LECTURAS DEL SÁBADO IV DEL T. ORDINARIO 4 DE FEBRERO SANTA ÁGUEDA VIRGEN Y MÁRTIR (ROJO)
"Vengan conmigo a un lugar solitario, para que descansen un poco".
ANTÍFONA DE ENTRADA
Ya sigue al Cordero crucificado por nosotros, la virgen llena de valor, ofrenda de pudor y víctima de castidad.
ORACIÓN COLECTA
Te
rogamos, Señor, que la santa virgen y mártir Águeda implore para
nosotros tu misericordia, ya que fue siempre grata, tanto por la
fortaleza de su martirio como por el mérito de su virginidad. Por
nuestro Señor Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
Que el Dios de la paz, que resucitó al pastor eterno de las ovejas, los enriquezca con toda clase de dones.
De la carta a los hebreos: 13, 15-17. 20-21
Hermanos:
Ofrezcamos continuamente a Dios, por medio de Jesucristo, el sacrificio
de alabanza, es decir el homenaje de los labios que bendicen su nombre.
No
se olviden nunca de practicar la generosidad y de compartir con los
demás los bienes de ustedes, porque estos son los sacrificios que
agradan a Dios. Obedezcan con docilidad a sus pastores, pues ellos se
desvelan por ustedes, sabiendo que tienen que rendir cuentas a Dios. Así
podrán ellos trabajar con alegría y sin quejarse, pues lo contrario no
sería para ustedes de ningún provecho.
Que
el Dios de la paz, el que, mediante la sangre de una alianza eterna,
resucitó de entre los muertos al pastor eterno de las ovejas,
Jesucristo, nuestro Señor, los enriquezca a ustedes con toda clase de
dones para cumplir su voluntad y haga en ustedes todo lo que es de su
agrado, por medio de Jesucristo, a quien sea dada la gloria por los
siglos de los siglos. Amén.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 22
R/. El Señor es mi pastor, nada me faltará.
El
Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace reposar y
hacia fuentes tranquilas me conduce, para reparar mis fuerzas. R/.
Por
ser un Dios fiel a sus promesas, me guía por el sendero recto; así,
aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú estás conmigo.
Tu vara y tu cayado me dan seguridad. R/.
Tú
mismo me preparas la mesa, a despecho de mis adversarios; me unges la
cabeza con perfume y llenas mi copa hasta los bordes. R/.
Tu bondad y tu misericordia me acompañarán todos los días de mi vida, y viviré en la casa del Señor por años sin término. R/.
ACLAMACIÓN Jn 10, 27
R/. Aleluya, aleluya.
Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me siguen. R/.
Andaban como ovejas sin pastor.
Del santo Evangelio según san Marcos: 6, 30-34
En
aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le
contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Entonces él les dijo:
"Vengan conmigo a un lugar solitario, para que descansen un poco".
Porque eran tantos los que iban y venían, que no les dejaban tiempo ni
para comer.
Jesús
y sus apóstoles se dirigieron en una barca hacia un lugar apartado y
tranquilo. La gente los vio irse y los reconoció; entonces de todos los
poblados fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron.
Cuando
Jesús desembarcó, vio una numerosa multitud que lo estaba esperando y
se compadeció de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso
a enseñarles muchas cosas.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te
pedimos, Señor, que los dones que te presentamos en la celebración de
santa Águeda, por tu gracia, te sean agradables, así como te fue grato
el combate de su martirio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Ap 7, 17
El Cordero, que está en el trono, los conducirá a las fuentes del agua de la vida.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
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Sábado de la cuarta semana del tiempo ordinario
“Al desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma”. (Mc 6,30-34)
Jesús no vive mirando al cielo sino con los ojos bien puestos en la tierra. Por eso, no se le pasa nada, lo observa todo.
Y las cosas le afectan.
Y le duelen.
“Sintió lástima porque andaban como ovejas sin pastor”.
Jesús es de los que ve a Dios no en el cielo, sino que lo ve mirando a la gente.
La gente, sobre todo la que sufre, es para Él como el espejo donde contempla el rostro del Padre.
Y cuando se trata de atender a las necesidades de la gente, a Jesús no le importa:
Retrasar la comida.
Que se le enfríe la sopa.
O que incluso deje de almorzar ese día.
No es suficiente dar cosas a la gente.
Aunque también la gente necesita le demos cosas.
Nunca daremos nada mejor que cuando:
Nos damos a nosotros mismos.
Y una de las maneras de darnos a nosotros mismos, es olvidarnos de nosotros y dar y regalar nuestro tiempo.
Cuando demostramos que la gente no nos estorba.
Que la presencia de la gente no nos molesta.
Y la atendemos con “calma” y sin “prisas”.
¡Qué importante es que cuando alguien nos busca dejemos de mirar el reloj!
Porque cuando estamos con alguien y miramos al reloj le estamos diciendo que “bueno, ya es hora, vete, que tengo otra cosa que hacer”.
Importante hacerle ver que es más importante que nuestro tiempo.
Personalmente me hace sentir mal cuando alguien me dice: “disculpe el tiempo que le he quitado”.
Mi respuesta suele ser siempre la misma: “No me has quitado tiempo alguno, al contrario has dado sentido a mi tiempo”.
Porque el tiempo que regalamos a los demás:
Es el mejor tiempo para uno mismo y para aquel a quien se lo dedicamos.
El tiempo más valioso para Jesús era el tiempo que dedicaba:
A escuchar a los demás.
A hablar a los demás.
A hablar con los demás.
En nuestras vidas hay demasiado tiempo perdido.
Decimos que “el tiempo es oro”.
Porque dedicamos nuestro tiempo a trabajar y ganar dinero, que también es necesario.
Pero mejor sería decir “el tiempo es vida”.
Porque el tiempo que dedicamos a los niños es vida.
Porque el tiempo que nos dedicamos como pareja es vida.
Porque el tiempo que dedicamos a escuchar a los demás es vida.
Porque el tiempo que dedicamos a hablar con los demás es vida.
Porque el tiempo que dedicamos a estar con los demás es vida.
Y tampoco debemos olvidar que el tiempo que dedicamos a estar con nosotros también es vida.
Y el tiempo que dedicamos a escucharnos a nosotros es vida.
Y el tiempo que dedicamos a escuchar a Dios y hablar con Dios es vida.
Pero todo con calma.
Las prisas matan nuestro tiempo.
Las prisas hacen pesado el tiempo.
Las prisas pueden hacer inútil nuestro tiempo.
Por eso Jesús “se puso a enseñares con calma”, sin prisas.
¿Y dónde le quedó el almuerzo?
De seguro que ya estaba frío.
Lo recalentaría para la cena.
juan jaugueri