LECTURAS DEL MIÉRCOLES IV DE CUARESMA 29 DE MARZO (MORADO)
El Padre ama al Hijo y le manifiesta todo lo que hace.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 68, 14
Ahora, Señor, que estás dispuesto a escucharme, respóndeme, Dios mío, por tu amor; que tu fidelidad me ayude.
ORACIÓN COLECTA
Señor
Dios, que otorgas el premio a los justos y concedes el perdón a los
pecadores que se arrepienten, ten misericordia de quienes te dirigen sus
ruegos, para que el reconocimiento de nuestras culpas nos sirva para
recibir tu perdón. Por nuestro Señor Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
Te constituí como alianza para el pueblo, para restaurar la tierra.
Esto
dice el Señor: "En el tiempo de la misericordia te escuché, en el día
de la salvación te auxilié. Yo te formé y te he destinado para que seas
alianza del pueblo: para restaurar la tierra, para volver a ocupar los
hogares destruidos, para decir a los prisioneros: ‘Salgan’, y a los que
están en tinieblas: ‘Vengan a la luz’. Pastarán de regreso a lo largo de
todos los caminos, hallarán pasto hasta en las dunas del desierto. No
sufrirán hambre ni sed, no los afligirá el sol ni el calor, porque el
que tiene piedad de ellos los conducirá a los manantiales. Convertiré en
caminos todas las montañas y pondrán terraplén a mis calzadas.
Miren:
éstos vienen de lejos; aquéllos, del norte y del poniente, y aquellos
otros, de la tierra de Senim". Griten de alegría, cielos; regocíjate,
tierra; rompan a cantar, montañas, porque el Señor consuela a su pueblo y
tiene misericordia de los desamparados. "Sión había dicho: `El Señor me
ha abandonado, el Señor me tiene en el olvido’. ¿Puede acaso una madre
olvidarse de su criatura hasta dejar de enternecerse por el hijo de sus
entrañas? Aunque hubiera una madre que se olvidara, yo nunca me olvidaré
de ti", dice el Señor todopoderoso.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 144
R/. El Señor es compasivo y misericordioso.
El
Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso
para perdonar. Bueno es el Señor para con todos y su amor se extiende a
todas sus creaturas. R/.
El
Señor es siempre fiel a sus palabras y bondadoso en todas sus acciones.
Da su apoyo el Señor al que tropieza y al agobiado alivia. R/.
Siempre
es justo el Señor en sus designios y están llenas de amor todas sus
obras. No está lejos de aquellos que lo buscan; muy cerca está el Señor,
de quien lo invoca. R/.
ACLAMACIÓN Jn 11, 25. 26
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Yo soy la resurrección y la vida, dice el Señor; el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá. R/.
Como el Padre resucita a los muertos y les da vida, así el Hijo da la vida a quien él quiere dársela.
Del santo Evangelio según san Juan: 5, 17-30
En
aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos (que lo perseguían por hacer
curaciones en sábado): "Mi Padre trabaja siempre y yo también trabajo".
Por eso los judíos buscaban con mayor empeño darle muerte, ya que no
sólo violaba el sábado, sino que llamaba Padre suyo a Dios, igualándose
así con Dios.
Entonces
Jesús les habló en estos términos: "Yo les aseguro: El Hijo no puede
hacer nada por su cuenta y sólo hace lo que le ve hacer al Padre; lo que
hace el Padre también lo hace el Hijo. El Padre ama al Hijo y le
manifiesta todo lo que hace; le manifestará obras todavía mayores que
éstas, para asombro de ustedes. Así como el Padre resucita a los muertos
y les da la vida, así también el Hijo da la vida a quien él quiere
dársela. El Padre no juzga a nadie, porque todo juicio se lo ha dado al
Hijo, para que todos honren al Hijo, como honran al Padre. El que no
honra al Hijo tampoco honra al Padre.
Yo
les aseguro que, quien escucha mi palabra y cree en el que me envió,
tiene vida eterna y no será condenado en el juicio, porque ya pasó de la
muerte a la vida. Les aseguro que viene la hora, y ya está aquí, en que
los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la hayan oído
vivirán. Pues así como el Padre tiene la vida en sí mismo, también le ha
dado al Hijo tener la vida en sí mismo; y le ha dado el poder de
juzgar, porque es el Hijo del hombre.
No
se asombren de esto, porque viene la hora en que todos los que yacen en
la tumba oirán mi voz y resucitarán: los que hicieron el bien para la
vida; los que hicieron el mal, para la condenación. Yo nada puedo hacer
por mí mismo. Según lo que oigo, juzgo; y mi juicio es justo, porque no
busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te
rogamos, Señor, que la fuerza de este sacrificio nos purifique de
nuestra antigua condición pecadora y nos haga crecer en vida nueva y
salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I- V de Cuaresma.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 3, 17
Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por Él.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Al
recibir tus celestiales dones, te rogamos, Señor, no permitas que sea
causa de condenación lo que en tu providencia diste a tus fieles como
salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Opcional.
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El profeta Isaías nos ofrece la perspectiva: Dios está con nosotros siempre. Nunca nos abandona. Es como una madre que nunca olvida a los hijos de sus entrañas. Es, aún más. Aunque una madre se olvidara… Él jamás.
Dios Padre (que también es como una madre, decía el difunto papa Juan Pablo I) “sigue actuando”, no se olvida nunca de nosotros y nos quiere bien. La historia está en sus manos. Es una gracia poder confiarse a la bondad de sus manos, pues son las mejores manos en las que puede descansar la historia y nuestra propia vida. Es una experiencia preciosa volver a sentirse como una oveja perdida en brazos del buen pastor, como un niño en el regazo cálido y sanador de su madre. Dios es así. Nunca lo olvidemos. Nos ama como una madre, es decir, sin esperar nada a cambio, incondicionalmente, gratuitamente. Somos sus hijos.
Pero los fariseos quieren matar Jesús, precisamente por hablar así de Dios. Jesús, con sus hechos y con sus palabras, muestra que el camino de la verdadera ley, de la verdadera religión, es el camino del sentirse hijo. Más aún, ser y sentirse hijos queridos. Ser hijos y sentir que Dios no es un juez inmisericorde que lleva cuentas de todo delito, sino que es un Padre, o, si se quiere, como una Madre, que perdona siempre, ama siempre, espera siempre…, aunque de vez en cuando, y siempre por nuestro bien, nos corrija y nos enseñe, no sin cierto dolor por nuestra parte, a caminar mejor.
Sin duda, toda corrección y toda enseñanza verdadera lleva ese sello; el sello de una madre: la ternura, el diálogo que quiere hacer comprender, la corrección con amor…
No siempre la religión ni la Iglesia han actuado mostrando el rostro visible del Dios invisible, el rostro amable y materno de este Dios que en su ser es tan grande y amoroso como un Padre o una Madre.
Pidamos la gracia al Señor hoy en este día de recorrer este camino de la ternura y del amor como camino para todos nosotros. Que seamos, como discípulos-misioneros, viva imagen de estas entrañas de Dios.
Que tengamos un buen día, hermanos. Gracias por leer pacientemente estos pensamientos que comparto con vosotros al hilo de la palabra de Dios..
ciudad Redonda