LECTURAS DEL VIERNES II DE PASCUA 8 DE ABRIL (BLANCO)
Viendo Jesús que mucha gente lo seguía, le dijo a Felipe: "¿Cómo compraremos pan para que coman éstos?"
ANTÍFONA DE ENTRADA Ap 5, 9-10
Señor,
con tu Sangre has rescatado a hombres de toda raza, lengua, pueblo y
nación, y has hecho de nosotros un reino de sacerdotes para Dios.
Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Dios
nuestro, tú que eres luz y esperanza de los corazones sinceros,
concédenos que sepamos dirigirnos a ti con una oración confiada y
ofrecerte siempre el homenaje de nuestra alabanza. Por nuestro Señor
Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
Los apóstoles se retiraron del sanedrín, felices de haber padecido ultrajes por el nombre de Jesús.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 5, 34-42
En
aquellos días, un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la ley y
respetado por todo el pueblo, se levantó en el sanedrín, mandó que
hicieran salir por un momento a los apóstoles y dijo a la asamblea:
"Israelitas,
piensen bien lo que van a hacer con esos hombres. No hace mucho surgió
un tal Teudas, que pretendía ser un caudillo, y reunió unos
cuatrocientos hombres. Fue ejecutado, dispersaron a sus secuaces y todo
quedó en nada. Más tarde, en la época del censo, se levantó Judas el
Galileo y muchos lo siguieron. Pero también Judas pereció y se
desbandaron todos sus seguidores. En el caso presente, yo les aconsejo
que no se metan con esos hombres; suéltenlos. Porque si lo que se
proponen y están haciendo es de origen humano, se acabará por sí mismo.
Pero si es cosa de Dios, no podrán ustedes deshacerlo. No se expongan a
luchar contra Dios".
Los
demás siguieron su consejo: mandaron traer a los apóstoles, los
azotaron, les prohibieron hablar en nombre de Jesús y los soltaron.
Ellos se retiraron del sanedrín, felices de haber padecido aquellos
ultrajes por el nombre de Jesús.
Y todos los días enseñaban sin cesar y anunciaban el Evangelio de Cristo Jesús, tanto en el templo como en las casas.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 26
R. El Señor es mi luz y mi salvación. Aleluya.
El
Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién voy a tenerle miedo? El Señor
es la defensa de mi vida, ¿quién podrá hacerme temblar? R/.
Lo
único que pido, lo único que busco, es vivir en la casa del Señor toda
mi vida, para disfrutar las bondades del Señor y estar continuamente en
su presencia. R/.
La bondad del Señor espero ver en esta misma vida. Ármate de valor y fortaleza y en el Señor confía. R/.
ACLAMACIÓN Mt 4, 4
R/. Aleluya, aleluya.
No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios. R/.
Jesús distribuyó el pan a los que estaban sentados, hasta que se saciaron.
Del santo Evangelio según san Juan: 6, 1-15
En
aquel tiempo, Jesús se fue a la otra orilla del mar de Galilea o lago
de Tiberíades. Lo seguía mucha gente, porque habían visto las señales
milagrosas que hacía curando a los enfermos. Jesús subió al monte y se
sentó allí con sus discípulos.
Estaba
cerca la Pascua, festividad de los judíos. Viendo Jesús que mucha gente
lo seguía, le dijo a Felipe: "¿Cómo compraremos pan para que coman
éstos?" Le hizo esta pregunta para ponerlo a prueba, pues él bien sabía
lo que iba a hacer. Felipe le respondió: "Ni doscientos denarios de pan
bastarían para que a cada uno le tocara un pedazo de pan". Otro de sus
discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo: "Aquí hay un
muchacho que trae cinco panes de cebada y dos pescados. Pero, ¿qué es
eso para tanta gente?" Jesús le respondió: "Díganle a la gente que se
siente". En aquel lugar había mucha hierba. Todos, pues, se sentaron
ahí; y tan sólo los hombres eran unos cinco mil.
Enseguida
tomó Jesús los panes, y después de dar gracias a Dios, se los fue
repartiendo a los que se habían sentado a comer. Igualmente les fue
dando de los pescados todo lo que quisieron. Después de que todos se
saciaron, dijo a sus discípulos: "Recojan los pedazos sobrantes, para
que no se desperdicien". Los recogieron y con los pedazos que sobraron
de los cinco panes llenaron doce canastos.
Entonces
la gente, al ver la señal milagrosa que Jesús había hecho, decía: "Este
es, en verdad, el profeta que habría de venir al mundo". Pero Jesús,
sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró de nuevo a
la montaña, Él solo.
Palabra del Señor.
Gloria a ti Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe,
Señor, con bondad, estas ofrendas de tu familia santa, para que, con la
ayuda de tu protección, conserve los dones recibidos y llegue a poseer
los eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Rm 4, 25
Cristo fue condenado a muerte por nuestros pecados, y resucitó para nuestra justificación. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
https://www.facebook.com/snfranciscoxavier.comunidadcatolica
Comentario al Evangelio de hoy
José Luis Latorre, cmf
Queridos/as amigos/as:
En estos días pasados Juan nos presentó la conversación de Jesús con Nicodemo y nos explicaba qué significaba “nacer de nuevo”, hoy nos presenta “el signo de la multiplicación de los panes y los peces” con los que Jesús sació el hambre de “un gran gentío” que le buscaba. Con este signo Jesús quiere incitar a sus discípulos a reflexionar primero y a actuar después ante tal situación.
¿Qué hizo Jesús? Vio el gran gentío, se dio cuenta que llevaba mucho tiempo sin comer y empezó a buscar la solución. Jesús cuenta con sus discípulos y le pregunta a Felipe “cómo compraremos pan para darles de comer” pues están lejos de sus casas y es tarde. Y Felipe lo primero que piensa es en el dinero “doscientos denarios de pan” no son suficientes para darles un pedacito de pan. Parece que el dinero no es la mejor solución ni la más importante. Andrés –otro discípulo- ha visto que un muchacho tiene cinco panes y dos peces, pero también imposible alimentar el gentío con ellos. La solución no viene del dinero y de los pocos o muchos recursos que se tenga, habrá que buscar otra vía de solución.
Jesús entonces tomó los panes, los bendijo y los repartió a los que estaban sentados; la solidaridad del muchacho al entregar lo que tenía y la generosidad de Jesús al repartirlos hizo que todos comieran hasta saciarse, y aún sobraron doce canastas. Si hoy también actuáramos solidaria y responsablemente con los bienes del planeta, siempre habría para todos y a nadie le faltaría su pan, y sobraría. Ciertamente hoy la ciencia hace el milagro de la multiplicación de los panes, pero aún sigue pendiente el acto solidario de saber compartir. Un dato: diariamente en el planeta se tira a la basura el 30% de los alimentos. Lo contrario de lo que dijo Jesús a sus discípulos “recoged los pedazos que han sobrado para que nada se desperdicie”.
¿Qué haría Jesús hoy ante los refugiados de Siria, los inmigrantes, los niños desaparecidos…? Buscaría rápidamente la solución pero contando con mi ayuda y la tuya (somos hoy Felipe, Andrés, el muchacho) porque lo más importante para solucionar los problemas son las personas no el dinero, es decir, el dinero ayuda si es una herramienta al servicio de la solidaridad y la caridad. Como dice el Papa Francisco los problemas de la gente empiezan a solucionarse con la medicina de “la cariñoterapia”.
En estos días pasados Juan nos presentó la conversación de Jesús con Nicodemo y nos explicaba qué significaba “nacer de nuevo”, hoy nos presenta “el signo de la multiplicación de los panes y los peces” con los que Jesús sació el hambre de “un gran gentío” que le buscaba. Con este signo Jesús quiere incitar a sus discípulos a reflexionar primero y a actuar después ante tal situación.
¿Qué hizo Jesús? Vio el gran gentío, se dio cuenta que llevaba mucho tiempo sin comer y empezó a buscar la solución. Jesús cuenta con sus discípulos y le pregunta a Felipe “cómo compraremos pan para darles de comer” pues están lejos de sus casas y es tarde. Y Felipe lo primero que piensa es en el dinero “doscientos denarios de pan” no son suficientes para darles un pedacito de pan. Parece que el dinero no es la mejor solución ni la más importante. Andrés –otro discípulo- ha visto que un muchacho tiene cinco panes y dos peces, pero también imposible alimentar el gentío con ellos. La solución no viene del dinero y de los pocos o muchos recursos que se tenga, habrá que buscar otra vía de solución.
Jesús entonces tomó los panes, los bendijo y los repartió a los que estaban sentados; la solidaridad del muchacho al entregar lo que tenía y la generosidad de Jesús al repartirlos hizo que todos comieran hasta saciarse, y aún sobraron doce canastas. Si hoy también actuáramos solidaria y responsablemente con los bienes del planeta, siempre habría para todos y a nadie le faltaría su pan, y sobraría. Ciertamente hoy la ciencia hace el milagro de la multiplicación de los panes, pero aún sigue pendiente el acto solidario de saber compartir. Un dato: diariamente en el planeta se tira a la basura el 30% de los alimentos. Lo contrario de lo que dijo Jesús a sus discípulos “recoged los pedazos que han sobrado para que nada se desperdicie”.
¿Qué haría Jesús hoy ante los refugiados de Siria, los inmigrantes, los niños desaparecidos…? Buscaría rápidamente la solución pero contando con mi ayuda y la tuya (somos hoy Felipe, Andrés, el muchacho) porque lo más importante para solucionar los problemas son las personas no el dinero, es decir, el dinero ayuda si es una herramienta al servicio de la solidaridad y la caridad. Como dice el Papa Francisco los problemas de la gente empiezan a solucionarse con la medicina de “la cariñoterapia”.