LECTURAS DEL SÁBADO III DE ADVIENTO 19 DE DICIEMBRE (MORADO)
No temas, Zacarías, porque tu súplica ha sido escuchada. Isabel, tu mujer, te dará un hijo, a quien le pondrás el nombre de Juan.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Hb 10, 37
El que ha de venir, vendrá sin tardanza, y ya no tendremos nada que temer, porque Él es nuestro salvador.
ORACIÓN COLECTA
Señor
Dios, que te dignaste revelar al mundo el esplendor de tu gloria
mediante el parto de la Santísima Virgen, concédenos, te rogamos, poder
honrar con fe íntegra el admirable misterio de la encarnación y
celebrarlo siempre con nuestra generosa entrega. Por nuestro Señor
Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
El nacimiento de Sansón es anunciado por un ángel.
Del libro de los Jueces: 13, 2-7. 24-25
En
aquellos días, había en Sorá un hombre de la tribu de Dan, llamado
Manoa. Su mujer era estéril y no había tenido hijos. A esa mujer se le
apareció un ángel del Señor y le dijo: "Eres estéril y no has tenido
hijos; pero de hoy en adelante, no bebas vino, ni bebida fermentada, ni
comas nada impuro, porque vas a concebir y a dar a luz un hijo. No dejes
que la navaja toque su cabello, porque el niño estará consagrado a Dios
desde el seno de su madre y él comenzará a salvar a Israel de manos de
los filisteos". La mujer fue a contarle a su marido: "Un hombre de Dios
ha venido a visitarme. Su aspecto era como el del ángel de Dios,
terrible en extremo. Yo no le pregunté de dónde venía y él no me
manifestó su nombre, pero me dijo: ‘Vas a concebir y a dar a luz un
hijo. De ahora en adelante, no bebas vino ni bebida fermentada, no comas
nada impuro, porque el niño estará consagrado a Dios desde el seno de
su madre hasta su muerte’ ". La mujer dio a luz un hijo y lo llamó
Sansón. El niño creció y el Señor lo bendijo y el espíritu del Señor
empezó a manifestarse en él.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 70
R/. Señor, no deje de alabarte.
Señor,
sé para mí un refugio, ciudad fortificada en que me salves. Y pues eres
mi auxilio y mi defensa, líbrame, Señor, de los malvados. R/.
Señor,
tú eres mi esperanza; desde mi juventud en ti confío. Desde que estaba
en el seno de mi madre, yo me apoyaba en ti y tú me sostenías. R/.
Tus
hazañas, Señor, alabaré, diré a todos que sólo tú eres justo. Me
enseñaste a alabarte desde niño y seguir alabándote es mi orgullo. R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Retoño de Jesé, que brotaste como señal para los pueblos, ven a librarnos y no te tardes. R/.
El nacimiento de Juan es anunciado por un ángel.
Del santo Evangelio según san Lucas: 1, 5-25
Hubo
en tiempo de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, del
grupo de Abías, casado con una descendiente de Aarón, llamada Isabel.
Ambos eran justos a los ojos de Dios, pues vivían irreprochablemente,
cumpliendo los mandamientos y disposiciones del Señor. Pero no tenían
hijos, porque Isabel era estéril y los dos, de avanzada edad. Un día en
que le correspondía a su grupo desempeñar ante Dios los oficios
sacerdotales, le tocó a Zacarías, según la costumbre de los sacerdotes,
entrar al santuario del Señor para ofrecer el incienso, mientras todo el
pueblo estaba afuera, en oración, a la hora de la incensación.
Se
le apareció entonces un ángel del Señor, de pie, a la derecha del altar
del incienso. Al verlo, Zacarías se sobresaltó y un gran temor se
apoderó de él. Pero el ángel le dijo: "No temas, Zacarías, porque tu
súplica ha sido escuchada. Isabel, tu mujer, te dará un hijo, a quien le
pondrás el nombre de Juan. Tú te llenarás de alegría y regocijo, y
otros muchos se alegrarán también de su nacimiento, pues él será grande a
los ojos del Señor; no beberá vino ni licor y estará lleno del Espíritu
Santo, ya desde el seno de su madre. Convertirá a muchos israelitas al
Señor; irá delante del Señor con el espíritu y el poder de Elías, para
convertir los corazones de los padres hacia sus hijos, dar a los
rebeldes la cordura de los justos y prepararle así al Señor un pueblo
dispuesto a recibirlo".
Pero
Zacarías replicó: "¿Cómo podré estar seguro de esto? Porque yo ya soy
viejo y mi mujer también es de edad avanzada". El ángel le contestó: "Yo
soy Gabriel, el que asiste delante de Dios. He sido enviado para hablar
contigo y darte esta buena noticia. Ahora tú quedarás mudo y no podrás
hablar hasta el día en que todo esto suceda, por no haber creído en mis
palabras, que se cumplirán a su debido tiempo".
Mientras
tanto, el pueblo estaba aguardando a Zacarías y se extrañaba de que
tardara tanto en el santuario. Al salir no pudo hablar y en esto
conocieron que había tenido una visión en el santuario. Entonces trató
de hacerse entender por señas y permaneció mudo.
Al
terminar los días de su ministerio, volvió a su casa. Poco después
concibió Isabel, su mujer, y durante cinco meses no se dejó ver, pues
decía: "Esto es obra del Señor. Por fin se dignó quitar el oprobio que
pesaba sobre mí".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira
propicio, Señor, los dones que presentamos en tu altar, para que sea tu
poder el que santifique lo que en nuestra pequeñez logramos ofrecerte.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio II o IV de Adviento
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lc 1, 78-79
Vendrá a visitarnos de lo alto un sol naciente, Cristo el Señor, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Llenos
de gratitud por los dones que hemos recibido, Dios todopoderoso, haz
benignamente que anhelemos la salvación prometida, para honrar así, con
un corazón purificado, el nacimiento de nuestro Salvador. Él, que vive y
reina por los siglos de los siglos.
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Comentario al Evangelio de hoy
Luis Manuel Suarez, cmf
En el relato que hoy nos cuenta el origen de Juan Bautista se nos muestra la dureza de la vida y la impulso de Dios.
Dureza de la vida ejemplificada en esa pareja que forman Isabel y Zacarías que, siendo justos, no eran capaz de generar vida. Impulso de Dios en el anuncio de una nueva vida que surge en medio de la aparente sequedad.
Así es Dios: está por la vida. Por eso suscita a Juan Bautista, para que prepare caminos a la Vida. Por eso se encarna en Jesús, Camino, Verdad y Vida para todo el que se abre a su presencia. Por eso nos ha enviado su Espíritu, para alentar esa Vida suya en nosotros, y llevarla hasta los confines del mundo.
Esta historia es también tu historia: en medio de la dureza de la vida y de la aparente sequedad que puedas vivir, Dios sigue estando por la vida. Y con su Espíritu quiere alentar tu barro, para llegar a ser hijo y hermano. Y para, como el Bautista, preparar caminos a la Vida que es Cristo, en ti y en otros.
Gracias, Señor, por alentar mi vida. Que pueda siempre confiar en Ti, también en los momentos de aridez. Que pueda llegar a ser hijo, hermano… y profeta de la Buena Noticia de tu Reino. Amén