Misal del dia de hoy Domingo 24 de Enero 2016

LECTURAS DEL DOMINGO III DEL T. ORDINARIO 24 DE ENERO (VERDE)


El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar a los pobres la buena nueva.



clip_image001




ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 95, 1. 6

Canten al Señor un cántico nuevo, hombres de toda la tierra, canten al Señor. Hay brillo y esplendor en su presencia y en su templo, belleza y majestad.

Se dice Gloria

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, dirige nuestros pasos de manera que podamos agradarte en todo y así merezcamos en nombre de tu Hijo amado, abundar en toda clase de obras buenas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

El pueblo comprendía la lectura del libro de la ley.

clip_image002
Del libro de Nehemías: 8, 2-4. 5-6. 8-10

En aquellos días, Esdras, el sacerdote, trajo el libro de la ley ante la asamblea, formada por los hombres, las mujeres y todos los que tenían uso de razón. Era el día primero del mes séptimo, y Esdras leyó desde el amanecer hasta el mediodía, en la plaza que está frente a la puerta del Agua, en presencia de los hombres, las mujeres y todos los que tenían uso de razón. Todo el pueblo estaba atento a la lectura del libro de la ley.

Esdras estaba de pie sobre un estrado de madera, levantado para esta ocasión. Esdras abrió el libro a la vista del pueblo, pues estaba en un sitio más alto que todos, y cuando lo abrió, el pueblo entero se puso de pie. Esdras bendijo entonces al Señor, el gran Dios, y todo el pueblo, levantando las manos, respondió: ¡Amén!", e inclinándose, se postraron rostro en tierra. Los levitas leían el libro de la ley de Dios con claridad y explicaban el sentido, de suerte que el pueblo comprendía la lectura.

Entonces Nehemías, el gobernador, Esdras, el sacerdote y escriba, y los levitas que instruían a la gente, dijeron a todo el pueblo: "Éste es un día consagrado al Señor, nuestro Dios. No estén ustedes tristes ni lloren (porque todos lloraban al escuchar las palabras de la ley). Vayan a comer espléndidamente, tomen bebidas dulces y manden algo a los que nada tienen, pues hoy es un día consagrado al Señor, nuestro Dios. No estén tristes, porque celebrar al Señor es nuestra fuerza".

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Del salmo 18

clip_image003R/. Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.

La ley del Señor es perfecta del todo y reconforta el alma; inmutables son las palabras del Señor y hacen sabio al sencillo. R/.

En los mandamientos del Señor hay rectitud y alegría para el corazón; son luz los preceptos del Señor para alumbrar el camino. R/.

La voluntad de Dios es santa y para siempre estable; los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos. R/.

Que sean gratas las palabras de mi boca y los anhelos de mi corazón. Haz, Señor, que siempre te busque, pues eres mi refugio y salvación. R/.

Ustedes son el cuerpo de Cristo y cada uno es un miembro de él.

clip_image004
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 12,12-30

Hermanos: Así como el cuerpo es uno y tiene muchos miembros y todos ellos, a pesar de ser muchos, forman un solo cuerpo, así también es Cristo. Porque todos nosotros, seamos judíos o no judíos, esclavos o libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo, y a todos se nos ha dado a beber del mismo Espíritu.

El cuerpo no se compone de un solo miembro, sino de muchos. Si el pie dijera: "No soy mano, entonces no formo parte del cuerpo", ¿dejaría por eso de ser parte del cuerpo? Y si el oído dijera: "Puesto que no soy ojo, no soy del cuerpo", ¿dejaría por eso de ser parte del cuerpo? Si todo el cuerpo fuera ojo, ¿con qué oiríamos? Y si todo el cuerpo fuera oído, ¿con qué oleríamos? Ahora bien, Dios ha puesto los miembros del cuerpo cada uno en su lugar, según lo quiso. Si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo?

Cierto que los miembros son muchos, pero el cuerpo es uno solo. El ojo no puede decirle a la mano: "No te necesito"; ni la cabeza a los pies: "Ustedes no me hacen falta". Por el contrario, los miembros que parecen más débiles son los más necesarios. Y a los más íntimos los tratamos con mayor decoro, porque los demás no lo necesitan. Así formó Dios el cuerpo, dando más honor a los miembros que carecían de él, para que no haya división en el cuerpo y para que cada miembro se preocupe de los demás. Cuando un miembro sufre, todos sufren con él; y cuando recibe honores, todos se alegran con él.

Pues bien, ustedes son el cuerpo de Cristo y cada uno es un miembro de él. En la Iglesia, Dios ha puesto en primer lugar a los apóstoles; en segundo lugar, a los profetas; en tercer lugar, a los maestros; luego, a los que hacen milagros, a los que tienen el don de curar a los enfermos, a los que ayudan, a los que administran, a los que tienen el don de lenguas y el de interpretarlas. ¿Acaso son todos apóstoles? ¿Son todos profetas? ¿Son todos maestros? ¿Hacen todos milagros? ¿Tienen todos el don de curar? ¿Tienen todos el don de lenguas y todos las interpretan?

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN  Lc 4, 18

clip_image005





R/. Aleluya, aleluya.

El Señor me ha enviado para llevar a los pobres la buena nueva y anunciar la liberación a los cautivos. R/.


Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura.

clip_image006
Del santo Evangelio según san Lucas: 1, 1-4; 4, 14-21

Muchos han tratado de escribir la historia de las cosas que pasaron entre nosotros, tal y como nos las trasmitieron los que las vieron desde el principio y que ayudaron en la predicación. Yo también, ilustre Teófilo, después de haberme informado minuciosamente de todo, desde sus principios, pensé escribírtelo por orden, para que veas la verdad de lo que se te ha enseñado.

(Después de que Jesús fue tentado por el demonio en el desierto), impulsado por el Espíritu, volvió a Galilea. Iba enseñando en las sinagogas; todos lo alababan y su fama se extendió por toda la región. Fue también a Nazaret, donde se había criado. Entró en la sinagoga, como era su costumbre hacerlo los sábados, y se levantó para hacer la lectura. Se le dio el volumen del profeta Isaías, lo desenrolló y encontró el pasaje en que estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar a los pobres la buena nueva, para anunciar la liberación a los cautivos y la curación a los ciegos, para dar libertad a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor.

Enrolló el volumen, lo devolvió al encargado y se sentó. Los ojos de todos los asistentes a la sinagoga estaban fijos en él. Entonces comenzó a hablar, diciendo: "Hoy mismo se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír".

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Credo

PLEGARIA UNIVERSAL

Presentemos nuestras plegarias al Padre. Y de una forma especial, oremos hoy por la unidad de los cristianos, y también por todos aquellos que han tenido que dejar su tierra y emigrar a otros países.

Después de cada petición diremos: Padre misericordioso, escúchanos.

– Por todas las Iglesias y comunidades cristianas. Para que desaparezcan las divisiones entre nosotros, y lleguemos a formar una única Iglesia. Oremos.

– Por todos los que creemos en Jesucristo. Para que demos siempre un buen testimonio de su amor. Oremos.

– Por los gobernantes y los políticos. Para que no caigan en la tentación de fomentar el miedo y el rechazo a los migrantes. Oremos.

– Por los migrantes. Para que encuentren una vida digna y sean recibidos como se merecen. Oremos.

– Por nosotros. Para que recibamos con mucha alegría el pan de la Eucaristía que Jesús nos ofrece y nos dejemos transformar por él. Oremos.

Escucha, Padre, nuestra oración, y concédenos los dones de
tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, benignamente, nuestros dones, y santifícalos, a fin de que nos sirvan para nuestra salvación. Por Jesucristo nuestro Señor.

Prefacio para los domingos de Tiempo ordinario

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 33,6

Acudan al Señor; quedarán radiantes y sus rostros no se avergonzarán.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Concédenos, Dios todopoderoso, que al experimentar el efecto vivificante de tu gracia, nos sintamos siempre dichosos por este don tuyo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

https://www.facebook.com/snfranciscoxavier.comunidadcatolica 

Comentario al Evangelio de hoy

Julio César Rioja, cmf
Queridos hermanos:
Hace poco más de un mes tuvimos elecciones y quizás dentro de poco las tengamos que volver a repetir, si no son capaces de pactar los diversos partidos políticos. En la campaña electoral cada uno presenta sus programas y hace una serie de promesas, esto también ocurre en otros aspectos de la vida. En el Evangelio de hoy podríamos decir que Jesús presenta su programa, es muy corto, ni siquiera es de él, está tomado de Isaías y tiene sólo cinco puntos: “1-Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, 2-para anunciar a los cautivos la libertad, 3-y a los ciegos, la vista, 4- para dar libertad a los oprimidos, 5-para anunciar el año de gracia del Señor”.
Interesante si además tenemos en cuenta sus únicas palabras originales, (debe ser el sermón más breve de la historia): “Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír”. Y se cumple en él, lo veremos a los largo de sus años de predicación, con los leprosos, los enfermos, los ciegos, los marginados…, no sólo lo anuncia sino que lo vive. Su vida será anunciar la Buena Noticia a los pobres. Si ser cristiano, como decía el catecismo: es ser discípulo de Cristo, debemos seguir su programa y saber bien en lo que tenemos que comprometernos, para que se vea en nosotros que somos testigos de Jesús.
La Iglesia, que como nos expone preciosamente San Pablo en la segunda lectura: “Lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo”, debe ser hoy la que cumple esto. Nuestras comunidades y parroquias, con sus diversos dones y carismas, deben ser fieles a la Palabra de Dios tal como ha sido proclamada por Jesucristo y recogida por los testigos, como recuerda Lucas, al principio del texto: “Siguiendo las tradiciones trasmitidas por los que primero fueron testigos oculares y luego predicadores de la palabra. He resuelto Teófilo, escribírtelos por su orden, para que conozcas la solidad de las enseñanzas que has recibido”. Ese es el criterio que establece los límites, el alcance, el sentido y el objetivo de nuestro hacer.
El Reino de Dios y el Año de Gracia, estamos en el Año de la Misericordia, llega para los enfermos impotentes ante su enfermedad; para los leprosos aislados de la comunidad y del culto; para los extranjeros y refugiados; los cismáticos-samaritanos, (ahora que celebramos la semana de oración por la Unidad de los Cristianos); para los hombres y mujeres de mal vivir; para las mujeres, ayer ninguneadas, etc. No en vano fue acusado de comer con los pecadores, de tomar contacto con los más bajos, de simpatizar con los niños y las prostitutas o adulteras; en fin, de propiciar una autentica subversión del orden existente.
Si bien es cierto que la liberación y el Año de la Misericordia tiene un matiz de interioridad, que afecta al corazón mismo de las personas, también es cierto que jamás puede excluir el acento social que implica la caridad política. La sociedad e incluso algunos en la Iglesia, soportan muy bien que hagamos obras de misericordia y caridad, más difícil les resulta entender que pidamos el cambio de las estructuras opresoras. El Año de Gracia era esto: se perdonaban todas las deudas, las posesiones de casas y tierra volvían a los primitivos dueños cada 50 años. Parece que no se cumplía, pero la proclamación por parte de Jesús, nos da las pistas para construir el Reino. El programa de Jesús nos espera.
“Porque el pueblo entero lloraba al escuchar las palabras de la Ley. Y añadieron: no estéis tristes, pues el gozo en el Señor es vuestra fortaleza” dice la primera lectura de Nehemías. La proclamación de la Ley y del programa de Jesús, entendido como norma de vida, no sólo no es motivo de tristeza, sino todo lo contrario, provoca la fiesta y la alegría entre los creyentes. Que en esta Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, el Señor, como rezamos en la plegaria eucarística, nos lleve a la unidad por la caridad. “Todos nosotros, judíos y  griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados por un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo” nos recuerda la segunda lectura. Que cada uno asuma su responsabilidad en comunión con todos los hermanos, para que el bautismo común de todas las Iglesias cristianas, sea expresión viviente del programa de Jesús: el Reino de Dios.
PD: Este domingo también es el Día de la Infancia Misionera.