LECTURAS DEL VIERNES IX DEL T. ORDINARIO 3 DE JUNIO SOLEMNIDAD DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS (BLANCO)
En el cielo habrá más alegría por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos, que no necesitan arrepentirse.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 32, 11. 19
Los
proyectos de su corazón subsisten de generación en generación, para
librar de la muerte la vida de sus fieles y reanimarlos en tiempo de
hambre.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor
Dios, que en tu misericordia te dignas enriquecernos con los infinitos
tesoros del amor del Corazón de tu hijo, traspasado por nuestros
pecados, concédenos que al presentarte el fervoroso homenaje de nuestra
devoción, cumplamos también con el deber de una digna reparación. Por
nuestro Señor Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
Yo mismo apacentaré a mis ovejas y las haré reposar.
Esto
dice el Señor Dios: "Yo mismo iré a buscar a mis ovejas y velaré por
ellas. Así como un pastor vela por su rebaño cuando las ovejas se
encuentran dispersas, así velaré yo por mis ovejas e iré por ellas a
todos los lugares por donde se dispersaron un día de niebla y de
oscuridad.
Las
sacaré de en medio de los pueblos, las congregaré de entre las
naciones, las traeré a su tierra y las apacentaré por los montes de
Israel, por las cañadas y por los poblados del país. Las apacentaré en
pastizales escogidos, y en lo alto de los montes de Israel tendrán su
aprisco; allí reposarán en buenos prados, y en pastos suculentos serán
apacentadas sobre los montes de Israel.
Yo
mismo apacentaré a mis ovejas; yo mismo las haré reposar, dice el Señor
Dios. Buscaré a la oveja perdida y haré volver a la descarriada; curaré
a la herida, robusteceré a la débil, y a la que está gorda y fuerte, la
cuidaré. Yo las apacentaré en la justicia".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 22
R/. El Señor es mi pastor, nada me faltará.
El
Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace reposar y
hacia fuentes tranquilas me conduce para reparar mis fuerzas. R/.
Por
ser un Dios fiel a sus promesas, me guía por el sendero recto; así,
aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú estás conmigo.
Tu vara y tu cayado me dan seguridad. R/.
Tú
mismo me preparas la mesa, a despecho de mis adversarios; me unges la
cabeza con perfume y llenas mi copa hasta los bordes. R/.
Tu bondad y tu misericordia me acompañarán todos los días de mi vida; y viviré en la casa del Señor por años sin término. R/.
La prueba de que Dios nos ama está en que Cristo murió por nosotros.
Hermanos:
Dios ha infundido su amor en nuestros corazones por medio del Espíritu
Santo, que Él mismo nos ha dado. En efecto, cuando todavía no teníamos
fuerzas para salir del pecado, Cristo murió por los pecadores en el
tiempo señalado. Difícilmente habrá alguien que quiera morir por un
justo, aunque puede haber alguno que esté dispuesto a morir por una
persona sumamente buena. Y la prueba de que Dios nos ama está en que
Cristo murió por nosotros, cuando aún éramos pecadores. Con mayor razón,
ahora que ya hemos sido justificados por su sangre, seremos salvados
por Él del castigo final. Porque, si cuando éramos enemigos de Dios,
fuimos reconciliados con Él por la muerte de su Hijo, con mucho más
razón, estando ya reconciliados, recibiremos la salvación participando
de la vida de su Hijo. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en
Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien hemos obtenido
ahora la reconciliación.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN Jn 10, 14
R/. Aleluya, aleluya.
Yo soy el buen pastor, dice el Señor, yo conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí. R/.
Alégrense conmigo, porque ya encontré la oveja que se me había perdido.
En
aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos y a los escribas esta parábola:
"¿Quién de ustedes, si tiene cien ovejas y se le pierde una, no deja
las noventa y nueve en el campo y va en busca de la que se le perdió
hasta encontrarla? Y una vez que la encuentra, la carga sobre sus
hombros, lleno de alegría, y al llegar a su casa, reúne a los amigos y
vecinos y les dice: ‘Alégrense conmigo, porque ya encontré la oveja que
se me había perdido’.
Yo
les aseguro que también en el cielo habrá más alegría por un pecador
que se arrepiente, que por noventa y nueve justos, que no necesitan
arrepentirse".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira,
Señor, el inefable amor del Corazón de tu Hijo amado, para que este don
que te ofrecemos sea agradable a tus ojos y sirva como expiación de
nuestros pecados. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
El inmenso amor de Cristo
En
verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias
siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno
por Cristo, Señor nuestro.
El
cual, con inmenso amor, se entregó por nosotros en la cruz e hizo salir
sangre y agua de su costado herido, de donde habrían de brotar los
sacramentos de la Iglesia, para que todos los hombres, atraídos hacia el
corazón abierto del Salvador, pudieran beber siempre, con gozo, de la
fuente de la salvación. Por eso, con todos los ángeles y los santos te
alabamos, diciendo sin cesar: Santo, Santo, Santo…
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 19, 34
Uno de los soldados le abrió el costado con su lanza, e inmediatamente salió sangre y agua.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor
y Padre nuestro, que este sacramento de amor nos haga arder en santo
afecto, de modo que, atraídos siempre hacia tu Hijo, sepamos reconocerlo
en nuestros hermanos. Él, que vive y reina por los siglos de los
siglos.