Misal del dia de hoy 2 de Marzo 2017 y Comentario al Evangelio

LECTURAS DEL JUEVES DESPUÉS DE CENIZA T. DE CUARESMA 2 DE MARZO (MORADO)


Si alguno quiere acompañarme, que no se busque a sí mismo, que tome su cruz de cada día y me siga.


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ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 54, 17-20, 23

Invoqué al Señor, y él escuchó mi voz; me libró de los que me atacaban. Encomienda al Señor lo que agobia y él te sustentará

ORACIÓN COLECTA

Te rogamos, Señor, que inspires con tu gracia nuestras acciones y las acompañes con tu ayuda, para que todas nuestras obras tengan siempre en ti su principio y por ti lleguen a buen término. Por nuestro Señor Jesucristo…

LITURGIA DE LA PALABRA

Hoy pongo delante de ti la bendición y la maldición.

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Del libro del Deuteronomio: 30, 15-20

Esto dice el Señor: "Mira: Hoy pongo delante de ti la vida y el bien o la muerte y el mal. Si cumples lo que yo te mando hoy, amando al Señor tu Dios, siguiendo sus caminos, cumpliendo sus preceptos, mandatos y decretos, vivirás y te multiplicarás. El Señor, tu Dios, te bendecirá en la tierra donde vas a entrar para poseerla. Pero si tu corazón se resiste y no obedeces, si te dejas arrastrar y te postras para dar culto a dioses extranjeros, yo te anuncio hoy que perecerás sin remedio y que, pasado el Jordán para entrar a poseer la tierra, no vivirás muchos años en ella.

Hoy tomo por testigos al cielo y a la tierra de que les he propuesto la vida o la muerte, la bendición o la maldición. Elige la vida y vivirás, tú y tu descendencia, amando al Señor tu Dios, escuchando su voz, adhiriéndote a él; pues en eso está tu vida y el que habites largos años en la tierra que el Señor prometió dar a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob".

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Del salmo 1

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R/. Dichoso el hombre que confía en el Señor.

Dichoso aquel que no se guía por mundanos criterios, que no anda en malos pasos ni se burla del bueno, que ama la ley de Dios y se goza en cumplir sus mandamientos. R/.

Es como un árbol plantado junto al río, que da fruto a su tiempo y nunca se marchita. En todo tendrá éxito. R/.

En cambio los malvados serán como la paja barrida por el viento. Porque el Señor protege el camino del justo y al malo sus caminos acaban por perderlo. R/.

ACLAMACIÓN  Mt 4, 17

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R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

Arrepiéntanse, dice el Señor; porque ya está cerca el Reino de los cielos. R/.

El que pierda su vida por mí, la salvará

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Del santo Evangelio según san Lucas: 9, 22-25

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Es necesario que el Hijo del hombre sufra mucho, que sea rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, que sea entregado a la muerte y que resucite al tercer día".

Luego, dirigiéndose a la multitud, les dijo; "Si alguno quiere acompañarme, que no se busque a sí mismo, que tome su cruz de cada día y me siga.

Pues el que quiera conservar para sí mismo su vida, la perderá; pero el que la pierda por mi causa, ése la encontrará. En efecto, ¿de qué le sirve al hombre ganar todo el mundo, si se pierde a sí mismo o se destruye?"

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Mira favorablemente, Señor las ofrendas que presentamos en tu altar, para que nos alcancen tu perdón y den gloria tu nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 50, 12

Señor, crea en mí un corazón puro, y renuévame por dentro con espíritu firme.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Habiendo recibido la bendición del don celestial, te rogamos, Dios todopoderoso, que este mismo don se convierta para nosotros en fuente de perdón y de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO

Opcional.

Dios todopoderoso, que has dado a conocer a tu pueblo la senda de la vida eterna, te rogamos que, por el mismo camino, nos hagas llegar hasta ti, que eres la luz sin ocaso. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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Queridos hermanos

La vida es una continua sucesión de elecciones; elegimos desde lo más superfluo y cotidiano como la ropa que nos ponemos cada mañana o el menú del día cuando comemos fuera de casa, hasta las decisiones más fundamentales: quién será el hombre o la mujer de mi vida, los estudios que realizaré, en qué invierto la mayoría de mi tiempo, etc. Algunas decisiones nos vienen “impuestas” por la vida, pero otras dependen de nosotros.
El libro del Deuteronomio nos recuerda que en el fondo del todo, sólo hay dos elecciones: el bien y del mal, la vida o la muerte. Con distintas intensidades, en función de la importancia de las decisiones, pero dos caminos. Elegir bien, elegir según mi libertad, elegir lo mejor o lo menos malo; no lo podemos evitar, hay que elegir. Para eso tenemos el discernimiento, el instrumento espiritual que nos ayuda a elegir lo que más agrada a Dios y por tanto, lo que más nos hace felices. Pues la voluntad de Dios es que el ser humano viva, sea feliz. Discernir es lo que tenemos que practicar con más intensidad en este tiempo cuaresmal.
Y, aquí está la piedra de tropiezo de algunos creyentes, nuestra felicidad no se realiza al margen de la cruz, del sufrimiento. “Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz cada día y me siga”, dice Jesús en el evangelio de hoy. ¿Qué significa esto? ¿Qué te parece? Significa que la felicidad cristiana no es que busque la cruz, no sería cristiana, si no que no la rehúye, pues tampoco lo sería. Sabe que no la puede esquivar, que tiene que atravesarla, que pese a ella, logra su meta. ¡Cuántas veces malgastamos toda nuestra energía y esfuerzo, e incluso detenemos nuestro caminar, pensando en cómo esquivarla, o en lo injusto que supone que tengamos que cargar con ella sin confiar en que Jesús nos ayuda con su peso!
No lo olvidemos: “El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día”, como reza la profecía que Jesús hace de su ministerio, el anuncio de su Pasión que celebraremos al finalizar este tiempo de Cuaresma.
A pesar de las dificultades, cruces de la vida, caminamos contigo Señor, sabiendo que ellas no nos derrotan porque Tú las venciste y nos ayudas a que su peso no nos aplaste, pues en tu cruz haces las nuestras más livianas. Hoy te las presentamos en nuestra oración; no las hemos elegido, nos han sido dadas, pero como nuestra felicidad pasa por ellas, aquí están.

Ciudad Redonda