LECTURAS DEL LUNES XIII DEL T. ORDINARIO 27 DE JUNIO MEMORIA DE NUESTRA SEÑORA DEL PERPETUO SOCORRO (BLANCO)
El Hijo del hombre no tiene en dónde reclinar la cabeza.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Jdt 13, 18-19
Bendita
eres tú, Virgen María, por obra de Dios Altísimo, sobre todas las
mujeres de la tierra; porque tu nombre ha sido engrandecido para que la
boca de los hombres no cese de alabarte.
ORACIÓN COLECTA
Señor
nuestro Jesucristo, que en tu santísima Madre, la Virgen María, has
querido darnos una madre dispuesta siempre a socorrernos, concédenos,
por su intercesión maternal, experimentar en nosotros los frutos de tu
redención. Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu
Santo y eres Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Aplastan a los pobres contra el suelo.
Del libro del profeta Amós: 2, 6-10.13-16
Esto
dice el Señor: "Por sus innumerables pecados no perdonaré a Israel.
Porque venden al inocente por dinero, y al pobre, por un par de
sandalias. Aplastan a los pobres contra el suelo y sacan del camino a
los humildes. Padre e hijo acuden a la misma mujer, profanando mi santo
nombre. Sobre ropas tomadas como prenda se sientan a comer en sus
santuarios y se beben las multas de los pobres en el templo de su Dios.
Cuando
ustedes llegaron a esta tierra, yo destruí a los amorreos; eran altos
como los cedros y fuertes como las encinas; destruí sus frutos por
arriba, y por abajo, sus raíces. En cambio, a ustedes yo los saqué de
Egipto y los conduje por el desierto durante cuarenta años, para darles
en posesión la tierra de los amorreos.
Pues
bien, ahora yo los aplastaré contra el suelo, como la carreta tritura
las espigas. El más veloz no logrará escapar, al más fuerte de nada le
servirá su fuerza, y ni el más valiente salvará su vida. El arquero no
resistirá, no se librará el más ágil, el jinete no se salvará, el
soldado más fuerte y valiente huirá desnudo aquel día".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 49
R/. Perdona a tu pueblo, Señor.
¿Por
qué citas mis preceptos y hablas a toda hora de mi pacto, tú, que
detestas la obediencia y echas en saco roto mis mandatos? R/.
Cuando ves un ladrón, corres con él, te juntas con los adúlteros; usas tu lengua para el mal, tu boca trama el engaño. R/.
Te
pones a insultar a tu hermano y deshonras al hijo de tu madre. Tú haces
esto, ¿y yo tengo que callarme? ¿Crees acaso que yo soy como tú? No, yo
te reprenderé y te echaré en cara tus pecados. R/.
Quien
las gracias me da, ése me honra, y yo salvaré al que cumple mi
voluntad. Entiendan bien esto los que olvidan a Dios, no sea que los
destroce sin remedio. R/.
ACLAMACIÓN Cfr. Sal 94, 8
R/. Aleluya, aleluya.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: "No endurezcan su corazón". R/.
Sígueme.
Del santo Evangelio según san Mateo: 8, 18-22
En
aquel tiempo, al ver Jesús que la multitud lo rodeaba, les ordenó a sus
discípulos que cruzaran el lago hacia la orilla de enfrente.
En
ese momento se le acercó un escriba y le dijo: "Maestro, te seguiré a
dondequiera que vayas". Jesús le respondió: "Las zorras tienen
madrigueras y las aves del cielo, nidos; pero el Hijo del hombre no
tiene en donde reclinar la cabeza".
Otro
discípulo le dijo: "Señor, permíteme ir primero a enterrar a mi padre".
Pero Jesús le respondió: "Tú sígueme y deja que los muertos entierren a
sus muertos".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te
ofrecemos, Señor, este sacrificio de alabanza, al conmemorar llenos de
gozo a la Madre de tu Hijo; y te pedimos que por este santo intercambio,
se aumenten en nosotros los frutos de la redención eterna. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Lc 1, 48
Me llamarán dichosa todas las generaciones, porque Dios puso sus ojos en la humildad de su esclava.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados
por este celestial banquete, te rogamos humildemente, Señor, que nos
concedas confesar de palabra y con las obras a tu Hijo, nacido de la
Virgen Madre. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
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Comentario al Evangelio de hoy
Querido amigo:A veces la Palabra de Dios resulta sencilla, clara, transparente. Pero otras tiene frases que resultan difíciles de comprender. Una de ellas es la que nos cuenta el evangelio de hoy: “Deja que los muertos entierren a sus muertos”.
¿Es que Jesús no era sensible a la familia? ¿Cómo Él, que se compadecía de todos y con todos fue paciente, no es capaz de esperar a que aquél discípulo fuera a hacer algo tan “sagrado” como enterrar a su padre?
Como siempre, la Palabra de Dios necesita ser interpretada, para no hacerle decir aquello que no quiere. ¿Qué significan estas palabras provocativas?
Jesús, como buen hijo de su pueblo, conocía la historia de cuando Elías llamó a Eliseo. Éste le pidió que le dejara ir a despedirse de sus padres antes de seguirle. Y Elías le dejó. En cambio, ahora Jesús dice que lo suyo, el anuncio del Reino, es tan urgente que ya no hay que entretenerse en lo que queda atrás, aunque parezca muy importante. “Tú, sígueme”.
“Deja que los muertos entierren a sus muertos”. Bien interpretado, es un buen lema de vida. Invita al seguimiento, a la decisión, a ponerse ya en camino, sin entretenerse ni dar disculpas. Invita también a dejar atrás lo que ya está muerto, lo pasado, aunque haya sido muy importante, y a mirar a lo que está por delante. Invita a no vivir de lo antiguo, a no quedarnos fijados mirando para atrás –como la mujer de Lot-, sino a lanzarnos a lo que está por delante... detrás de Jesús. Porque Él vivió todo esto. Sin tener dónde reclinar la cabeza. A la intemperie.