LECTURAS DEL LUNES IV DE ADVIENTO 21 DE DICIEMBRE (MORADO)
En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea.
ANTÍFONA DE ENTRADA cfr. Is 7, 14; 8, 10
Pronto llegará el Señor que domina los pueblos, y será llamado Emmanuel, es decir, Dios-con-nosotros.
ORACIÓN COLECTA
Escucha
benignamente, Señor, las súplicas de tu pueblo, para que así como ahora
nos llena de alegría la venida de tu Unigénito en nuestra carne, así
también, cuando llegue revestido de majestad, consigamos la recompensa
de la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
Aquí viene mi amado saltando por los montes.
Del libro del Cantar de los Cantares: 2, 8-14
Aquí
viene mi amado saltando por los montes, retozando por las colinas. Mi
amado es como una gacela, es como un venadito, que se detiene detrás de
nuestra tapia, espía por las ventanas y mira a través del enrejado.
Mi
amado me habla así: "Levántate, amada mía, hermosa mía, y ven. Mira que
el invierno ya pasó; han terminado las lluvias y se han ido.
Las
flores brotan ya sobre la tierra; ha llegado la estación de los cantos;
el arrullo de las tórtolas se escucha en el campo; ya apuntan los
frutos en la higuera y las viñas en flor exhalan su fragancia.
Levántate,
amada mía, hermosa mía, y ven. Paloma mía, que anidas en las hendiduras
de las rocas, en las grietas de las peñas escarpadas, déjame ver tu
rostro y hazme oír tu voz, porque tu voz es dulce y tu rostro
encantador".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 32
R/. Demos gracias a Dios, al son del arpa.
Demos
gracias a Dios al son del arpa, que la lira acompañe nuestros cantos;
cantemos en su honor nuevos cantares, al compás de instrumentos
alabémoslo. R/.
Los
proyectos de Dios duran por siempre; los planes de su amor, todos los
siglos. Feliz la nación cuyo Dios es el Señor; dichoso el pueblo que
escogió por suyo. R/.
En
el Señor está nuestra esperanza, pues Él es nuestra ayuda y nuestro
amparo; en el Señor se alegra el corazón y en Él hemos confiado. R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Emmanuel, rey y legislador nuestro, ven, Señor, a salvarnos. R/.
¿Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a verme?
Del santo evangelio según san Lucas: 1, 39-45
En
aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas
de Judea y, entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto
ésta oyó el saludo de María, la criatura saltó en su seno.
Entonces
Isabel quedó llena del Espíritu Santo y, levantando la voz, exclamó:
"¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién
soy yo, para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu
saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que
has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del
Señor".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe
benignamente, Señor, los dones de tu Iglesia, y, al concederle en tu
misericordia que te los pueda ofrecer, haces al mismo tiempo que se
conviertan en sacramento de nuestra salvación. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Prefacio II o IV de Adviento.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lc 1, 45
Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que
la participación en estos divinos misterios, Señor, se convierta en
permanente protección para tu pueblo, a fin de que, fervorosamente
entregado a tu servicio, reciba en abundancia la salvación de alma y
cuerpo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
https://www.facebook.com/snfranciscoxavier.comunidadcatolica?ref=tn_tnmn
Comentario al Evangelio de hoy
Luis Manuel Suarez, cmf
Después de que María es visitada por Dios, ella misma se dedica a visitar.
La visita de Dios, que le trajo bendición, confianza y gérmenes de vida, es devuelta por María a Isabel, llevándole eso mismo que ella ha recibido. Resuena esa bonita frase: “Gratis lo recibisteis, dadlo gratis”. Una regla de oro para la vida.
E Isabel lo nota. Porque lo que llevamos en el corazón, lo muestran el rostro y las palabras. “Tan pronto como tu saludo llegó a mis oídos, saltó de alegría la criatura en mi vientre”. Las cosas importantes se transmiten así: por contagio. Como la fe, la confianza, el amor, la esperanza… “Y ella quedó llena del Espíritu Santo”.
En la visita a Isabel, María también recibe. Recibe la confirmación del camino que ha comenzado: “Dichosa tú que has creído…”. Y seguro que, tras un tiempo, volvió a Nazaret también llena de alegría.
Las visitas de Dios son don y tarea. Desde la gratuidad, somos queridos y elegidos para una misión. Esa misión nos pone en camino hacia los demás. Y en ese camino, recibimos nuevos dones. Como María.
Caminos de ida y de vuelta, que también tú puedes concretar en tu vida. ¿A quién puedes visitar en estos días? ¿Quién puede estar necesitando una visita? ¿Qué puedes recibir tú de las visitas de los demás?