Misal del dia de hoy Domingo 31 de Julio 2016 y Comentario al Evangelio

LECTURAS DEL DOMINGO XVIII DEL T. ORDINARIO 31 DE JULIO (VERDE)


"Eviten toda clase de avaricia, porque la vida del hombre no depende de la abundancia de los bienes que posea".


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ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 69, 2. 6

Dios mío, ven en mi ayuda; Señor, date prisa en socorrerme. Tú eres mi auxilio y mi salvación; Señor, no tardes.

ORACIÓN COLECTA

Ayuda, Señor, a tus siervos, que imploran tu continua benevolencia, y ya que se glorían de tenerte como su creador y su guía, renueva en ellos tu obra creadora y consérvales los dones de tu redención. Por nuestro Señor Jesucristo…

LITURGIA DE LA PALABRA

¿Qué provecho saca el hombre de todos sus trabajos?

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Del Eclesiastés (Cohélet): 1, 2; 2, 21-23

Todas las cosas, absolutamente todas, son vana ilusión. Hay quien se agota trabajando y pone en ello todo su talento, su ciencia y su habilidad, y tiene que dejárselo todo a otro que no lo trabajó. Esto es vana ilusión y gran desventura. En efecto, ¿qué provecho saca el hombre de todos sus trabajos y afanes bajo el sol? De día dolores, penas y fatigas; de noche no descansa. ¿No es también eso vana ilusión?

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Del salmo 89

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R/. Señor, ten compasión de nosotros.

Tú haces volver al polvo a los humanos, diciendo a los mortales que retornen. Mil años son para ti como un día, que ya pasó; como una breve noche. R/.

Nuestra vida es tan breve como un sueño; semejante a la hierba, que despunta y florece en la mañana y por la tarde se marchita y se seca. R/.

Enséñanos a ver lo que es la vida y seremos sensatos. ¿Hasta cuándo, Señor, vas a tener compasión de tus siervos? ¿Hasta cuándo? R/.

Llénanos de tu amor por la mañana y júbilo será la vida toda. Que el Señor bondadoso nos ayude y dé prosperidad a nuestras obras. R/.

Busquen los bienes de arriba, donde está Cristo.

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De la carta del apóstol san Pablo a los colosenses: 3, 1-5. 9-11

Hermanos: Puesto que han resucitado con Cristo, busquen los bienes de arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios. Pongan todo el corazón en los bienes del cielo, no en los de la tierra, porque han muerto y su vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando se manifieste Cristo, vida de ustedes, entonces también ustedes se manifestarán gloriosos juntamente con él.

Den muerte, pues, a todo lo malo que hay en ustedes: la fornicación, la impureza, las pasiones desordenadas, los malos deseos y la avaricia, que es una forma de idolatría. No sigan engañándose unos a otros; despójense del modo de actuar del viejo yo y revístanse del nuevo yo, el que se va renovando conforme va adquiriendo el conocimiento de Dios, que lo creó a su propia imagen. En este orden nuevo ya no hay distinción entre judíos y no judíos, israelitas y paganos, bárbaros y extranjeros, esclavos y libres, sino que Cristo es todo en todos.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN  Mt 5, 3

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R/. Aleluya, aleluya.

Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. R/.

¿Para quién serán todos tus bienes?

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Del santo Evangelio según san Lucas: 12,13-21

En aquel tiempo, hallándose Jesús en medio de una multitud, un hombre le dijo: "Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia". Pero Jesús le contestó: "Amigo, ¿quién me ha puesto como juez en la distribución de herencias?" Y dirigiéndose a la multitud, dijo: "Eviten toda clase de avaricia, porque la vida del hombre no depende de la abundancia de los bienes que posea". Después les propuso esta parábola: "Un hombre rico obtuvo una gran cosecha y se puso a pensar: `¿Qué haré, porque no tengo ya en dónde almacenar la cosecha? Ya sé lo que voy a hacer: derribaré mis graneros y construiré otros más grandes para guardar ahí mi cosecha y todo lo que tengo. Entonces podré decirme: Ya tienes bienes acumulados para muchos años; descansa, come, bebe y date a la buena vida’. Pero Dios le dijo: `¡Insensato! Esta misma noche vas a morir. ¿Para quién serán todos tus bienes?’ Lo mismo le pasa al que amontona riquezas para sí mismo y no se hace rico de lo que vale ante Dios".

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Credo

PLEGARIA UNIVERSAL

Oremos a Dios para que renueve a todo el mundo.

Después de cada petición diremos:

Padre misericordioso, escúchanos.

Por el Papa Francisco y por nuestro obispo N.: que sean fieles al servicio que les ha sido encomendado. Oremos.

Por la paz de los pueblos: que puedan servir al Señor con libertad de espíritu. Oremos.

Por quienes sufren los efectos de la trata de personas: que luchemos para que recuperen su libertad y su dignidad. Oremos.

Por los ancianos que sufren la soledad y la enfermedad: que encuentren en nosotros el consuelo, el afecto y el servicio que necesitan. Oremos.

Por todos nosotros: que seamos testigos del amor que Dios tiene por toda la humanidad y por toda la creación. Oremos.

Padre del cielo, muéstranos tu bondad, y concédenos lo que
nos haces desear. Por Jesucristo…

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Santifica, Señor, por tu piedad, estos dones y al recibir en oblación este sacrificio espiritual, conviértenos para ti en una perenne ofrenda. Por Jesucristo, nuestro Señor. Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 6, 35

Yo soy el pan de vida, dice el Señor. Quien venga a mí no tendrá hambre, y quien crea en mí no tendrá sed.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Acompaña, Señor, con tu permanente auxilio, a quienes renuevas con el don celestial, y a quienes no dejas de proteger, concédeles ser cada vez más dignos de la eterna redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.



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 Relexion al Evangelio

Domingo 18 del Tiempo Ordinario
“En aquel tiempo dijo uno del público a Jesús: Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia.
Él le contestó: Hombre ¿quién me ha nombrado juez o árbitro entre vosotros? Y dijo a la gente: Mirad, guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes. Y les propuso esta parábola: Un hombre rico tuvo una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos: ¿Qué haré? No tengo dónde almacenar la cosecha. Y se dijo: “Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el grano y el resto de mi cosecha. Y entonces me diré a mí mismo: Hombre, tienes bienes acumulados para muchos años: túmbate, come, bebe y date buena vida”. Pero Dios le dijo: “Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será?” Así será el que amasa riquezas para sí y no es rico ante Dios”
(Lc 12,13-21)


Lo que nos diferencia a los hombres es el corazón
La historieta es de Tony de Mello. Dos hermanos decidieron repartir la herencia de sus padres que eran agricultores. Uno era soltero y el otro casado. Como buenos hermanos repartieron el trigo en partes iguales. Pero el soltero pensó: bueno, yo soy soltero y necesito menos que mi hermano que está casado, tiene mujer e hijos. Y así de noche iba y sacaba un poco de trigo de sus sacos y lo echaba en los sacos de su hermano.
Pero resulta que también el hermano casado sacó sus cuentas. Bueno, yo tengo suficiente, además tengo esposa y tengo hijos, mientras que mi hermano tiene que vivir solo. Y cada noche bajaba al granero y echaba algo de su trigo en los sacos de su hermano. Así pasaron los días hasta que una noche, por esas coincidencias de la vida, los dos se encontraron en el granero haciendo la misma faena. Se sonrieron. Se dieron un abrazo.
La noticia cundió por el pueblo. Cuando murieron los dos hermanos el pueblo decidió levantar en aquel lugar una Iglesia. ¿Qué mejor lugar para una Iglesia que un granero donde en secreto se vivía la caridad y el amor fraterno?

Lo que realmente nos diferencia a los hombres es el corazón y no el montón de trigo que llena nuestros graneros.
Lo que definitivamente nos diferencia a todos es:
Si en vez de pensar en uno mismo pensamos en los demás.
Si en vez de pensar en nuestras necesidades pensamos en las de los otros.
Si en vez de amontonar para nosotros decidimos compartir con los demás.
Si en vez de pensar que yo soy soltero y necesito asegurar mi futuro porque luego no tendré nadie que se preocupe de mí, prefiere cada noche compartir su trigo con el hermano que posiblemente tenga más necesidades hoy.

Seguro que habéis visto la película TITANIC… Cuando el barco estaba punto de hundirse, un vigilante arrojó un montón de billetes de Banco a la cara de un pasajero, que se los había entregado para que se le permitiese saltar en una barca de salvamento. Se los arrojó a la cara porque, visto lo que se les venía encima, aquellos billetes eran completamente inútiles…
Pues bien. Cuando se hunda el barco de nuestra vida, en el momento de la verdad lo más importante no van a ser los billetes de banco que tengamos. Lo más importante va a ser que hayamos sido las personas que Dios quiere que seamos. Sólo así seremos ricos ante Dios como nos pide el Evangelio de hoy.