LECTURAS DEL MARTES IV DE CUARESMA 28 DE MARZO (MORADO)
Jesús le dijo: "¿Quieres curarte?
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Is 55, 1
Todos ustedes, los que tienen sed, vengan por agua, dice el Señor; y los que no tienen dinero, vengan y beban con alegría.
ORACIÓN COLECTA
Señor,
que la venerable observancia de la prácticas cuaresmales disponga los
corazones de tus fieles, para que puedan celebrar dignamente el misterio
pascual y proclamar el himno de alabanza de tu salvación. Por nuestro
Señor Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
Vi salir agua del templo: era un agua que daba vida y fertilidad.
Del libro del profeta Ezequiel: 47, 1-9. 12
En
aquellos tiempos, un hombre me llevó a la entrada del templo. Por
debajo del umbral manaba agua hacia el oriente, pues el templo miraba
hacia el oriente, y el agua bajaba por el lado derecho del templo, al
sur del altar.
Luego
me hizo salir por el pórtico del norte y dar la vuelta hasta el pórtico
que mira hacia el oriente, y el agua corría por el lado derecho. Aquel
hombre salió hacia el oriente, y con la cuerda que tenía en la mano,
midió quinientos metros y me hizo atravesar por el agua, que me daba a
los tobillos. Midió otros quinientos metros y me hizo pasar; el agua me
daba a las rodillas. Midió quinientos más y me hizo cruzar; el agua me
daba a la cintura. Era ya un torrente que yo no podía vadear, pues
habían crecido las aguas y no se tocaba el fondo. Entonces me dijo:
"¿Has visto, hijo de hombre?"
Después
me hizo volver a la orilla del torrente, y al mirar hacia atrás, vi una
gran cantidad de árboles en una y otra orilla. Aquel hombre me dijo:
"Estas aguas van hacia la región oriental; bajarán hasta el Arabá,
entrarán en el mar de aguas saladas y lo sanearán. Todo ser viviente que
se mueva por donde pasa el torrente, vivirá; habrá peces en abundancia,
porque los lugares a donde lleguen estas aguas quedarán saneados y por
dondequiera que el torrente pase, prosperará la vida. En ambas márgenes
del torrente crecerán árboles frutales de toda especie, de follaje
perenne e inagotables frutos. Darán frutos nuevos cada mes, porque los
riegan las aguas que manan del santuario. Sus frutos servirán de
alimento y sus hojas, de medicina
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 45
R/. Con nosotros está Dios, el Señor.
Dios
es nuestro refugio y nuestra fuerza, quien en todo peligro nos socorre.
Por eso no tememos, aunque tiemble, y aunque al fondo del mar caigan
los montes. R/.
Un
río alegra a la ciudad de Dios, su morada el Altísimo hace santa.
Teniendo a Dios, Jerusalén no teme, porque Dios la protege desde el
alba. R/.
Con
nosotros está Dios, el Señor; es el Dios de Israel nuestra defensa.
Vengan a ver las cosas sorprendentes que ha hecho el Señor sobre la
tierra. R/.
ACLAMACIÓN Sal 50, 12. 14
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Crea en mí, Señor, un corazón puro y devuélveme tu salvación, que regocija. R/.
Al momento el hombre quedó curado.
Del santo Evangelio según san Juan: 5, 1-3. 5-16
Era
un día de fiesta para los judíos, cuando Jesús subió a Jerusalén. Hay
en Jerusalén, junto a la puerta de las Ovejas, una piscina llamada
Betesdá, en hebreo, con cinco pórticos, bajo los cuales yacía una
multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos. Entre ellos estaba un
hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo.
Al
verlo ahí tendido y sabiendo que ya llevaba mucho tiempo en tal estado,
Jesús le dijo: "¿Quieres curarte?" Le respondió el enfermo: "Señor, no
tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se agita el agua. Cuando
logro llegar, ya otro ha bajado antes que yo". Jesús le dijo:
"Levántate, toma tu camilla y anda". Al momento el hombre quedó curado,
tomó su camilla y se puso a andar.
Aquel
día era sábado. Por eso los judíos le dijeron al que había sido curado:
"No te es lícito cargar tu camilla". Pero él contestó: "El que me curó
me dijo: ‘Toma tu camilla y anda’ ". Ellos le preguntaron: "¿Quién es el
que te dijo: ‘Toma tu camilla y anda’?" Pero el que había sido curado
no lo sabía, porque Jesús había desaparecido entre la muchedumbre. Más
tarde lo encontró Jesús en el templo y le dijo: "Mira, ya quedaste sano.
No peques más, no sea que te vaya a suceder algo peor".
Aquel
hombre fue y les contó a los judíos que el que lo había curado era
Jesús. Por eso los judíos perseguían a Jesús, porque hacía estas cosas
en sábado.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te
ofrecemos, Señor, estos dones que tú mismo nos has dado para que
testimonien el auxilio que has dispuesto para nuestra condición mortal y
se nos conviertan en alimento de inmortalidad. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Prefacio I- V de Cuaresma.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 22, 1-2
El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Purifica,
Señor, en tu bondad, nuestro espíritu, y renuévalo con tus sacramentos
celestiales, para que de la misma manera alcancemos, también para
nuestro cuerpo, los auxilios presentes y futuros. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Opcional.
Concede,
Dios misericordioso, que tu pueblo permanezca siempre entregado a ti y
obtenga sin cesar de tu bondad lo que va necesitando. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
https://www.facebook.com/snfranciscoxavier.comunidadcatolica
Aquellos pobres y enfermos que estaban al borde de
la piscina confiaban
en un golpe de suerte al llegar y
tocar el agua cuando esta se removía.
Jesús se
acerca al lugar en aquel preciso momento.
La multitud de
“enfermos, ciegos, cojos y tullidos”
estaban tirados por el suelo,
queriendo tocar el agua
de la piscina. No es difícil imaginar aquella
escena.
El espectáculo era, seguramente, dantesco.
En medio de aquello,
en que unos llegaban a tocar el
agua porque eran algo más fuertes,
aparece un
hombre especialmente débil. Nadie le ayudaba a
llegar al agua
y, por eso, se lamentaba: ”Señor, no
tengo a nadie”. Y es que las penas
en compañía
siempre son menos penas. Una mano amiga siempre
hace más
llevadera la carga. A veces, hasta el
punto de poderla llevar. La vida de aquel hombre
era, además de dolorosapor la enfermedad,
dolorosa
por la soledad. Es, si se me permite decirlo así, el
vivo
ejemplo del“descarte”. Soledad, dolor,
impotencia. Nadie da nada por
él. Ni siquiera mueve
la compasión de los demás.
Entonces, Jesús, sólo Jesús, se acerca a él y entabla
con él un diálogo
como los habituales en él. Un
diálogo de corazón a corazón. “¿quieres
curarte?”.
“Anda, levanta, toma tu camilla y camina”. Un
diálogo de amor
que es sanador, que se interesa por
él y le hace sentirse importante.
Así somos siempre
para Jesús. Así somos todos para él: por eso en su
corazón hay sitio siempre también para los que
descarta nuestro mundo,
para aquellos que quedan
al margen y saben que la dignidad de hijos no
les
puede ser sustraída. Aunque no seamos nada para
los demás, para él
somos importantes. Dios es un
Dios de relación, no de normas. Lo
importante no es
saciar no sé qué extraña sed de ver cumplidas no sé
cuántas leyes o normas. En el relato, aparecen los
fariseos defensores
de las normas, más
preocupados por el cumplimiento de las leyes que por
entablar con Dios un diálogo de amor y
despreocupados por el bien del
hermano.
La cuaresma quiere invitarnos a enfocar bien nuestra
mirada sobre la
verdadera relación con la religión y
con Dios. Dios no es un Dios de
normas. Dios es un
Dios que es como un Padre, que nunca se cansa de
perdonar y de amar a sus hijos haciéndolos
importantes.
Pidamos hoy al Señor la gracia de vivir esta filiación y
la de tomar
conciencia de que hay otros que solos no
pueden porque “no tienen a
nadie” y que necesitan
de esa manita amiga que les ayude a “tirarse a la
piscina”, a afrontar la suerte de la vida y caminar .