LECTURAS DEL LUNES V DE PASCUA 25 DE ABRIL SAN MARCOS EVANGELISTA (ROJO)
Ellos fueron y proclamaron el Evangelio por todas partes, y el Señor actuaba con ellos y confirmaba su predicación con los milagros que hacían.
ANTÍFONA DE ENTRADA Mc 16, 15
Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura. Aleluya.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios
nuestro, que enalteciste a tu evangelista san Marcos con la gracia de
la predicación evangélica, concédenos aprovechar de tal manera sus
enseñanzas, que podamos seguir fielmente las huellas de Jesucristo. Él,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por
los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Los saluda mi hijo Marcos.
De la primera carta del apóstol san Pedro: 5, Sb-14
Queridos
hermanos: Que en su trato mutuo la humildad esté siempre presente, pues
Dios es enemigo de los soberbios, y en cambio, a los humildes les
concede su gracia. Humíllense, pues, ante la mano poderosa de Dios, para
que él los levante y encumbre en el momento oportuno. Dejen en sus
manos todas sus preocupaciones, pues él cuida de ustedes.
Estén
alerta y no se dejen sorprender, porque su ene-migo, el diablo, como un
león rugiente, anda buscando a quien devorar. Resístanle con la firmeza
de la fe, sabiendo que sus hermanos, dispersos por el mundo, soportan
los mismos sufrimientos que ustedes.
Dios,
que es la fuente de todos los bienes, nos ha llamado a participar de su
gloria eterna en unión con Cristo, y después de estos sufrimientos tan
breves, los restaurará a ustedes, los afianzará, fortalecerá y hará
inconmovibles. Suyos son la gloria y el poder para siempre. Amén.
Por
medio de Silvano, a quien considero hermano digno de toda confianza,
les he escrito esta breve carta para que sepan cuál es la verdadera
gracia de Dios y animarlos a permanecer firmes en ella.
Los
saluda la comunidad de Babilonia, a la que Dios ha elegido, lo mismo
que a ustedes. También los saluda mi hijo Marcos. Salúdense los unos a
los otros con el beso fraterno. Les deseo la paz a todos ustedes, los
que son de Cristo.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 88
R/. Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor. Aleluya.
Proclamaré
sin cesar la misericordia del Señor y daré a conocer que su fidelidad
es eterna, pues el Señor ha dicho: «Mi amor es para siempre y mi
lealtad, más firme que los cielos». R/.
El
cielo, Señor, proclama tus maravillas, y tu lealtad, la asamblea de los
santos ¿Quién se compara a Dios sobre las nubes? ¿Quién es como el
Señor entre los dioses? R/.
Señor,
feliz el pueblo que te alaba y que a tu luz camina, que en tu nombre se
alegra a todas horas y al que llena de orgullo tu justicia. R/.
ACLAMACIÓN 1 Co 1, 23. 24
R/. Aleluya, aleluya.
Nosotros predicamos a Cristo crucificado, que es la fuerza y la sabiduría de Dios. R/.
Prediquen el Evangelio a todas las creaturas.
Del santo Evangelio según san Marcos: 16, 15-20
En
aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: «Vayan por todo
el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura. El que crea y se
bautice, se salvará; el que se resista a creer, será condenado. Estos
son los milagros que acompañarán a los que hayan creído: arrojarán
demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en
sus manos, y si beben un veneno mortal, no les hará daño; impondrán las
manos a los enfermos y éstos quedarán sanos».
El
Señor Jesús, después de hablarles, subió al cielo y está sentado a la
derecha de Dios. Ellos fueron y proclamaron el Evangelio por todas
partes, y el Señor actuaba con ellos y confirmaba su predicación con los
milagros que hacían.
Palabra del Señor.
Gloria a ti Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al
celebrar la glorificación de san Marcos, te ofrecemos, Señor, este
sacrificio de alabanza, y te suplicamos humildemente que la predicación
evangélica se mantenga siempre firme en tu Iglesia. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Prefacio II de los Apóstoles
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 28, 20
Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo, dice el Señor. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos,
Dios todopoderoso, que los dones recibidos de tu santo altar nos
santifiquen y nos fortalezcan en la fe del Evangelio, que san Marcos
predicó. Por Jesucristo, nuestro Señor.
https://www.facebook.com/snfranciscoxavier.comunidadcatolica
Comentario al Evangelio de hoy
Ciudad Redonda
Queridos amigos:
Hoy celebramos la fiesta de San Marcos Evangelista. A la luz de la Palabra de Dios compartimos una doble reflexión que nos invita a ir a la verdadera raíz de nuestra experiencia de seguimiento de Jesús:
La primera es que la referencia final y única siempre es Dios. Ya nos toquen momentos complicados o situaciones gozosas, Él es quien puede ensalzarnos, animarnos, ponernos en pie en la vida; por eso, vivir con humildad e inclinarnos bajo su poderosa mano nunca es signo de cobardía, sumisión o flojera... ¡al contrario! Cuando somos fuertes y la esperanza ha arraigado en nosotros por dentro, no necesitamos demostrar que nos las arreglamos solitos (cosa, por otro lado, bastante engañosa) y no tenemos miedo a dejarnos en sus manos y en las de los demás, porque nos fiamos y sabemos bien que Dios no olvida en saco roto ni una lágrima, ni un cansancio, ni un agobio nuestro. Todo tiene cabida en el corazón de Dios, que se interesa por nosotros.
La segunda es que esperar todo de Dios, no nos exime de la necesidad de vivir alertas, resistiendo firmes en la fe, intentando, con toda humildad, llevar adelante el encargo recibido del Señor: Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. ¡Que bella paradoja poder afirmar que en nuestra vida todo es gracia recibida de la mano de Dios y, que a la vez, Él no tiene otra forma de cambiar el mundo que cooperar con su fuerza confirmando nuestras palabras y acciones! ... ¡Somos un equipo! Y sólo así llegamos, en ciertos momentos, a experimentar que es verdad: que cuando vivimos en su nombre y a su estilo, echamos demonios, tratamos con serpientes, tragamos venenos poderosos... y no nos hacen daño.
Hoy celebramos la fiesta de San Marcos Evangelista. A la luz de la Palabra de Dios compartimos una doble reflexión que nos invita a ir a la verdadera raíz de nuestra experiencia de seguimiento de Jesús:
La primera es que la referencia final y única siempre es Dios. Ya nos toquen momentos complicados o situaciones gozosas, Él es quien puede ensalzarnos, animarnos, ponernos en pie en la vida; por eso, vivir con humildad e inclinarnos bajo su poderosa mano nunca es signo de cobardía, sumisión o flojera... ¡al contrario! Cuando somos fuertes y la esperanza ha arraigado en nosotros por dentro, no necesitamos demostrar que nos las arreglamos solitos (cosa, por otro lado, bastante engañosa) y no tenemos miedo a dejarnos en sus manos y en las de los demás, porque nos fiamos y sabemos bien que Dios no olvida en saco roto ni una lágrima, ni un cansancio, ni un agobio nuestro. Todo tiene cabida en el corazón de Dios, que se interesa por nosotros.
La segunda es que esperar todo de Dios, no nos exime de la necesidad de vivir alertas, resistiendo firmes en la fe, intentando, con toda humildad, llevar adelante el encargo recibido del Señor: Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. ¡Que bella paradoja poder afirmar que en nuestra vida todo es gracia recibida de la mano de Dios y, que a la vez, Él no tiene otra forma de cambiar el mundo que cooperar con su fuerza confirmando nuestras palabras y acciones! ... ¡Somos un equipo! Y sólo así llegamos, en ciertos momentos, a experimentar que es verdad: que cuando vivimos en su nombre y a su estilo, echamos demonios, tratamos con serpientes, tragamos venenos poderosos... y no nos hacen daño.