LECTURAS DEL JUEVES XXXIII DEL T. ORDINARIO 19 DE NOVIEMBRE (VERDE)
No dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no aprovechaste la oportunidad que Dios te daba.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 80, 17
Alimentó a su pueblo con lo mejor del trigo y lo sació con miel sacada de la roca.
ORACIÓN COLECTA
Señor
nuestro Jesucristo, que en este admirable sacramento nos dejaste el
memorial de tu pasión, concédenos venerar de tal modo los sagrados
misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos continuamente
en nosotros el fruto de tu redención. Tú que vives y reinas con el Padre
en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de los
siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Nos mantendremos fieles a la alianza de nuestros padres.
Del primer libro de los Macabeos: 2,15-29
En
aquellos días, los enviados del rey Antíoco, encargados de hacer
apostatar a los israelitas, llegaron a la ciudad de Modín para
obligarlos a sacrificar a los ídolos. Muchos israelitas se les
sometieron; en cambio, Matatías y sus hijos se les opusieron tenazmente.
Los
enviados del rey se dirigieron entonces a Matatías y le dijeron: "Tú
eres un hombre ilustre y poderoso en esta ciudad y cuentas con el apoyo
de tus hijos y de tus hermanos. Acércate, pues, tú primero y cumple la
orden del rey, como la han cumplido todas las naciones, los hombres de
Judea y los que han quedado en Jerusalén. Así, tú y tus hijos serán
contados entre los amigos del rey y serán recompensados con oro, plata y
muchos regalos".
Matatías
les contestó con voz firme: "Aunque todas las naciones que forman los
dominios del rey obedezcan sus órdenes y apostaten de la religión de sus
padres, mis hijos, mis hermanos y yo nos mantendremos fieles a la
alianza de nuestros padres. ¡Dios nos libre de abandonar nuestra ley y
nuestras costumbres! No obedeceremos las órdenes del rey ni ofreceremos
sacrificios a los ídolos, porque así quebrantaríamos los mandamientos de
nuestra ley y seguiríamos un camino equivocado".
Apenas
había acabado de hablar Matatías, un judío se adelantó, a la vista de
todos, para ofrecer sacrificios a los ídolos en el altar, conforme al
decreto del rey. Al verlo, Matatías se indignó, tembló de cólera y en un
arrebato de ira santa, corrió hasta el judío y lo degolló sobre el
altar. Mató, además, al enviado del rey, que obligaba a hacer
sacrificios, y destruyó el altar. En su celo por la ley, imitó lo que
hizo Pinjás contra Zimrí, el hijo de Salú.
Luego
empezó a gritar por la ciudad: "Todo aquel que sienta celo por la ley y
quiera mantener la alianza, que me siga". Y, dejando en la ciudad
cuanto poseían, huyeron él y sus hijos a las montañas.
Por entonces, muchos judíos que buscaban la justicia y querían ser fieles a la ley, se fueron a vivir al desierto.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 49
Habla
el Dios de los dioses, el Señor, y convoca a cuantos viven en la
tierra. En Jerusalén, dechado de hermosura, el Señor se ha
manifestado.R/.
Congreguen ante mí a los que sellaron sobre el altar mi alianza. Es Dios quien va a juzgar y el cielo mismo lo declara. R/.
Mejor
ofrece a Dios tu gratitud y cumple tus promesas al Altísimo, pues yo te
libraré cuando me invoques y tú me darás gloria, agradecido. R/.
ACLAMACIÓN Cfr. Sal 94, 8
R/. Aleluya, aleluya.
No endurezcan su corazón, como el día de la rebelión en el desierto, dice el Señor. R/.
Si comprendieras lo que puede conducirte a la paz.
Del santo Evangelio según san Lucas: 19, 41-44
En aquel tiempo, cuando Jesús estuvo cerca de Jerusalén y contempló la ciudad, lloró por ella y exclamó:
"¡Si
en este día comprendieras tú lo que puede conducirte a la paz! Pero eso
está oculto a tus ojos. Ya vendrán días en que tus enemigos te rodearán
de trincheras, te sitiarán y te atacarán por todas partes y te
arrasarán. Matarán a todos tus habitantes y no dejarán en ti piedra
sobre piedra, porque no aprovechaste la oportunidad que Dios te daba".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor,
concede bondadoso, a tu Iglesia, los dones de la unidad y de la paz,
significados místicamente en las ofrendas que te presentamos. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 6, 56
El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos,
Señor Jesucristo, disfrutar eterna-mente del gozo de tu divinidad que
ahora pregustamos, en la comunión de tu Cuerpo y de tu Sangre. Tú que
vives y reinas por los siglos de los siglos.
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