LECTURAS DEL LUNES VI DEL T. ORDINARIO 13 DE FEBRERO (VERDE)
Les aseguro que a esta gente no se le dará ninguna señal.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 104, 3-4. 5
Del
nombre del Señor enorgullézcanse y alégrense el corazón de los que lo
buscan. Busquen al Señor y serán fuertes. Recuerden las maravillas que
ha hecho.
ORACIÓN COLECTA
Dios
nuestro, que con el poder del Espíritu Santo enviaste a aquel que es tu
Palabra para evangelizar a los pobres, haz que nosotros, teniendo los
ojos fijos en él, vivamos siempre con verdadera caridad, como mensajeros
y testigos de su Evangelio en todo el mundo. Por nuestro Señor
Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
Caín se lanzó contra su hermano y lo mató.
Del libro del Génesis: 4, 1-15. 25
En
aquel tiempo, Adán se unió con Eva, su mujer; ella concibió y dio a luz
a Caín, pues decía: "Con el favor de Dios he engendrado un hijo".
Después de algún tiempo dio a luz al hermano de Caín, Abel. Abel fue
pastor de ovejas, y Caín labrador.
Sucedió
en una ocasión, que Caín presentó como ofrenda al Señor los productos
de la tierra. También Abel le hizo una ofrenda: sacrificó las primeras
crías de sus ovejas y quemó su grasa. Al Señor le agradaron las ofrendas
de Abel, pero no le agradaron las de Caín; por lo cual, Caín se
enfureció y andaba resentido. El Señor le dijo entonces a Caín: "¿Por
qué te enfureces tanto y andas resentido? Si hicieras el bien, te
sentirías feliz; pero si haces el mal, el pecado estará a tu puerta,
acechándote como fiera; pero tú debes dominarlo".
Un
día Caín le dijo a su hermano Abel: "Vamos al campo". Y cuando estaban
en el campo, Caín se lanzó contra su hermano y lo mató. Entonces el
Señor le preguntó a Caín: "¿Dónde está Abel, tu hermano?" Caín le
respondió: "No lo sé. ¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano?" El Señor
le dijo: "¿Qué es lo que has hecho? ¿No oyes cómo la sangre de tu
hermano está clamando a mí desde la tierra? Por eso serás maldito y
tendrás que vivir lejos de la tierra que recibió de ti la sangre de tu
hermano; y aunque cultives la tierra, ella no volverá a darte frutos
abundantes. Tú andarás por el mundo errante y fugitivo".
Caín
le contestó al Señor: "Mi castigo es demasiado grande para soportarlo.
Puesto que tú me arrojas de esta tierra fértil, tendré que ocultarme de
ti y andar errante y fugitivo por el mundo, y cualquiera que me
encuentre, me matará". El Señor le dijo: "De ninguna manera. El que te
mate a ti será castigado siete veces". Y el Señor le puso una señal a
Caín para que, si alguien lo encontraba, no lo matara.
Adán
se unió otra vez a su mujer, y ella dio a luz un hijo, a quien llamó
Set, pues decía: "El Señor me ha dado otro hijo en lugar de Abel,
asesinado por Caín".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 49
Habla
el Dios de los dioses, el Señor, y convoca a cuantos viven en la tierra
del oriente al poniente: "No voy a reclamarte sacrificios, pues siempre
están ante mí tus holocaustos. R/.
¿Por
qué citas mis preceptos y hablas a toda hora de mi pacto, tú que
detestas la obediencia y echas en saco roto mis mandatos? R/.
Te
pones a insultar a tu hermano y deshonras al hijo de tu madre. Tú haces
esto, ¿y yo tengo que callarme? ¿Crees acaso que yo soy como tú? No, yo
te reprenderé y te echaré en cara tus pecados". R/.
ACLAMACIÓN Jn 14, 6
R/. Aleluya, aleluya.
Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie va al Padre, si no es por mí, dice el Señor. R/.
¿Por qué esta gente busca una señal?
Del santo Evangelio según san Marcos: 8, 11-13
En
aquel tiempo, se acercaron a Jesús los fariseos y se pusieron a
discutir con él, y para ponerlo a prueba, le pedían una señal del cielo.
Jesús suspiró profundamente y dijo: "¿Por qué esta gente busca una
señal? Les aseguro que a esta gente no se le dará ninguna señal".
Entonces los dejó, se embarcó de nuevo y se fue a la otra orilla.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te
rogamos, Señor, que santifiques estos dones y coja, en tu bondad,
nuestra humilde ofrenda para que nuestros cuerpos se conviertan en
oblación viva, santa y agradable a ti y nos concedas servirte, no según
la antigua condición del hombre, sino en novedad de vida según tu
Espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Lc 4, 18-19
El
Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar a los
pobres la buena nueva, para proclamar el año de gracia del Señor y el
día de la redención.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
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Caín y Abel, triste episodio, el de le envidia de Caín. Por estar desconectado de Dios, se deshumaniza. Es toda una catequesis que explica lo destructivo del pecado de los celos, de le envidia especialmente cuando no se sabe valorar al ser humano. Es una sensación de estrechez. No le basta ningún espacio, ninguna ganancia. Los perores asesinos están fuera de sí, están tan insatisfechos que no caben, ni están satisfechos. Se expanden más allá de sus posibilidades. Esto lleva al punto de que necesitan ser los únicos, los insustituibles. Entran en un proceso de exterminar a todo lo que está en su espacio. Los grandes soberbios, como Alejandro Magno, Napoleón, Hitler y otros de éste tiempo son seres insaciables. Pero el ser humano está hecho para el infinito, Dios. No para otra cosa.
Hoy como ayer, pedimos signos y señales del cielo para creer en Dios. Desde siempre se ha asimilado a Dios con el poder, con lo mágico y con los portentos. No estamos diciendo que Dios no tenga poder. La señal del cielo está en la tierra, en Jesucristo, Dios con nosotros, cercano. Además Cristo está dentro de nosotros mismos, dentro de nuestra propia historia, en el recorrido de nuestros acontecimientos, en el cada día.
Lo que el Evangelio a través de Jesús, presenta es que la lógica de Dios es muy diferente, porque la gloria de Dios está en la manifestación plena de Jesús Crucificado. Es en el Cristo colgado en la Cruz, donde Dios muestra su potencia y su gloria. En la vida cristiana nos da miedo hablar de la debilidad de Dios manifestada en Jesús de Nazaret, el Crucificado. Estamos invitados a reafirmar nuestra espiritualidad desde la idea de Dios que Jesús de Nazaret nos reveló. Hemos de vivir experimentando a Dios como Jesús lo experimentó: en la simplicidad, en la normalidad, en la impotencia. Jesús se resistió a dar señales portentosas de Dios. Lo manifestó como un Dios sencillo.
Estos le piden a Jesús una señal. Él no se presta para esto. La fe no es un espectáculo. Cristo se da media vuelta ante los que lo desafían, no como acto soberbio, sino como invitación al conocimiento de sí mismo, a quedarse sin lo espectacular, y los fariseos se quedan solos consigo mismos, con sus propias realidades de etnocentrismo, teocentrismo, egocentrismos y todos los centrismos que destruyen la comunión con Dios y con los hombres.
Ciudad Redonda
Julio Corredor