LECTURAS DEL MARTES IV DE ADVIENTO 22 DE DICIEMBRE (MORADO)
Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 23, 7
¡Puertas, ábranse de par en par; agrándense portones eternos, porque va a entrar el rey de la gloria!
ORACIÓN COLECTA
Señor
Dios, que mirando al hombre caído en la muerte del pecado, quisiste
rescatarlo con la llegada de tu Unigénito, concede, a quienes confesamos
con humilde fervor su encarnación, que merezcamos también gozar de la
compañía de nuestro Redentor. Él, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Ana dio gracias por el nacimiento de Samuel.
Del primer libro de Samuel: 1, 24-28
En
aquellos días, Ana llevó a Samuel, que todavía era muy pequeño, a la
casa del Señor, en Siló, y llevó también un novillo de tres años, un
costal de harina y un odre de vino. Una vez sacrificado el novillo, Ana
presentó el niño a Elí y le dijo: "Escúchame, señor: te juro por mi vida
que yo soy aquella mujer que estuvo junto a ti, en este lugar, orando
al Señor. Este es el niño que yo le pedía al Señor y que Él me ha
concedido. Por eso, ahora yo se lo ofrezco al Señor, para que le quede
consagrado de por vida". Y adoraron al Señor.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
1 Samuel 2
R/. Mi corazón se alegra en Dios, mi salvador.
Mi
corazón se alegra en el Señor, en Dios me siento yo fuerte y seguro. Ya
puedo responder a mis contrarios, pues eres tú, Señor, el que me ayuda.
R/.
El
arco de los fuertes se ha quebrado, los débiles se ven de fuerza
llenos. Se ponen a servir por un mendrugo los antes satisfechos; y sin
tener que trabajar, pueden saciar su hambre los hambrientos. Siete veces
da a luz la que era estéril y la fecunda ya dejó de serlo. R/.
Da el Señor muerte y vida, deja morir y salva de la tumba; Él es quien empobrece y enriquece, quien abate y encumbra. R/.
Él
levanta del polvo al humillado, al oprimido saca de su oprobio, para
hacerlo sentar entre los príncipes en un trono glorioso. R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Rey de las naciones y piedra angular de la Iglesia, ven a salvar al hombre, que modelaste del barro. R/.
Ha hecho en mí cosas el que todo lo puede.
Del santo Evangelio según san Lucas: 1, 46-56
En
aquel tiempo, dijo María: "Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se
llena de júbilo en Dios, mi salvador, porque puso sus ojos en la
humildad de su esclava. Desde ahora me llamarán dichosa todas las
generaciones, porque ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede.
Santo es su nombre, y su misericordia llega de generación en generación a
los que lo temen.
Ha
hecho sentir el poder de su brazo: dispersó a los de corazón altanero,
destronó a los potentados y exaltó a los humildes. A los hambrientos los
colmó de bienes y a los ricos los despidió sin nada. Acordándose de su
misericordia, vino en ayuda de Israel, su siervo, como lo había
prometido a nuestros padres, a Abraham y a su descendencia, para
siempre". María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a
su casa.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Llenos
de confianza en tu bondad, acudimos, Señor, ante tu santo altar
trayéndote nuestros dones, a fin de que, purificados por tu gracia,
quedemos limpios por los misterios que celebramos. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Prefacio II o IV de Adviento
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lc 1, 46. 49
Proclama mi alma la grandeza del Señor, porque ha hecho en mí maravillas el Todopoderoso.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
https://www.facebook.com/snfranciscoxavier.comunidadcatolica?ref=tn_tnmn
Comentario al Evangelio de hoy
Luis Manuel Suarez, cmf
En el Evangelio de hoy, María se pone a cantar. Y su voz habla de ella a la vez que recoge la historia de su pueblo.
María comienza alegrándose porque Dios se ha fijado en su vida, por gracia. Sin ningún mérito por su parte… Y acercándose, ha hecho cosas grandes.
A continuación, recuerda el modo de hacer de Dios: poner abajo a los que están arriba y arriba a los que están abajo; dar al que no tiene y dejar sin nada al que cree tenerlo todo. Así es Dios, que pone el mundo al revés… o quizá al derecho, después de que nosotros lo hubiéramos puesto patas arriba.
Y termina agradeciendo la presencia de Dios en la historia: nunca ha dejado a su pueblo, a pesar de sus infidelidades. Es el Dios que cumple las promesas. El Dios de la misericordia, que se mantiene incluso cuando la otra parte no corresponde. Así termina este canto de María.
Y a ti, ¿te gusta cantar? Más allá de tener mejores o peores cualidades musicales, hay un canto que, como el de María, brota del corazón. Y recoge lo que Dios va haciendo en la vida. Y lo que puede llegar a hacer. Cantar a la vida es reconocer que, en medio de la ambigüedad, en medio de tantas sombras que nos acompañan cada día, Dios sigue siendo fiel, seguirá estando ahí, cumplirá sus promesas y sigue mirándonos con misericordia.
Que este final del Adviento reavive en nosotros la capacidad de cantar la vida que se nos va regalando. Vivir para cantar. Vivir para contarlo.
¿Qué letra tendría tu canto, hoy?