedecer su palabra.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor
Dios, que con admirable armonía distribuyes las funciones de los
ángeles y de los hombres, concede, benigno, que aquellos mismos que te
asisten, sirviéndote siempre en el cielo, sean los que protejan nuestra
vida en la tierra. Por nuestro Señor Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
Miguel y sus ángeles pelearon contra el dragón.
Del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan: 12, 7-12
En
el cielo se trabó una gran batalla: Miguel y sus ángeles pelearon
contra el dragón. El dragón y sus ángeles lucharon ferozmente, pero
fueron vencidos y arrojados del cielo para siempre. Así, el dragón, que
es la antigua serpiente, la que se llama Diablo y Satanás, la que engaña
al mundo entero, fue precipitado a la tierra, junto con sus ángeles.
Entonces
yo, Juan, oí en el cielo una voz poderosa, que decía: "Ha sonado la
hora de la victoria de nuestro Dios, de su dominio y de su reinado, y
del poder de su Mesías, porque ha sido reducido a la impotencia el que
de día y de noche acusaba a nuestros hermanos, delante de Dios. Pero
ellos lo han vencido por medio de la sangre del Cordero y por el
testimonio que dieron, pues su amor a la vida no les impidió aceptar la
muerte. Por eso, alégrense los cielos y todos los que en ellos habitan".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 137
R/. Te cantaremos, Señor, delante de tus ángeles.
De
todo corazón te damos gracias, Señor, porque escuchaste nuestros
ruegos. Te cantaremos delante de tus ángeles, te adoraremos en tu
templo. R/.
Señor, te damos gracias por tu lealtad y por tu amor: siempre que te invocamos nos oíste y nos llenaste de valor. R/.
Que
todos los reyes de la tierra te reconozcan, al escuchar tus prodigios.
Que alaben tus caminos, porque tu gloria es inmensa. R/.
ACLAMACIÓN Sal 102, 21
R/. Aleluya, aleluya.
Que bendigan al Señor todos sus ejércitos, servidores fieles que cumplen su voluntad. R/.
Verán a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.
Del santo Evangelio según san Juan: 1, 47-51
En
aquel tiempo, cuando Jesús vio que Natanael se acercaba, dijo: "Éste es
un verdadero israelita en el que no hay doblez". Natanael le preguntó:
"¿De dónde me conoces?" Jesús le respondió: "Antes de que Felipe te
llamara, te vi cuando estabas debajo de la higuera". Respondió Natanael:
"Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el rey de Israel". Jesús le
contestó: "Tú crees, porque te he dicho que te vi debajo de la higuera.
Mayores cosas has de ver". Después añadió: "Yo les aseguro que verán el
cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del
hombre".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te
ofrecemos, Señor, este sacrificio de alabanza, llevado ante tu soberana
presencia por ministerio de los ángeles, y te pedimos humildemente que
lo recibas complacido y hagas que nos sirva para nuestra salvación. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
En
verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias
siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno. Y no cesar de alabarte, celebrando a tus ángeles y arcángeles,
ya que el honor que les tributamos, redunda en tu gloria y proclama tu
grandeza; pues, si es digna de admiración la creatura angélica, lo es
inmensamente más aquel que la creó. Por Cristo, Señor nuestro. Por él,
adoran tu majestad todos los ángeles, y nosotros, a una con ellos, te
adoramos llenos de júbilo, diciendo: Santo, Santo, Santo…
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 137, 1
De todo corazón te doy gracias, Señor; te cantaré delante de tus ángeles.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que
nos fortalezca, Señor, el pan celestial con que nos has alimentado,
para que caminemos seguros por la senda de la salvación bajo la fiel
custodia de los ángeles. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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La humanidad siempre ha buscado la trascendencia, pues nunca se contenta con el mundo puramente material. La presencia de ángeles en nuestra vida es parte de la fe judaica y cristiana. Algunos tienen misiones especiales y son llamados de arcángeles. Son estos que la Iglesia celebra hoy: Miguel, Rafael y Gabriel. Aunque tenemos la costumbre de representarlos como hombres con rostro suave, en la Sagrada Escritura aparecen muchas veces como seres infunden temor, pues son la manifestación de la gloria y del poder de Dios que recuerdan a los hombres la adoración que deben dar a su Creador.
Los ángeles perdieron su espacio en nuestra sociedad, cada vez más tecnológica y científica. Muchos fueron relegados a las estanterías esotéricas. Pero el Evangelio nos recuerda algo especial en estas figuras celestiales: ellos suben y bajan al servicio del Hijo del Hombre. Es una alusión a la escalera de Jacob, que une este mundo a la misma divinidad. Los ángeles nos hacen descubrir los secretos del cielo y nos introducen en el mismo proyecto soñado por Dios, es decir, así como ellos, nosotros también estamos llamados a la construcción de una historia en la que Cristo es el centro y es nuestro fin. Ellos son expresión de la comunicación de Dios con los hombres y de los hombres con Dios.
Los pokémons pueden ser más entretenidos y nos hacen salir de nuestras casas con la misión de capturar otros pokémons, pero eso es un juego apenas, es lo virtual en lo real. La fe nos lleva a una aventura más emocionante: con Miguel somos llamados a combatir el buen combate de la fe, con Rafael a sanar las heridas de las personas y con Gabriel a anunciar buenas noticias, en especial la gran noticia de salvación del Evangelio. La realidad de los ángeles no es virtual, es celestial y, diferentemente de una pantalla de Smartphone, necesitamos los ojos de la fe para saber que existen seres que nos acompañan.