LECTURAS DEL SÁBADO I DE CUARESMA 11 DE MARZO (MORADO)
Yo, en cambio, les digo: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian y rueguen por los que los persiguen y calumnian, para que sean hijos de su Padre celestial.
ANTÍFONA DE ENTRADA Lc 2, 34-35
Simeón
los bendijo, y a María, la Madre de Jesús, le anunció: "Este niño ha
sido puesto para ruina y resurgimiento de muchos en Israel, como signo
que provocará contradicción, para que queden al descubierto los
pensamientos de muchos corazones".
ORACIÓN COLECTA
Padre
misericordioso, tú que asociaste a la Madre de tu Hijo a su pasión
dolorosa, y a nosotros, con sufrimientos de esta vida nos permites
también participar en ella, concédenos gozar siempre de la ayuda
maternal de la Virgen María. Por nuestro Señor Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
Serás un pueblo consagrado al Señor, tu Dios.
Del libro del Deuteronomio: 26, 16-19
En
aquel tiempo, habló Moisés al pueblo y le dijo: "El Señor, tu Dios, te
manda hoy que cumplas estas leyes y decretos; guárdalos, por lo tanto, y
ponlos en práctica con todo tu corazón y con toda tu alma.
Hoy
has oído al Señor declarar que Él será tu Dios, pero sólo si tú caminas
por sus sendas, guardas sus leyes, mandatos y decretos, y escuchas su
voz.
Hoy
el Señor te ha oído declarar que tú serás el pueblo de su propiedad,
como Él te lo ha prometido, pero sólo si guardas sus mandamientos. Por
eso Él te elevará en gloria, renombre y esplendor, por encima de todas
las naciones que ha hecho y tú serás un pueblo consagrado al Señor, tu
Dios, como Él te lo ha prometido".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 118
R/. Dichoso el que cumple la voluntad del Señor.
Dichoso
el hombre de conducta intachable, que cumple la ley del Señor. Dichoso
el que es fiel a sus enseñanzas y lo busca de todo corazón. R/.
Tú,
Señor, has dado tus preceptos para que se observen exactamente. Ojalá
que mis pasos se encaminen al cumplimiento de tus mandamientos. R/.
Te
alabaré con sincero corazón, cuando haya aprendido tus justos
mandamientos. Quiero cumplir tu ley exactamente. Tú, Señor, no me
abandones. R/.
ACLAMACIÓN 2 Co 6, 2
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Este es el tiempo favorable, este es el día de la salvación. R/.
Sean perfectos, como su Padre celestial es perfecto.
Del santo Evangelio según san Mateo: 5, 43-48
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Han oído ustedes que se
dijo: Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo. Yo, en cambio, les digo:
Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian y rueguen por los
que los persiguen y calumnian, para que sean hijos de su Padre
celestial, que hace salir su sol sobre los buenos y los malos, y manda
su lluvia sobre los justos y los injustos.
Porque,
si ustedes aman a los que los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen
eso mismo los publicanos? Y si saludan tan sólo a sus hermanos, ¿qué
hacen de extraordinario? ¿No hacen eso mismo los paganos? Sean, pues,
perfectos como su Padre celestial es perfecto".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Padre
bueno, que estos dones se conviertan en el Cuerpo y en la Sangre de tu
Hijo, para que, por el sacrificio de tu altar, al que estuvo asociada
íntimamente la Virgen María, sean para nuestro bien la fuente de la
salvación, y así alcancemos la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lc 11, 28
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen!
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Padre
santo, alimentados en esta mesa celestial, concédenos que la recepción
del Cuerpo y la Sangre de tu Hijo nos inflame en el mismo amor con que
María santísima nos recibió como hijo, cuando estaba al pie de la cruz.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Opcional.
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Queridos hermanos
El texto del Evangelio que hoy se proclama forma parte del Sermón de la Montaña que Jesús, el nuevo Moisés, dirige a la multitud de discípulos que le siguen. Él, ha sido enviado a establecer una nueva alianza entre Dios y su pueblo, y por eso busca superar aquellas normas tradicionales como la del “ojo por ojo” y la “del odio a los enemigos” con la fuerza renovadora del amor. El Señor nos invita a todos a entrar en una lógica distinta que rompe con el clásico paradigma de la violencia.
En efecto, nuestra relación con el Padre de los Cielos nos hace dar el salto de la simple justicia humana a una vida de santidad arraigada en el amor. Se trata de una santidad que no nos aleja de los problemas de nuestro mundo y que sana las conflictivas relaciones sociales a fuerza de bien. Quien vive del amor está llamado a costear una pequeña cuota de sacrificio para salir, con la ayuda de Dios, del laberinto de odios y rencores en el que muchas veces nos perdemos. Jesús nos da tres consejos sencillos: hacer el bien, amar de corazón y orar. ¿A quiénes? A los que son nuestros enemigos, a los que nos hacen la trampa, a los que nos levantan calumnia, al que nos ha traicionado… Aquí está el núcleo de la fe cristiana: amar siempre y sin medida a todos y todas como lo hizo Él.
El Padre ha enviado a Jesús a reunir a sus hijos dispersos y enemistados para formar una sola familia: ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la gallina reúne a sus pollitos bajo las alas! (Mateo 23, 37). En nuestras familias aún duelen las heridas del pasado o del presente; nos lastimamos con el egoísmo y dejamos que los insultos formen parte de nuestras discusiones… Aún estamos lejos de comprender las enseñanzas del Evangelio. Abramos el corazón y pidamos a Jesús que sane con su amor nuestras relaciones familiares; que nos ayude a frenar la maquinaria de violencia que nos lastima.
¡Todas estas enseñanzas de Jesús son buena noticia! Algunos podrían estar pensando que este discurso es imposible de realizar, que es un sueño, una utopía. Sí, es utopía. Y, ¿para qué sirve la utopía? Para ver el horizonte y caminar. Y eso es lo que hacemos cuando le hacemos caso a Jesus ...caminar
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