LECTURAS DEL DOMINGO DE LA FIESTA DEL BAUTISMO DEL SEÑOR 10 DE ENERO (BLANCO)
El Espíritu Santo bajó sobre Él en forma sensible, como de una paloma, y del cielo llegó una voz que decía: "Tú eres mi Hijo, el predilecto; en ti me complazco".
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Mt 3, 16-17
Inmediatamente
después de que Jesús recibió el bautismo, se abrieron los cielos y el
Espíritu Santo se posó sobre Él en forma de paloma, y resonó la voz del
Padre que decía: "Éste es mi Hijo amado, en quien he puesto todo mi
amor".
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor
Dios, cuyo Unigénito se manifestó en la realidad de nuestra carne,
concédenos, por aquel que hemos conocido semejante a nosotros en lo
exterior, que merezcamos quedar interiormente renovados.El que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Se revelará la gloria del Señor y todos los hombres la verán.
Del libro del profeta Isaías: 40, 1-5. 9-11
"Consuelen,
consuelen a mi pueblo, dice nuestro Dios. Hablen al corazón de
Jerusalén y díganle a gritos que ya terminó el tiempo de su servidumbre y
que ya ha satisfecho por sus iniquidades, porque ya ha recibido de
manos del Señor castigo doble por todos sus pecados".
Una
voz clama: "Preparen el camino del Señor en el desierto, construyan en
el páramo una calzada para nuestro Dios. Que todo valle se eleve, que
todo monte y colina se rebajen; que lo torcido se enderece y lo
escabroso se allane. Entonces se revelará la gloria del Señor y todos
los hombres la verán". Así ha hablado la boca del Señor.
Sube
a lo alto del monte, mensajero de buenas nuevas para Sión; alza con
fuerza la voz, tú que anuncias noticias alegres a Jerusalén. Alza la voz
y no temas; anuncia a los ciudadanos de Judá: "Aquí está su Dios. Aquí
llega el Señor, lleno de poder, el que con su brazo lo domina todo. El
premio de su victoria lo acompaña y sus trofeos lo anteceden. Como
pastor apacentará su rebaño; llevará en sus brazos a los corderitos
recién nacidos y atenderá solícito a sus madres".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 103
Bendice
al Señor, alma mía; Señor y Dios mío, inmensa es tu grandeza. Te vistes
de belleza y majestad, la luz te envuelve como un manto. R/.
Por
encima de las aguas construyes tu morada. Las nubes son tu carro; los
vientos, tus alas y mensajeros; y tus servidoras, las ardientes llamas.
R/.
¡Qué
numerosas son tus obras, Señor, y todas las hiciste con maestría! La
tierra está llena de tus creaturas, y tu mar, enorme a lo largo y a lo
ancho, está lleno de animales pequeños y grandes. R/.
Todos
los vivientes aguardan que les des de comer a su tiempo; les das el
alimento y lo recogen, abres tu mano y se sacian de bienes. R/.
Si
retiras tu aliento, toda creatura muere y vuelve al polvo. Pero envías
tu espíritu, que da vida, y renuevas el aspecto de la tierra. R/.
Él nos salvó mediante el bautismo, que nos regenera y nos renueva, por la acción del Espíritu Santo.
De la carta del apóstol san Pablo a Tito: 2, 11-14; 3, 4-7
Querido
hermano: La gracia de Dios se ha manifestado para salvar a todos los
hombres y nos ha enseñado a renunciar a la vida sin religión y a los
deseos mundanos, para que vivamos, ya desde ahora, de una manera sobria,
justa y fiel a Dios, en espera de la gloriosa venida del gran Dios y
salvador, Cristo Jesús, nuestra esperanza. Él se entregó por nosotros
para redimirnos de todo pecado y purificarnos, a fin de convertirnos en
pueblo suyo, fervorosamente entregado a practicar el bien.
Al
manifestarse la bondad de Dios, nuestro salvador, y su amor a los
hombres, Él nos salvó, no porque nosotros hubiéramos hecho algo digno de
merecerlo, sino por su misericordia. Lo hizo mediante el bautismo, que
nos regenera y nos renueva, por la acción del Espíritu Santo, a quien
Dios derramó abundantemente sobre nosotros, por Cristo, nuestro
salvador. Así, justificados por su gracia, nos convertiremos en
herederos, cuando se realice la esperanza de la vida eterna.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN Lc 3, 16
R/. Aleluya, aleluya.
Ya viene otro más poderoso que yo, dijo Juan el Bautista; Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego. R/.
Después del bautismo de Jesús, el cielo se abrió.
Del santo Evangelio según san Lucas: 3, 15-16. 21-22
En
aquel tiempo, como el pueblo estaba en expectación y todos pensaban que
quizá Juan el Bautista era el Mesías, Juan los sacó de dudas,
diciéndoles: "Es cierto que yo bautizo con agua, pero ya viene otro más
poderoso que yo, a quien no merezco desatarle las correas de sus
sandalias. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego".
Sucedió
que entre la gente que se bautizaba, también Jesús fue bautizado.
Mientras éste oraba, se abrió el cielo y el Espíritu Santo bajó sobre Él
en forma sensible, como de una paloma, y del cielo llegó una voz que
decía: "Tú eres mi Hijo, el predilecto; en ti me complazco".
Palabra del Señor.
Gloria a ti Señor Jesús.
Se dice Credo
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos a Jesús, el Hijo amado de Dios, el que viene a abrirnos el camino de la verdadera vida.
Después de cada petición diremos: Jesús, Hijo de Dios, escúchanos.
Para que la Iglesia sea siempre un testimonio transparente del Evangelio, Oremos.
Para que los hombres y mujeres de buena voluntad que no creen en Jesucristo lleguen a descubrir la alegría de la fe. Oremos.
Para
que la fuerza del Espíritu Santo transforma los corazones de los que
viven encerrados en el egoísmo y buscan sólo sus propios intereses.
Oremos.
Para que los pobre y los enfermos tengan la ayuda y la compañía que necesitan. Oremos.
Para que todos nosotros vivamos cada día más plenamente nuestro camino cristiano. oremos.
Escucha,
Señor Jesús, nuestra oración, y condúcenos por el camino de tu amor.
Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta,
Señor, los dones que te presentamos en la manifestación de tu Hijo muy
amado, para que la oblación de tus hijos se convierta en el mismo
sacrificio de aquel que quiso en su misericordia lavar los pecados del
mundo. El, que vive y reina por los siglos de los siglos.
PREFACIO
El Bautismo del Señor.
En
verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias
siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno. Porque mostraste en el Jordán con signos admirables el misterio
del nuevo bautismo, para que por aquella voz, venida del cielo,
creyéramos que tu Palabra ya estaba habitando en nosotros y, por el
Espíritu Santo, que descendió en forma de paloma, se supiera que Cristo,
tu Siervo, era ungido con óleo de alegría y enviado a anunciar el
Evangelio a los pobres. Por eso, a una con los coros de ángeles, te
alabamos continuamente en a tierra, aclamando sin cesar: Santo, Santo,
Santo…
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 1, 32. 34
Éste es aquél de quien Juan decía: Yo lo he visto y doy testimonio de que Él es el Hijo de Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Saciados
con estos sagrados dones, imploramos, Señor, tu clemencia, para que,
escuchando fielmente a tu Unigénito, nos llamemos y seamos de verdad
hijos tuyos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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Comentario al Evangelio de hoy
Julio César Rioja, cmf
Queridos hermanos:Dicen los entendidos que las fiestas de Navidad, Epifanía y el Bautismo se complementan, pues nos hablan de la manifestación de Dios por medio del Hijo y hoy además en el Espíritu. En el texto aparece toda la comunidad trinitaria: la voz del cielo (el Padre), la paloma (el Espíritu) y el Hijo. No es por lo tanto un relato cualquiera, sino un momento inicial y central en la vida de Jesús. Al ser bautizado, Jesús tomo conciencia de la misión a la que era llamado por el Espíritu, (misión que podemos entender leyendo toda la primera lectura de Isaías). El bautismo es el nacimiento a los tres años de vida pública de Jesús y la proclamación por parte del Padre: “Tú eres mi Hijo, el amado, el predilecto”.
“Yo os bautizo con agua; Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego”, ¿hay dos tipos de bautismo?, parece que sí. Siendo el bautismo la puerta de entrada a la Iglesia, el verdadero nacimiento del cristiano, no es por tanto un rito más, sino una tarea, una llamada para seguir las insinuaciones del Espíritu. En muchas ocasiones olvidamos el Espíritu y lo más importante creemos, que son nuestras normas, (no están casados, los padrinos no están confirmados…), no falta razón y es verdad que en nuestros países hay muchos que podríamos decir que están bautizados con agua, incluso este es un tema que en las comunidades y en los sacerdotes produce una cierta esquizofrenia.
Pero fijémonos en la segunda lectura de los Hechos. Pedro ha tenido una visión, que coma toda clase de animales impuros, pero no se atreve, llegan los hombres enviados por Cornelio y el Espíritu le dice: “vete con ellos sin vacilar, pues Yo los he enviado”. Pedro entra en la casa del centurión y escuchamos: “Está claro que Dios no hace distinciones; acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea”. Por primera vez, el Espíritu irrumpe sobre los paganos y Pedro dice: “¿Acaso puede alguno negar el agua del bautismo a éstos, que han recibido el Espíritu como nosotros?”. Y Cornelio y toda su familia fueron bautizados.
El mismos Papa nos recuerda: “La Iglesia en salida es una Iglesia con las puertas abiertas. Todos pueden participar de alguna manera en la vida eclesial, todos pueden integrar la comunidad, y tampoco las puertas de los sacramentos deberían cerrarse por una razón cualquiera. Esto vale sobre todo cuando se trata de ese sacramento que es la puerta, el Bautismo. La Eucaristía, si bien constituye la plenitud de la vida sacramental, no es un premio para los perfectos, sino un generoso remedio y un alimento para los débiles. Estas convicciones también tienen consecuencias pastorales que estamos llamados a considerar con prudencia y audacia. A menudo nos comportamos como controladores de la gracia y no como facilitadores. Pero la Iglesia no es una aduana, es la casa paterna donde hay lugar para cada uno con su vida a cuestas” (Evangelii Gaudium, nº 47)
Lo esencial es que todos han recibido el Espíritu que nos invita a un compromiso con la justicia: primera lectura y segunda: “paso haciendo el bien”; a trabajar por la unidad y reconciliación de todos los hombres; a la vivencia de la igualdad y la fraternidad. Él es una paloma que nos trae la libertad interior y que Pablo opondrá en muchas ocasiones a la letra, la carne, la institucionalización, la ley, la rigidez, el formalismo. Por eso no podemos recibir un bautismo nuevo, si no nos desprendemos de nuestro egoísmo, de nuestros esquemas, de la comodidad e instalamiento. Necesitamos dejarnos invadir por ese viento que nos lleva más allá de nuestros cálculos, tradiciones, teologías, códigos, pastorales. Nada puede atar al Espíritu.
El bautismo es un serio compromiso como lo fue para Jesús, bautizar por tradición o costumbre no deja de ser un contrasentido. Pero negar la fuerza del Espíritu, es en ocasiones estar centrados demasiado en nosotros mismos, destacar constantemente los errores ajenos, no estar abiertos al perdón, a la ternura, en definitiva al Evangelio. No es fácil el dilema; como dice el texto: “Mientras oraba, se abrió el cielo”, oremos. Quizás la Iglesia necesite retirarse un tiempo para purificarse de tanto polvo acumulado, dejándonos todos invadir por el Espíritu que sopla fuertemente sobre tantos hombres que aman la justicia.
PD: Podemos rezar por Alberto Iniesta, fallecido en esta semana, Obispo en Vallecas y hombre de Dios.