Misal del dia de hoy Martes 24 de Noviembre 2015

LECTURAS DEL MARTES XXXIV DEL T. ORDINARIO 24 DE NOVIEMBRE SAN ANDRÉS DUNG-LAC Y COMPAÑEROS MÁRTIRES (ROJO)


"Días vendrán en que no quedará piedra sobre piedra de todo esto que están admirando; todo será destruido".


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ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Ga 6, 14; cfr. 1 Co 1, 18

Sólo nos glorificamos en la cruz de nuestro Señor Jesucristo. El mensaje de la cruz es fuerza de Dios para nosotros, que hemos sido salvados.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, fuente y origen de toda paternidad, que hiciste que los santos mártires Andrés Dung-Lac y compañeros fueran fieles a la Cruz de tu Hijo hasta derramar su sangre, concédenos, por su intercesión, que, propagando tu amor entre los hermanos, podamos llamarnos y ser en verdad hijos tuyos. Por nuestro Señor Jesucristo…

LITURGIA DE LA PALABRA

Dios hará surgir un reino que jamás será destruido y que aniquilará a todos los reinos.

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Del libro del profeta Daniel: 2, 31-45

En aquellos días, Daniel le dijo al rey Nabucodonosor: "Tú, rey, has tenido esta visión: viste delante de ti una estatua, una estatua gigantesca, de un brillo extraordinario y de aspecto imponente. La cabeza de la estatua era de oro puro; el pecho y los brazos, de plata; el vientre y los muslos, de bronce; las piernas, de hierro; y los pies, de hierro mezclado con barro.

Tú la estabas mirando, cuando de pronto una piedra que se desprendió del monte, sin intervención de mano alguna, vino a chocar con los pies de hierro y barro de la estatua y los hizo pedazos. Entonces todo se hizo añicos: el hierro, el barro, el bronce, la plata y el oro; todo quedó como el polvo que se desprende cuando se trilla el grano en el verano y el viento se lo lleva sin dejar rastro. Y la piedra que había golpeado la estatua se convirtió en un gran monte, que llenó toda la tierra.

Éste fue tu sueño y ahora te lo voy a interpretar. Tú, rey de reyes, a quien el Dios del cielo ha dado el reino y el poder, el dominio y la gloria, pues te ha dado poder sobre todos los hombres, sobre las bestias del campo y las aves del cielo, para que reines sobre ellos, tú eres la cabeza de oro.

Después de ti surgirá un reino de plata, menos poderoso que el tuyo. Después vendrá un tercer reino, de bronce, que dominará toda la tierra. Y habrá un cuarto reino, fuerte como el hierro; así como el hierro destroza y machaca todo, así él destrozará y aplastará a todos.

Los pies y los dedos de hierro mezclado con barro que viste, representan un reino dividido; tendrá algo de la solidez del hierro, porque viste el hierro mezclado con el barro. Los dedos de los pies, de hierro y de barro, significan un reino al mismo tiempo poderoso y débil. Y el hierro mezclado con el barro quiere decir que los linajes se mezclarán, pero no llegarán a fundirse, de la misma manera que el hierro no se mezcla con el barro.

En tiempo de estos reyes, el Dios del cielo hará surgir un reino que jamás será destruido, ni dominado por ninguna otra nación. Destruirá y aniquilará a todos estos reinos y él durará para siempre. Eso significa la piedra que has visto desprenderse del monte, sin intervención de mano humana, y que redujo a polvo el barro, el hierro, el bronce, la plata y el oro.

El Dios grande ha manifestado al rey lo que va a su-ceder. El sueño es verdadero, y su interpretación, digna de crédito".

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Daniel 3

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R/. Bendito seas para siempre, Señor.

Todas sus obras, bendigan al Señor. Todos sus ángeles, bendigan al Señor. R/.

Cielos, bendigan al Señor. Todas las aguas del cielo, bendigan al Señor. R/.

Todos sus ejércitos, bendigan al Señor. R/.

ACLAMACIÓN  Ap 2, 10

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R/. Aleluya, aleluya.

Sé fiel hasta la muerte y te daré como premio la vida, dice el Señor. R/.

No quedará piedra sobre piedra.

clip_image005Del santo Evangelio según san Lucas: 21, 5-11

En aquel tiempo, como algunos ponderaban la solidez de la construcción del templo y la belleza de las ofrendas votivas que lo adornaban, Jesús dijo: "Días vendrán en que no quedará piedra sobre piedra de todo esto que están admirando; todo será destruido".

Entonces le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo va a ocurrir esto y cuál será la señal de que ya está a punto de suceder?"

Él les respondió: "Cuídense de que nadie los engañe, porque muchos vendrán usurpando mi nombre y dirán: ‘Yo soy el Mesías. El tiempo ha llegado’. Pero no les hagan caso. Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones, que no los domine el pánico, porque eso tiene que acontecer, pero todavía no es el fin".

Luego les dijo: "Se levantará una nación contra otra y un reino contra otro. En diferentes lugares habrá grandes terremotos, epidemias y hambre, y aparecerán en el cielo señales prodigiosas y terribles".

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Padre Santo, los dones que te presentamos al venerar la pasión de tus santos mártires, y concédenos que, en medio de las adversidades de esta vida, permanezcamos siempre fieles a ti y nos convirtamos en ofrenda agradable a tus ojos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 5, 10

Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados con el mismo y único pan, en la conmemoración, Señor, que permanezcamos unidos en tu amor y alcancemos la recompensa eterna, prometida a los que perseveran hasta el fin. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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Con la Palabra de Dios

Martes de la semana 34 del tiempo ordinario
“Algunos ponderaban la belleza del templo, por la calidad de la piedra y los exvotos. Jesús les dijo: “Esto que contempláis, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido”. “Cuidado con que nadie os engañe. Porque muchos vendrán usurpando mi nombre diciendo: “Soy yo” o bien, “El momento está cerca”. No vayáis tras ellos”. (Lc 21, 5-11)
Las apariencias nos fascinan.
Hoy vivimos mucho de apariencias.
Hace unos meses apareció en los periódicos una famosa artista de casi ochenta años.
Daba la impresión de muchísimo más joven.
Tanto estirar la piel.
Tanto trabajo de cirugía estética la hacía aparentar todavía muy bella.
Pero el calendario no engaña.
Bueno si eso la hacía sentirse mejor, la disculpamos.
Aunque sea viviendo en la mentira y el engaño.
El problema es que nos quedamos más con las apariencias que con la verdad.
Vivimos más de lo que no somos que de lo que somos.
Es nuestra tentación: vivir aunque sea de la mentira.
Lo importante es deslumbrar a los demás.
La verdad, a veces es dolorosa.
Pero es nuestra verdad.
La verdad externa deslumbra a los demás.
Pero solo la verdad da sentido a cada uno.
Ponemos cara de bueno, y por dentro estamos vacíos.
La cara es buena para el espejo.
Pero el alma es buena para el corazón.
Vivir del fingimiento es engañarse a sí mismo y engañar a los demás.
Vivir de la verdad es vernos como somos y no como los demás quieren vernos.
Por eso no me gusta cuando la gente dice: “tiene una carita de santo”.
Carita de santos también la tienen las imágenes de los artistas.
Pero por dentro son de madera incluso de fibra de vidrio o escayola.
Felizmente, cada vez que me miro al espejo, no me veo con cara de santo.
Me veo con una cara real, la que me dieron mis padres, y la que han ido modelando los años.
Preferiría no tener cara de santo.
Pero llevar un corazón de santo.
Prefiero llevar un corazón fiel a una cara de inocente.
Prefiero amar de verdad a no aparentar un gran amor.
La gente se deslumbraba con la belleza de la piedra y los exvotos del templo.
Pero no sabían lo que había dentro.
Hoy los turistas sacarían fotos de esa belleza externa.
Pero a nadie se le ocurre sacar fotos del misterio que hay dentro.
No niego que Dios se merece lo mejor.
Ni niego que Dios se merezca Iglesia y Catedrales artísticas.
Pero lo que a Dios le interesa es que la gente se encuentre con él dentro.
Lo que a Dios le interesa es que la gente hable con Él dentro.
Lo que a Dios le interesa es que la gente celebre, viva, rece cante con fe dentro.
Hay gente que deslumbra en la calle.
Pero ¿alguien saca una foto a ese pobre que mendiga pidiendo limosna?
¿Alguien se detiene a mirar y dejarse cuestionar por ese niño sucio de nuestras calles?
Y sin embargo, es posible que ese a quien nadie saca fotos, sea la foto de Dios que habita en él.
Jesús es claro: “que nadie os engañe”.
Incluso si alguien dice “soy yo”.
Por el contrario nos pide que sepamos “ver”.
“Que sepamos leer a Dios en esos signos de los tiempos y de las personas”.
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Con la Palabra de Dios

Martes de la semana 34 del tiempo ordinario
“Algunos ponderaban la belleza del templo, por la calidad de la piedra y los exvotos. Jesús les dijo: “Esto que contempláis, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido”. “Cuidado con que nadie os engañe. Porque muchos vendrán usurpando mi nombre diciendo: “Soy yo” o bien, “El momento está cerca”. No vayáis tras ellos”. (Lc 21, 5-11)
Las apariencias nos fascinan.
Hoy vivimos mucho de apariencias.
Hace unos meses apareció en los periódicos una famosa artista de casi ochenta años.
Daba la impresión de muchísimo más joven.
Tanto estirar la piel.


Tanto trabajo de cirugía estética la hacía aparentar todavía muy bella.
Pero el calendario no engaña.
Bueno si eso la hacía sentirse mejor, la disculpamos.
Aunque sea viviendo en la mentira y el engaño.
El problema es que nos quedamos más con las apariencias que con la verdad.
Vivimos más de lo que no somos que de lo que somos.


Es nuestra tentación: vivir aunque sea de la mentira.
Lo importante es deslumbrar a los demás.
La verdad, a veces es dolorosa.
Pero es nuestra verdad.
La verdad externa deslumbra a los demás.
Pero solo la verdad da sentido a cada uno.
Ponemos cara de bueno, y por dentro estamos vacíos.
La cara es buena para el espejo.
Pero el alma es buena para el corazón.
Vivir del fingimiento es engañarse a sí mismo y engañar a los demás.


Vivir de la verdad es vernos como somos y no como los demás quieren vernos.
Por eso no me gusta cuando la gente dice: “tiene una carita de santo”.
Carita de santos también la tienen las imágenes de los artistas.
Pero por dentro son de madera incluso de fibra de vidrio o escayola.
Felizmente, cada vez que me miro al espejo, no me veo con cara de santo.
Me veo con una cara real, la que me dieron mis padres, y la que han ido modelando los años.
Preferiría no tener cara de santo.
Pero llevar un corazón de santo.


Prefiero llevar un corazón fiel a una cara de inocente.
Prefiero amar de verdad a no aparentar un gran amor.
La gente se deslumbraba con la belleza de la piedra y los exvotos del templo.
Pero no sabían lo que había dentro.
Hoy los turistas sacarían fotos de esa belleza externa.
Pero a nadie se le ocurre sacar fotos del misterio que hay dentro.
No niego que Dios se merece lo mejor.
Ni niego que Dios se merezca Iglesia y Catedrales artísticas.
Pero lo que a Dios le interesa es que la gente se encuentre con él dentro.
Lo que a Dios le interesa es que la gente hable con Él dentro.


Lo que a Dios le interesa es que la gente celebre, viva, rece cante con fe dentro.
Hay gente que deslumbra en la calle.
Pero ¿alguien saca una foto a ese pobre que mendiga pidiendo limosna?


¿Alguien se detiene a mirar y dejarse cuestionar por ese niño sucio de nuestras calles?
Y sin embargo, es posible que ese a quien nadie saca fotos, sea la foto de Dios que habita en él.
Jesús es claro: “que nadie os engañe”.
Incluso si alguien dice “soy yo”.
Por el contrario nos pide que sepamos “ver”.
“Que sepamos leer a Dios en esos signos de los tiempos y de las personas”.