LECTURAS DEL MARTES II DE ADVIENTO 8 DE DICIEMBRE SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA (BLANCO O AZUL)
Entró el ángel a donde ella estaba y le dijo: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo".
ANTÍFONA DE ENTRADA Is 61, 10
Me
alegro en el Señor con toda el alma y me lleno de júbilo en mi Dios,
porque me revistió con vestiduras de salvación y me cubrió con un manto
de justicia, como la novia se adorna con sus joyas.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios
nuestro, que por la Inmaculada Concepción de la Virgen María preparaste
una digna morada para tu Hijo y, en previsión de la muerte redentora de
Cristo, la preservaste de toda mancha de pecado, concédenos que, por su
intercesión, nosotros también, purificados de todas nuestras culpas,
lleguemos hacia ti. Por nuestro Señor Jesucristo,…
LITURGIA DE LA PALABRA
Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya.
Del libro del Génesis: 3, 9-15. 20
Después
de que el hombre y la mujer comieron del fruto del árbol prohibido, el
Señor Dios llamó al hombre y le preguntó: "¿Dónde estás?" Éste le
respondió: "Oí tus pasos en el jardín y tuve miedo, porque estoy
desnudo, y me escondí". Entonces le dijo Dios: "¿y quién te ha dicho que
estabas desnudo? ¿Has comido acaso del árbol del que te prohibí comer?"
Respondió
Adán: "La mujer que me diste por compañera me ofreció del fruto del
árbol y comí". El Señor Dios dijo a la mujer: "¿Por qué has hecho esto?"
Repuso la mujer: "La serpiente me engañó y comí".
Entonces
dijo el Señor Dios a la serpiente: "Porque has hecho esto, serás
maldita entre todos los animales y entre todas las bestias salvajes. Te
arrastrarás sobre tu vientre y comerás polvo todos los días de tu vida.
Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya; y
su descendencia te aplastará la cabeza, mientras tú tratarás de morder
su talón".
El hombre le puso a su mujer el nombre de "Eva", porque ella fue la madre de todos los vivientes.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 97
R/.Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas.
Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra y su santo brazo le han dado la victoria. R/.
El
Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su
justicia. Una vez más ha demostrado Dios su amor y su lealtad hacia
Israel. R/.
La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos y naciones aclamen con júbilo al Señor. R/.
Dios nos eligió en Cristo, antes de crear el mundo.
De la carta del apóstol san Pablo a los efesios 1, 3-6.11-12:
Bendito
sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en Él
con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en
Cristo, antes de crear el mundo, para que fuéramos santos e
irreprochables a sus ojos, por el amor, y determinó, porque así lo
quiso, que, por medio de Jesucristo, fuéramos sus hijos, para que
alabemos y glorifiquemos la gracia con que nos ha favorecido, por medio
de su Hijo amado.
Con
Cristo somos herederos también nosotros. Para esto estábamos
destinados, por decisión del que lo hace todo según su voluntad: para
que fuéramos una alabanza continua de su gloria, nosotros, los que ya
antes esperábamos en Cristo.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN Cfr. Lc 1, 28
R/. Aleluya, aleluya.
Dios te salve, María, llena de gracia, el Señor está contigo, bendita tú entre las mujeres. R/.
Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.
Del santo Evangelio según san Lucas: 1, 26-38
En
aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de
Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón de la
estirpe de David, llamado José. La virgen se llamaba María. Entró el
ángel a donde ella estaba y le dijo: "Alégrate, llena de gracia, el
Señor está contigo". Al oír estas palabras, ella se preocupó mucho y se
preguntaba qué querría decir semejante saludo. El ángel le dijo: "No
temas, María, porque has hallado gracia ante Dios. Vas a concebir y a
dar a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será
llamado Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de David, su
padre, y Él reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reinado
no tendrá fin". María le dijo entonces al ángel: "¿Cómo podrá ser esto,
puesto que yo permanezco virgen?" El ángel le contestó: "El Espíritu
Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su
sombra. Por eso, el Santo, que va a nacer de ti, será llamado Hijo de
Dios. Ahí tienes a tu parienta Isabel, que a pesar de su vejez, ha
concebido un hijo y ya va en el sexto mes la que llamaban estéril,
porque no hay nada imposible para Dios". María contestó: "Yo soy la
esclava del Señor; cúmplase en mí lo que me has dicho". Y el ángel se
retiró de su presencia.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe
favorablemente, Señor, la ofrenda que te presentamos en la solemnidad
de la Inmaculada Concepción de la santísima Virgen María, y concédenos
que, así como profesamos que tu gracia la preservo de toda mancha de
pecado, así también nosotros, por su intercesión, quedemos libres de
toda culpa. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
El misterio de María y la Iglesia
En
verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias
siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno. Porque preservarte a la santísima Virgen María de toda mancha de
pecado original, para preparar en ella, enriquecida con la plenitud de
tu gracia, una digna madre para tu hijo y significar el nacimiento de su
Esposa, la Iglesia, toda hermosa y sin mancha ni arruga. Pues purísima
debía ser la Virgen que diera a luz a tu Hijo, el Cordero inocente que
quita el pecado del mundo, y así a ella misma, para bien de todos, la
preparabas como abogada para tu pueblo, modelo de gracia y de santidad.
Por eso, unidos a los coros angélicos, te alabamos, proclamando con
alegría. Santo, Santo, Santo…
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
Grandes cosas cantan a ti, María porque de ti ha nacido el sol de justicia, Cristo nuestro Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que
el sacramento que acabamos de recibir, Señor Dios nuestro, repare en
nosotros las consecuencias de aquella culpa de la cual preservaste
singularmente a la Virgen María es su Inmaculada Concepción. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne.
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Comentario al Evangelio de hoy
Fernando Torres Pérez, cmf
Leo la primera lectura y me sorprende la actitud de Eva. Ha comido del árbol que no debía comer. Lo sabe y es consciente de ello. Pero, cuando le pillan en falta, hace un movimiento que es muy típico de muchos de nosotros –y ahí nos podemos sentir identificados con ella–: devuelve la pelota y dice directamente que ella no ha sido culpable sino víctima. Ciertamente ha comido del fruto prohibido pero no lo ha hecho por su voluntad sino porque “la serpiente me engañó y comí”. ¡Pobre Eva! ¡Tan inocente! ¡Tan ingenua! No se merece castigo sino consuelo. Ella no ha hecho nada. Es su debilidad la que le ha llevado a hacer lo que no debía hacer. Ella no es responsable. Ha encontrado una excusa y se siente tranquila.
Leo a continuación el Evangelio. Recoge hoy el relato de la anunciación. El ángel del Señor se aparece a María y mantiene un diálogo con ella. En ningún momento asume María una posición de criatura débil y encogida. En ningún momento pretende pasar la pelota a otro diciendo que ella no puede cargar con lo que se le está pidiendo. Plantea dificultades muy reales a la propuesta del ángel. Y escucha atentamente la respuesta. Lo hace desde la fe y la confianza en Dios.
Su respuesta final se sitúa en las antípodas de la respuesta de Eva. Ella no pone una excusa. No mira para otro lado. Simplemente, asume la propuesta y se pone a disposición de su Señor. “Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.” Se siente responsable y se dispone a hacer lo que haya que hacer para llevar adelante la misión que el Señor le ha puesto por delante.
Son dos actitudes muy diferentes. Está el que mira para otro lado, encuentra siempre excusas y sigue su camino. Y está el que da un paso al frente, asume la responsabilidad y hace lo que tiene que hacer. Por eso, María se convierte en la primera discípula y en la primera anunciadora del Reino. Por eso, María siguió a Jesús por los caminos de Palestina y terminó a los pies de la cruz. Por eso, acompañaba en la oración y en la vida a los discípulos de su hijo después de la resurrección. No es más que asumir las consecuencias prácticas de la frase con la que se comprometió ante el ángel, cuando todo empezó: “Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.”
Hoy empieza el año de la Misericordia. Buen momento para asumir nuestra responsabilidad. No se trata de pensar en lo que tienen que hacer los demás para vivir este año la misericordia de Dios sino de ver que es lo que puedo hacer yo para en mis palabras y obras testimoniar la misericordia de Dios para con su pueblo.