LECTURAS DEL LUNES II DE ADVIENTO 7 DE DICIEMBRE SAN AMBROSIO OBISPO Y DOCTOR DE LA IGLESIA (BLANCO)
Yo te lo mando: levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Si 15, 5
En medio de la Iglesia abrió su boca, y el Señor lo llenó del espíritu de sabiduría e inteligencia, lo revistió de gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios
nuestro, tú que hiciste del obispo san Ambrosio un insigne maestro de
la fe católica y un admirable ejemplo de fortaleza apostólica suscita en
tu Iglesia pastores según tu corazón, la guíen con firmeza y sabiduría.
Por nuestro Señor Jesucristo,…
LITURGIA DE LA PALABRA
Dios mismo viene a salvarnos.
Del libro del profeta Isaías 35, 1-10:
Esto
dice el Señor: "Regocíjate, yermo sediento. Que se alegre el desierto y
se cubra de flores, que florezca como un campo de lirios, que se alegre
y dé gritos de júbilo, porque le será dada la gloria del Líbano, el
esplendor del Carmelo y del Sarón.
Ellos
verán la gloria del Señor, el esplendor de nuestro Dios. Fortalezcan
las manos cansadas, afiancen las rodillas vacilantes. Digan a los de
corazón apocado: ‘Animo! No teman. He aquí que su Dios, vengador y
justiciero, viene ya para salvarlos’.
Se
iluminarán entonces los ojos de los ciegos y los oídos de los sordos se
abrirán. Saltará como un venado el cojo y la lengua del mudo cantará.
Brotarán
aguas en el desierto y correrán torrentes en la estepa. El páramo se
convertirá en estanque y la tierra sedienta, en manantial. En la guarida
donde moran los chacales, verdearán la caña y el papiro. Habrá allí una
calzada ancha, que se llamará ‘Camino Santo’; los impuros no la
transitarán, ni los necios vagarán por ella. No habrá por ahí leones ni
se acercarán las fieras. Por ella caminarán los redimidos. Volverán a
casa los rescatados por el Señor, vendrán a Sión con cánticos de júbilo,
coronados de perpetua alegría; serán su escolta el gozo y la dicha,
porque la pena y la aflicción habrán terminado".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 84
R/. Nuestro Dios viene a salvarnos.
Escucharé
las palabras del Señor, palabras de paz para su pueblo santo. Está ya
cerca nuestra salvación y la gloria del Señor habitará en la tierra. R/.
La
misericordia y la verdad se encontraron, la justicia y la paz se
besaron, la fidelidad brotó en la tierra y la justicia vino del cielo.
R/.
Cuando
el Señor nos muestre su bondad, nuestra tierra producirá su fruto. La
justicia le abrirá camino al Señor e irá siguiendo sus pisadas. R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Ya viene el rey, el Señor de la tierra; Él nos librará de nuestra esclavitud. R/.
Hoy hemos visto maravillas.
Del santo Evangelio según san Lucas: 5, 17-26
Un
día Jesús estaba enseñando y estaban también sentados ahí algunos
fariseos y doctores de la ley, venidos de todas las aldeas de Galilea,
de Judea y de Jerusalén. El poder del Señor estaba con Él para que
hiciera curaciones. Llegaron unos hombres que traían en una camilla a un
paralítico y trataban de entrar, para colocarlo delante de Él; pero
como no encontraban por dónde meterlo a causa de la muchedumbre,
subieron al techo y por entre las tejas lo descolgaron en la camilla y
se lo pusieron delante a Jesús. Cuando Él vio la fe de aquellos hombres,
dijo al paralítico: "Amigo mío, se te perdonan tus pecados".
Entonces
los escribas y fariseos comenzaron a pensar: "¿Quién es este individuo
que así blasfema? ¿Quién, sino sólo Dios, puede perdonar los pecados?"
Jesús, conociendo sus pensamientos, les replicó: "¿Qué están pensando?
¿Qué es más fácil decir: ‘Se te perdonan tus pecados’ o ‘Levántate y
anda’? Pues para que vean que el Hijo del hombre tiene poder en la
tierra para perdonar los pecados —dijo entonces al paralítico: Yo te lo
mando: levántate, toma tu camilla y vete a tu casa". El paralítico se
levantó inmediatamente, en presencia de todos, tomó la camilla donde
había estado tendido y se fue a su casa glorificando a Dios. Todos
quedaron atónitos y daban gloria a Dios, y llenos de temor, decían: "Hoy
hemos visto maravillas".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al
celebrar estos divinos misterios, te suplicamos, Señor, que el Espíritu
Santo derrame sobre nosotros la luz de la fe que iluminó a san Ambrosio
para propagar tu gloria sin descanso. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 1, 2. 3
El que día y noche medita la ley del Señor, al debido tiempo dará su fruto.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Fortalecidos
por la eficacia de este sacramento, te pedimos, Señor, aprovechar de
tal manera las enseñanzas de san Ambrosio, que avanzamos con firmeza por
tus sendas, nos dispongamos a disfrutar la suavidad del banquete
eterno. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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Comentario al Evangelio de hoy
Fernando Torres Pérez, cmf
Según he leído la primera lectura, tan bonita, tan llena de poesía, que nos describe un mundo paradisiaco, donde ya no habrá más dolor, donde el desierto se transforma en un vergel y lo reseco en manantiales, lo primero que me ha venido a la mente ha sido la situación actual de Oriente Medio. Desde Israel a Afganistán, desde Turquía a Sudán, toda una zona convertida desde hace años, muchos años, en un polvorín, y no precisamente a punto de estallar sino más bien estallando periódicamente. Y con las consecuencias de esas explosiones llegando hasta muchos otros países en forma de atentados terroristas. Para serles sinceros, del fondo del corazón me sale decir que esa situación no tiene remedio. ¡Son tantos años sembrando violencia y odio entre unos y otros! Da la impresión de que la espiral de la violencia es ya imposible de parar. No hace más que crecer y crecer sin que nadie, eso parece, la pueda controlar.
Pero leo a continuación el texto del Evangelio, lo dejo que repose en mis oídos y en mi mente. Dejo que me llegue al corazón. Y pienso que Dios puede hacer mucho más de lo que nosotros podemos imaginar. El relato, tan sencillo, de la curación del paralítico, me rompe los esquemas y me abre a una nueva realidad que va más allá de lo humanamente esperable.
El relato es una preciosa conjugación del esfuerzo humano, los amigos que son capaces de hacer un agujero en techo de la casa para llevar al paralítico a la presencia de Jesús, y de la actuación de Jesús, el testigo del amor de Dios para con nosotros, capaz de transformar la realidad de una forma inesperada y nueva. Jesús perdona los pecados y Jesús cura. El paralítico es ahora un hombre nuevo en todos los sentidos. Posiblemente los amigos se habrían conformado con que hubiese vuelto a andar. Pero Jesús, Dios, va más allá en su curación, renovando en plenitud el interior de la persona herida por el dolor y el mal.
Creer es mantener las expectativas abiertas a la acción de Dios, que rompe nuestros esquemas y nos saca de nuestras casillas, que abre un nuevo futuro para nosotros. Creer es situar nuestra esperanza, y nuestra acción y nuestra forma de comportarnos ahora mismo, más allá de lo que la racionalidad nos dice que es posible. Creer es comprometerse ya por la paz y por la superación de la violencia. Aunque eso nos cueste la vida.
Y eso hacerlo en Oriente Medio y en nuestra casa. Sin perder nunca la esperanza aunque no veamos resultados en mucho tiempo.