LECTURAS DEL MARTES XXXIII DEL T. ORDINARIO 17 DE NOVIEMBRE SANTA ISABEL DE HUNGRÍA RELIGIOSA (BLANCO)
"Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también él es hijo de Abraham, y el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido".
ANTÍFONA DE ENTRADA Mt 25, 34. 36. 40
Vengan
benditos de mi Padre, dice el Señor, porque estuve enfermo y me
visitaron. Yo les aseguro que cuanto hicieron con el más insignificante
de mis hermanos, conmigo lo hicieron.
ORACIÓN COLECTA
Dios
nuestro, que concediste a santa Isabel de Hungría el don de reconocer y
honrar a Cristo en los pobres, concédenos, por su intercesión, servir
con incansable caridad a los necesitados y afligidos. Por nuestro Señor
Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
Dejaré un gran ejemplo, para que aprendan a arrostrar una muerte noble por amor a nuestra ley.
Del segundo libro de los Macabeos: 6, 18-31
Había
un hombre llamado Eleazar, de edad avanzada y aspecto muy digno. Era
uno de los principales maestros de la ley. Querían obligarlo a comer
carne de puerco y para ello le abrían a la fuerza la boca. Pero él,
prefiriendo una muerte honrosa a una vida de infamia, escupió la carne y
avanzó voluntariamente hacia el suplicio, como deben hacer los que son
constantes en rechazar manjares prohibidos, aun a costa de la vida.
Los
que presidían aquel sacrificio pagano, en atención a la antigua amistad
que los unía con Eleazar, lo llevaron aparte y le propusieron que
mandara traer carne permitida y que la comiera, simulando que comía la
carne del sacrificio ordenada por el rey. Así se podría librar de la
muerte y encontrar benevolencia, por la antigua amistad que los unía.
Pero
Eleazar, adoptando una actitud cortés, digna de sus años y de su noble
ancianidad, de sus canas honradas e ilustres, de su conducta intachable
desde niño y, sobre todo, digna de la ley santa, dada por Dios,
respondió enseguida:
"Envíenme
al sepulcro, pues no es digno de mi edad ese engaño. Van a creer los
jóvenes que Eleazar, a los noventa años, se ha pasado al paganismo. Y si
por miedo a perder el poco tiempo de vida que me queda, finjo apartarme
de la ley, se van a extraviar con mi mal ejemplo. Eso sería manchar y
deshonrar mi vejez. Y aunque por el momento me librara del castigo de
los hombres, ni vivo ni muerto me libraría de la mano del Omnipotente.
En cambio, si muero ahora como un valiente, me mostraré digno de mis
años y dejaré a los jóvenes un gran ejemplo, para que aprendan a
arrostrar voluntariamente una muerte noble por amor a nuestra santa y
venerable ley".
Dicho
esto, se fue enseguida hacia el suplicio. Los que lo conducían,
considerando arrogantes las palabras que acababa de pronunciar,
cambiaron en dureza su actitud benévola.
Cuando
Eleazar estaba a punto de morir a causa de los golpes, dijo entre
suspiros: "Tú, Señor, que todo lo conoces, bien sabes que pude librarme
de la muerte; pero, por respeto a ti, sufro con paciencia y con gusto,
crueles dolores en mi cuerpo y en mi alma".
De
esta manera, Eleazar terminó su vida y dejó no sólo a los jóvenes, sino
a toda la nación, un ejemplo memorable de virtud y heroísmo.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 3
Mira, Señor, cuántos contrarios tengo, y cuántos contra mí se han levantado; cuántos dicen de mí: "Ni Dios podrá salvarlo". R/.
Mas tú, Señor, eres mi escudo, mi gloria y mi victoria; desde tu monte santo me respondes cuando mi voz te invoca. R/.
En
paz me acuesto, duermo y me despierto, porque el Señor es mi defensa.
No temeré a la enorme muchedumbre que se acerca y me acecha. R/.
ACLAMACIÓN Cfr. 1 Jn 4, l0
R/. Aleluya, aleluya.
Dios nos amó y nos envió a su Hijo, como víctima de expiación por nuestros pecados. R/.
El Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido.
Del santo Evangelio según san Lucas: 19, 1-10
En
aquel tiempo, Jesús entró en Jericó, y al ir atravesando la ciudad,
sucedió que un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba
de conocer a Jesús, pero la gente se lo impedía, porque Zaqueo era de
baja estatura. Entonces corrió y se subió a un árbol para verlo cuando
pasara por ahí. Al llegar a ese lugar, Jesús levantó los ojos y le dijo:
"Zaqueo, bájate pronto, porque hoy tengo que hospedarme en tu casa".
Él
bajó enseguida y lo recibió muy contento. Al ver esto, comenzaron todos
a murmurar diciendo: "Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador".
Zaqueo,
poniéndose de pie, dijo a Jesús: "Mira, Señor, voy a dar a los pobres
la mitad de mis bienes, y si he defraudado a alguien, le restituiré
cuatro veces más". Jesús le dijo: "Hoy ha llegado la salvación a esta
casa, porque también él es hijo de Abraham, y el Hijo del hombre ha
venido a buscar y a salvar lo que se había perdido".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acoge,
Señor, las ofrendas de tu pueblo, para que, al celebrar la obra de la
caridad inmensa de tu Hijo, seamos confirmados en el amor a ti y al
prójimo, a ejemplo de santa Isabel de Hungría. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 15, 13
Nadie tiene un amor más grande, que el que da la vida por sus amigos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Renovados
por este santo sacramento, concédenos, Señor, seguir los ejemplos de
santa Isabel de Hungría, que te honró con su incansable piedad y con su
inmensa caridad hizo tanto bien a tu pueblo. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
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