Misal del dia de hoy Domingo 19 de Junio 2016 y Comentario al Evangelio

LECTURAS DEL DOMINGO XII DEL T. ORDINARIO 19 DE JUNIO (VERDE)


"Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?"


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ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 27, 8-9

El Señor es la fuerza de su pueblo, defensa y salvación para su Ungido. Sálvanos, Señor, vela sobre nosotros y guíanos siempre.

ORACIÓN COLECTA

Señor, concédenos vivir siempre en el amor y respeto a tu santo nombre, ya que jamás dejas de proteger a quienes estableces en el sólido fundamento de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo…

LITURGIA DE LA PALABRA

Mirarán al que traspasaron.

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Del libro del profeta Zacarías: 12, 10-11; 13, 1

Esto dice el Señor: "Derramaré sobre la descendencia de David y sobre los habitantes de Jerusalén, un espíritu de piedad y de compasión y ellos volverán sus ojos hacia mí, a quien traspasaron con la lanza. Harán duelo, como se hace duelo por el hijo único y llorarán por él amargamente, como se llora por la muerte del primogénito.

En ese día será grande el llanto en Jerusalén, como el llanto en la aldea de Hadad-Rimón, en el valle de Meguido". En aquel día brotará una fuente para la casa de David y los habitantes de Jerusalén, que los purificará de sus pecados e inmundicias.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Del salmo 62

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R/. Señor, mi alma tiene sed de ti.

Señor, tú eres mi Dios, a ti te busco; de ti sedienta está mi alma. Señor, todo mi ser te añora como el suelo reseco añora el agua. R/.

Para admirar tu gloria y tu poder, con este afán te busco en tu santuario. Pues mejor es tu amor que la existencia; siempre, Señor, te alabarán mis labios. R/.

Podré así bendecirte mientras viva y levantar en oración mis manos. De lo mejor se saciará mi alma. Te alabaré con jubilosos labios. R/.

Cuantos han sido bautizados en Cristo se han revestido de Cristo.

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De la carta del apóstol san Pablo a los gálatas: 3, 26-29

Hermanos: Todos ustedes son hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús, pues, cuantos han sido incorporados a Cristo por medio del bautismo, se han revestido de Cristo. Ya no existe diferencia entre judíos y no judíos, entre esclavos y libres, entre varón y mujer, porque todos ustedes son uno en Cristo Jesús. Y si ustedes son de Cristo, son también descendientes de Abraham y la herencia que Dios le prometió les corresponde a ustedes.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN  Jn 10, 27

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R/. Aleluya, aleluya.

Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me siguen. R/.

Tú eres el Mesías de Dios. — Es necesario que el Hijo del hombre sufra mucho.

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Del santo Evangelio según san Lucas: 9, 18-24

Un día en que Jesús, acompañado de sus discípulos, había ido a un lugar solitario para orar, les preguntó: "¿Quién dice la gente que soy yo?" Ellos contestaron: "Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías, y otros, que alguno de los antiguos profetas que ha resucitado".

Él les dijo: "Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?" Respondió Pedro: "El Mesías de Dios". Él les ordenó severamente que no lo dijeran a nadie. Después les dijo: "Es necesario que el Hijo del hombre sufra mucho, que sea rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, que sea entregado a la muerte y que resucite al tercer día".

Luego, dirigiéndose a la multitud, les dijo: "Si alguno quiere acompañarme, que no se busque a sí mismo, que tome su cruz de cada día y me siga. Pues el que quiera conservar para sí mismo su vida, la perderá; pero el que la pierda por mi causa, ése la encontrará".

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Credo.

PLEGARIA UNIVERSAL

Como Pueblo de Dios, nuestra mirada quiere ser siempre muy amplia y alcanzar al mundo entero. Con este espíritu, presentemos al Padre nuestras plegarias.

Después de cada petición diremos: Padre misericordioso,
escúchanos.

Por la Iglesia en el mundo entero. Que sea, en medio de los pueblos y naciones, testimonio del amor y la misericordia de Dios. Oremos.

Por nuestros gobernantes. Que no cierren los ojos ante el dolor de tantas personas y familias que viven marcadas por la violencia y la pobreza que provoca la crisis económica. Oremos.

Por los papás. Que siempre sean responsables del bienestar físico y moral de quienes están a su cuidado. Oremos.

Por nosotros. Que tengamos siempre presente a Dios en nuestras vidas y experimentemos en nosotros la gracia del Espíritu Santo que nos acompaña en el seguimiento de Jesucristo. Oremos.

Escucha, Padre, lo que con fe te hemos pedido y concédenos aquello que más nos conviene. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, este sacrificio de reconciliación y alabanza y concédenos que, purificados por su eficacia, podamos ofrecerte el entrañable afecto de nuestro corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN  Jn 10, 11.15

Yo soy el buen pastor, y doy la vida por mis ovejas, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Renovados, Señor, por el alimento del sagrado Cuerpo y la preciosa Sangre de tu Hijo, concédenos que lo que realizamos con asidua devoción, lo recibamos convertido en certeza de redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.



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Con la Palabra de Dios

Domingo 12 del Tiempo Ordinario
“Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?” Pedro tomó la palabra y dijo: “El Mesías de Dios”. El les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y añadió: “El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día”. Y, dirigiéndose a todos, dijo: El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y se venga conmigo”. (Lc 9,18-24)

Jesús quiso hacer un sondeo de opinión, y como no pudo acudir a ningún organismo oficial, ni privado, que se lo hiciese, lo hizo Él personalmente con las dos preguntas que acabamos de leer en el evangelio: ¿Quién dice la gente que soy yo? y ¿Quién decís vosotros que soy yo?

Quien dice la gente, o más bien ¿qué es Jesús para la gente?
–esa gente que abarrota nuestras calles, que se apiña en autobuses y plazas, que se empuja en bares y cafés o llena el Estadio Bernabéu o el Nou Camp o la plaza de toros de Las Ventas

–¿qué les dice Jesús a esa multitud? Lo conocen todos, ¿pero qué les dice?
–¿qué opinión se tiene de Jesús en chiringuitos y discotecas?
–¿qué piensan esos chicos y chicas con las litronas y sentados en las aceras?
–¿qué es Jesús en las abigarradas playas de nuestros veraneos?

Y preguntando de puertas para dentro:

–¿qué es Jesús en esas parejas que se casan por la Iglesia, pero que ni siquiera en día tan señalado comulgan? Bautizan a los niños y celebran la Primera Comunión… ¡Digo, sin primera…! porque en muchos casos no hay segunda hasta un funeral lejano por los abuelos o los padres…

–¿qué puede decir de Jesús, a esos jóvenes que se confirman, pero que ni antes ni después de la confirmación tienen ningún vínculo ni compromiso con la comunidad… Y cuando aparecen en alguna celebración se colocan o en el coro o aguantan el peso de las columnas de la Iglesia con sus espaldas? ¿Les dice Jesús algo? ¿Ven a Jesús…? ¿O cumplen con la Iglesia, con los curas, con la familia?

2.- ¿Y quién decimos nosotros qué es Jesús? Respuestas teológicas más o menos memorizadas no nos faltarán, ni a vosotros ni a mí. Hijo de Dios, Dios y Hombre verdadero, etc., etc. Hasta llegaremos a reconocerle como el gran amigo, el único que ha dado su vida por mí.

3.- Jesús no se deja apabullar por palabras. Va más allá. Quiere saber hasta qué punto influye en nuestra vida, de tal forma que él sea el primer punto de referencia de mis decisiones en la vida…

4.- El que quiera seguirme que se niegue a sí mismo…
En una noche de Navidad, un misionero de África regresó a su misión en su jeep después de un día de mucho trabajo visitando algunas de las diferentes aldeas. Llovía a mares.
Vivía sólo y, cansado como estaba, encendió el fuego y se disponía a celebrar la Navidad con una pequeña cena fría y después acostarse, cuando oyó que tocaban a la puerta de su cabaña.
Extrañado y temeroso preguntó quién era.
-Soy yo, padre, -dijo una voz conocida.
Abriendo la puerta, el misionero dijo:


-Pero Rafael, ¿qué haces por aquí en una noche como ésta? Pasa, pasa, estás empapado. ¿Hay alguna urgencia en tu aldea?
-No, padre, no se preocupe.
-Entonces -preguntó aun extrañado el misionero-, ¿qué te hace venir de tan lejos con un tiempo así?


-Lo que pasa, padre, es que mi mujer y yo sabemos que hoy es una noche muy especial para usted por ser Navidad, y le traje este pan que hizo ella. Y mientras decía esto, el hombre sacó un bizcocho casero de su morral.


-Muchas gracias, Rafael, pero me lo podías haber dado mañana. No hacía falta que hicieras una caminata tan larga con la lluvia que está cayendo. Vamos, acércate al fuego y ahora te preparo algo para comer antes de volver.


-No, gracias padre, ya me voy. Sólo vine a traerle este pan y a desearle con él una feliz Navidad.


-Gracias de nuevo. Y ya que no quieres esperarte a que pase la lluvia, déjame coger las llaves para llevarte en jeep a tu aldea.
-No, padre. Usted ya está cansado, y necesita descansar.


-Pero buen hombre -insistió el misionero–tu aldea está, por lo menos, a dos horas a pie de aquí.
¿Cómo vas a regresar andando a esta hora y con este tiempo?
-Padre, usted no entiende. Sepa que las dos horas de ida y las dos horas de vuelta eran parte del regalo. Y sin decir nada más el hombre se marchó.


El mensaje del evangelio de hoy es muy claro, seguir a Jesús requiere disponibilidad. Y eso no es cómodo, más bien, todo lo contrario; Él nos advierte que hay que tomar la cruz, renunciar a la comodidad personal y hacerlo, no una vez, sino “cada día “.

Ser de Cristo, no nos asegura que nos va a ir bien, pero sí que les va a ir mejor a toda la gente que se encuentre con nosotros… Eso suponiendo que nosotros seamos seguidores de Jesús con nuestras vidas y no sólo de boquita…