Misal de hoy Martes 28 de Marzo 2017 y Comentario al evangelio

LECTURAS DEL MARTES IV DE CUARESMA 28 DE MARZO (MORADO)


Jesús le dijo: "¿Quieres curarte?


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ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Is 55, 1

Todos ustedes, los que tienen sed, vengan por agua, dice el Señor; y los que no tienen dinero, vengan y beban con alegría.

ORACIÓN COLECTA

Señor, que la venerable observancia de la prácticas cuaresmales disponga los corazones de tus fieles, para que puedan celebrar dignamente el misterio pascual y proclamar el himno de alabanza de tu salvación. Por nuestro Señor Jesucristo…

LITURGIA DE LA PALABRA

Vi salir agua del templo: era un agua que daba vida y fertilidad.

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Del libro del profeta Ezequiel: 47, 1-9. 12

En aquellos tiempos, un hombre me llevó a la entrada del templo. Por debajo del umbral manaba agua hacia el oriente, pues el templo miraba hacia el oriente, y el agua bajaba por el lado derecho del templo, al sur del altar.

Luego me hizo salir por el pórtico del norte y dar la vuelta hasta el pórtico que mira hacia el oriente, y el agua corría por el lado derecho. Aquel hombre salió hacia el oriente, y con la cuerda que tenía en la mano, midió quinientos metros y me hizo atravesar por el agua, que me daba a los tobillos. Midió otros quinientos metros y me hizo pasar; el agua me daba a las rodillas. Midió quinientos más y me hizo cruzar; el agua me daba a la cintura. Era ya un torrente que yo no podía vadear, pues habían crecido las aguas y no se tocaba el fondo. Entonces me dijo: "¿Has visto, hijo de hombre?"

Después me hizo volver a la orilla del torrente, y al mirar hacia atrás, vi una gran cantidad de árboles en una y otra orilla. Aquel hombre me dijo: "Estas aguas van hacia la región oriental; bajarán hasta el Arabá, entrarán en el mar de aguas saladas y lo sanearán. Todo ser viviente que se mueva por donde pasa el torrente, vivirá; habrá peces en abundancia, porque los lugares a donde lleguen estas aguas quedarán saneados y por dondequiera que el torrente pase, prosperará la vida. En ambas márgenes del torrente crecerán árboles frutales de toda especie, de follaje perenne e inagotables frutos. Darán frutos nuevos cada mes, porque los riegan las aguas que manan del santuario. Sus frutos servirán de alimento y sus hojas, de medicina

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Del salmo 45

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R/. Con nosotros está Dios, el Señor.

Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza, quien en todo peligro nos socorre. Por eso no tememos, aunque tiemble, y aunque al fondo del mar caigan los montes. R/.

Un río alegra a la ciudad de Dios, su morada el Altísimo hace santa. Teniendo a Dios, Jerusalén no teme, porque Dios la protege desde el alba. R/.

Con nosotros está Dios, el Señor; es el Dios de Israel nuestra defensa. Vengan a ver las cosas sorprendentes que ha hecho el Señor sobre la tierra. R/.

ACLAMACIÓN  Sal 50, 12. 14

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R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

Crea en mí, Señor, un corazón puro y devuélveme tu salvación, que regocija. R/.

Al momento el hombre quedó curado.

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Del santo Evangelio según san Juan: 5, 1-3. 5-16

Era un día de fiesta para los judíos, cuando Jesús subió a Jerusalén. Hay en Jerusalén, junto a la puerta de las Ovejas, una piscina llamada Betesdá, en hebreo, con cinco pórticos, bajo los cuales yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos. Entre ellos estaba un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo.

Al verlo ahí tendido y sabiendo que ya llevaba mucho tiempo en tal estado, Jesús le dijo: "¿Quieres curarte?" Le respondió el enfermo: "Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se agita el agua. Cuando logro llegar, ya otro ha bajado antes que yo". Jesús le dijo: "Levántate, toma tu camilla y anda". Al momento el hombre quedó curado, tomó su camilla y se puso a andar.

Aquel día era sábado. Por eso los judíos le dijeron al que había sido curado: "No te es lícito cargar tu camilla". Pero él contestó: "El que me curó me dijo: ‘Toma tu camilla y anda’ ". Ellos le preguntaron: "¿Quién es el que te dijo: ‘Toma tu camilla y anda’?" Pero el que había sido curado no lo sabía, porque Jesús había desaparecido entre la muchedumbre. Más tarde lo encontró Jesús en el templo y le dijo: "Mira, ya quedaste sano. No peques más, no sea que te vaya a suceder algo peor".

Aquel hombre fue y les contó a los judíos que el que lo había curado era Jesús. Por eso los judíos perseguían a Jesús, porque hacía estas cosas en sábado.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te ofrecemos, Señor, estos dones que tú mismo nos has dado para que testimonien el auxilio que has dispuesto para nuestra condición mortal y se nos conviertan en alimento de inmortalidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I- V de Cuaresma.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 22, 1-2

El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Purifica, Señor, en tu bondad, nuestro espíritu, y renuévalo con tus sacramentos celestiales, para que de la misma manera alcancemos, también para nuestro cuerpo, los auxilios presentes y futuros. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO

Opcional.

Concede, Dios misericordioso, que tu pueblo permanezca siempre entregado a ti y obtenga sin cesar de tu bondad lo que va necesitando. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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Aquellos pobres y enfermos que estaban al borde de
 la piscina confiaban en un golpe de suerte al llegar y
 tocar el agua cuando esta se removía. Jesús se 
acerca al lugar en aquel preciso momento.
 La multitud de “enfermos, ciegos, cojos y tullidos”
 estaban tirados por el suelo, queriendo tocar el agua
 de la piscina. No es difícil imaginar aquella escena.
 El espectáculo era, seguramente, dantesco. 
En medio de aquello, en que unos llegaban a tocar el 
agua porque eran algo más fuertes, aparece un 
hombre especialmente débil. Nadie le ayudaba a 
llegar al agua y, por eso, se lamentaba: ”Señor, no 
tengo a nadie”. Y es que las penas en compañía 
siempre son menos penas. Una mano amiga siempre
 hace más llevadera la carga. A veces, hasta el
 punto de poderla llevar. La vida de aquel hombre
 era, además de dolorosapor la enfermedad, dolorosa
 por la soledad. Es, si se me permite decirlo así, el 
vivo ejemplo del“descarte”. Soledad, dolor, 
impotencia. Nadie da nada por él. Ni siquiera mueve 
la compasión de los demás.
 
Entonces, Jesús, sólo Jesús, se acerca a él y entabla
 con él un diálogo como los habituales en él. Un
 diálogo de corazón a corazón. “¿quieres curarte?”.
 “Anda, levanta, toma tu camilla y camina”. Un 
diálogo de amor que es sanador, que se interesa por
 él y le hace sentirse importante. Así somos siempre 
para Jesús. Así somos todos para él: por eso en su
 corazón hay sitio siempre también para los que
 descarta nuestro mundo, para aquellos que quedan
 al margen y saben que la dignidad de hijos no les 
puede ser sustraída. Aunque no seamos nada para
 los demás, para él somos importantes. Dios es un
 Dios de relación, no de normas. Lo importante no es 
saciar no sé qué extraña sed de ver cumplidas no sé
 cuántas leyes o normas. En el relato, aparecen los
 fariseos defensores de las normas, más 
preocupados por el cumplimiento de las leyes que por
 entablar con Dios un diálogo de amor y
 despreocupados por el  bien del hermano.
 
La cuaresma quiere invitarnos a enfocar bien nuestra
 mirada sobre la verdadera relación con la religión y
 con Dios. Dios no es un Dios de normas. Dios es un 
Dios que es como un Padre, que nunca se cansa de
 perdonar y de amar a sus hijos haciéndolos
importantes.
 
Pidamos hoy al Señor la gracia de vivir esta filiación y
 la de tomar conciencia de que hay otros que solos no
 pueden porque “no tienen a nadie” y que necesitan
 de esa manita amiga que les ayude a “tirarse a la
 piscina”, a afrontar la suerte de la vida y caminar .