Misal del dia de hoy Sabado 12 de Diciembre 2015

LECTURAS DEL SÁBADO II DE ADVIENTO 12 DE DICIEMBRE SOLEMNIDAD DE NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE PATRONA DE AMÉRICA (BLANCO O AZUL)


Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor.


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ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Ap 12, 1

Una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida de sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Dios, Padre de misericordia, que has puesto a este pueblo tuyo bajo la especial protección de la siempre Virgen María de Guadalupe, Madre de tu Hijo, concédenos, por su intercesión, profundizar en nuestra fe y buscar el progreso de nuestra patria por caminos de justicia y de paz. Por nuestro Señor Jesucristo…

LITURGIA DE LA PALABRA

He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo.

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Del libro del profeta Isaías: 7, 10-14

En aquellos tiempos, el Señor le habló a Ajaz diciendo: "Pide al Señor, tu Dios, una señal de abajo, en lo profundo o de arriba, en lo alto". Contestó Ajaz: "No la pediré. No tentaré al Señor".

Entonces dijo Isaías: "Oye, pues, casa de David: ¿No satisfechos con cansar a los hombres, quieren cansar también a mi Dios? Pues bien, el Señor mismo les dará por eso una señal: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros".

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Yo soy la madre del amor. Vengan a mí los que me aman.

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Del libro del Eclesiástico: 24, 23-31

Yo soy como una vid de fragantes hojas y mis flores son producto de gloria y de riqueza. Yo soy la madre del amor, del temor, del conocimiento y de la santa esperanza. En mí está toda la gracia del camino y de la verdad, toda esperanza de vida y de virtud. Vengan a mí, ustedes, los que me aman y aliméntense de mis frutos. Porque mis palabras son más dulces que la miel y mi heredad, mejor que los panales.

Los que me coman seguirán teniendo hambre de mí, los que me beban seguirán teniendo sed de mí; los que me escuchan no tendrán de qué avergonzarse y los que se dejan guiar por mí no pecarán. Los que me honran tendrán una vida eterna.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Del salmo 66

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R/. Que te alaben, Señor, todos los pueblos.

Ten piedad de nosotros y bendícenos; vuelve, Señor, tus ojos a nosotros. Que conozca la tierra tu bondad y los pueblos tu obra salvadora. R/.

Las naciones con júbilo te canten, porque juzgas al mundo con justicia; con equidad tú juzgas a los pueblos y riges en la tierra a las naciones. R/.

Que te alaben, Señor, todos los pueblos, que los pueblos te aclamen todos juntos. Que nos bendiga Dios y que le rinda honor el mundo entero. R/.

Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer.

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De la carta del apóstol san Pablo a los gálatas: 4, 4-7

Hermanos: Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estábamos bajo la ley, a fin de hacernos hijos suyos.

Puesto que ya son ustedes hijos, Dios envió a sus corazones el Espíritu de su Hijo, que dama: "¡Abbá!”, es decir, ¡Padre! Así que ya no eres siervo, sino hijo; y siendo hijo, eres también heredero por voluntad de Dios.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN  Lc 1, 47

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R/. Aleluya, aleluya.

Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador. R/.

Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre.

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Del santo Evangelio según san Lucas: 1, 39-48

En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea y, entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la criatura saltó en su seno. Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo y, levantando la voz, exclamó: "¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor". Entonces dijo María: "Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava".

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta, Señor, los dones que te presentamos en esta solemnidad de nuestra Señora de Guadalupe, y haz que este sacrificio nos dé fuerza para cumplir tus mandamientos, como verdaderos hijos de la Virgen María. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio: La Virgen María, signo materno del amor de Dios.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.

Porque en tu inmensa bondad has querido que la Madre de tu Hijo, bajo el título de Guadalupe, fuera especial Madre nuestra, refugio y Señora, presencia viva en la historia de este pueblo tuyo.

Ella, mensajera de tu verdad y signo materno de tu amor, nos brindó compasión, auxilio y defensa, y hoy nos invita a reconciliarnos contigo y entre nosotros, y a proclamar el Evangelio de tu Hijo, para hacer que florezcan en nuestras tierras la fraternidad y la paz.

Por eso, con todos los ángeles y los santos, te alabamos, proclamando sin cesar: Santo, Santo, Santo…

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 147, 20

No ha hecho nada semejante con ningún otro pueblo; a ninguno le ha manifestado tan claramente su amor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, que acabamos de recibir en este sacramento, nos ayuden, Señor, por intercesión de santa María de Guadalupe, a reconocernos y amarnos todos como verdaderos hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

https://www.facebook.com/snfranciscoxavier.comunidadcatolica 

Comentario al Evangelio de hoy

Fernando Torres Pérez, cmf
 
      Termina la segunda semana de Adviento y conviene tener una cierta claridad sobre lo que estamos celebrando/esperando. No vaya a ser que tanto hablar de que estamos esperando al Señor, a nuestro Salvador, y cuando venga se pase por delante de nuestros ojos sin que nos demos cuenta de que es él. Ya nos dice el Evangelio que eso les pasó a los judíos con Elías. Mucho decir que tenía que venir antes del Mesías, pero resulta que, como dice Jesús, Elías ya vino y se fue y los que tanto hablaban de él ni se enteraron de su paso. 
      Nosotros decimos que esperamos al Mesías. Pero tenemos que tener los ojos bien abiertos porque este Mesías casi seguro que no es como nos lo imaginamos. La gente importante de nuestro mundo suele anunciar con tiempo su llegada. Se hace acompañar de fuertes medidas de seguridad. Utiliza buenos coches o buenos aviones. Va bien vestida. Los periodistas les esperan para hacerles entrevistas y los fotógrafos se pegan por conseguir las mejores imágenes. 
      Pero lo de Jesús fue diferente. Dicen que nació de una desconocida doncella galilea. Se sabe poco de ella. Lo más que terminó dando a luz en una cueva/pesebre de las afueras de Belén. Y no fue a dar a luz allí por romanticismo sino por una razón mucho más prosaica: no hubo sitio para ellos en la posada. Y no sabemos si no les dieron sitio porque ya estaba llena o, también es posible, porque les vieron demasiado pobres como poder pagar por la posada. Cuando el niño creció se convirtió en un hombre muy normal –treinta años o más de artesano carpintero– y luego predicador por los caminos pero siempre alejado de los centros de poder y en conflicto con ellos. Lo suyo fueron los pobres, los marginados, los leprosos, los enfermos varios. Quizá si hubiésemos vivido en aquel tiempo no habríamos reconocido en él al Mesías salvador. 
      Y hoy, veinte siglos después, nos dice que está en todo hombre o mujer que sufre el dolor, la injusticia, el abandono, la marginación... Y que allí donde están dos o tres reunidos en su nombre, él está en medio de ellos. Así que agucemos la vista y los demás sentidos, para reconocerle en lo más sencillo y humilde de nuestro mundo.