LECTURAS DEL SÁBADO DÍA VII DE LA OCTAVA DE NAVIDAD 31 DE DICIEMBRE (BLANCO)
Y aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Is 9, 5
Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado; lleva sobre sus hombros el imperio y su nombre será Ángel del gran consejo.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios
todopoderoso y eterno, que aceptaste que en el nacimiento de tu Hijo
halle su principio y perfección la virtud que nos une a ti, concédenos
que seamos contados entre los escogidos de aquel en quien está la
plenitud de toda salvación humana. Él, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
O bien de la conmemoración del santo:
Ayuda,
Señor, a tu pueblo, que confía en la intercesión del Papa san
Silvestre, para que la vida presente transcurra bajo tu guía, y
merezcamos alcanzar felizmente la eterna. Por nuestro Señor Jesucristo,
tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es
Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Han recibido ustedes la unción del Espíritu Santo.
De la primera carta del apóstol san Juan 2, 18-21:
Hijos
míos: Ésta es la última hora. Han oído ustedes que iba a venir el
anticristo; pues bien, muchos anti-cristos han aparecido ya, por lo cual
nos damos cuenta de que es la última hora.
De
entre ustedes salieron, pero no eran de los nuestros; pues si hubieran
sido de los nuestros, habrían permanecido con nosotros. Pero sucedió así
para que se pusiera de manifiesto que ninguno de ellos es de los
nuestros.
Por
lo que a ustedes toca, han recibido la unción del Espíritu Santo y
tienen así el verdadero conocimiento. Les he escrito, no porque ignoren
la verdad, sino porque la conocen y porque ninguna mentira viene de la
verdad.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 95
R/. Alégrense los cielos y la tierra.
Cantemos
al Señor un nuevo canto, que le cante al Señor toda la tierra; cantemos
al Señor y bendigámoslo, proclamemos su amor día tras día. R/.
Alégrense
los cielos y la tierra, retumbe el mar y el mundo submarino. Salten de
gozo el campo y cuanto encierra, manifiesten los bosques regocijo. R/.
Regocíjese
todo ante el Señor, porque ya viene a gobernar el orbe. Justicia y
rectitud serán las normas con las que rija a todas las naciones. R/.
ACLAMACIÓN Jn 1, 14. 12
R/. Aleluya, aleluya.
Aquel
que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros. A todos los
que lo recibieron les concedió poder llegar a ser hijos de Dios. R/.
Aquel que es la Palabra se hizo hombre.
Del santo Evangelio según san Juan 1, 1-18
En
el principio ya existía aquel que es la Palabra, y aquel que es la
Palabra estaba con Dios y era Dios. Ya en el principio Él estaba con
Dios. Todas las cosas vinieron a la existencia por Él y sin Él nada
empezó de cuanto existe. Él era la vida, y la vida era la luz de los
hombres. La luz brilla en las tinieblas y las tinieblas no la
recibieron.
Hubo
un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Éste vino como
testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por
medio de él. Él no era la luz, sino testigo de la luz.
Aquel
que es la Palabra era la luz verdadera, que ilumina a todo hombre que
viene a este mundo. En el mundo estaba; el mundo había sido hecho por Él
y, sin embargo, el mundo no lo conoció.
Vino
a los suyos y los suyos no lo recibieron; pero a todos los que lo
recibieron les concedió poder llegar a ser hijos de Dios, a los que
creen en su nombre, los cuales no nacieron de la sangre, ni del deseo de
la carne, ni por voluntad del hombre, sino que nacieron de Dios. Y
aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros. Hemos
visto su gloria, gloria que le corresponde como a Unigénito del Padre,
lleno de gracia y de verdad. Juan el Bautista dio testimonio de Él,
clamando: "A éste me refería cuando dije: ‘El que viene después de mí,
tiene precedencia sobre mí, porque ya existía antes que yo’ ".
De
su plenitud hemos recibido todos gracia sobre gracia. Porque la ley fue
dada por medio de Moisés, mientras que la gracia y la verdad vinieron
por Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás. El Hijo unigénito, que
está en el seno del Padre, es quien lo ha revelado.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor
Dios, fuente de toda devoción sincera y de la paz, concédenos honrar de
tal manera tu majestad con esos dones, que, al participar en estos
santos misterios, todos quedemos unidos en un mismo sentir. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-III de Navidad.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 1 Jn 4, 9
Dios envió al mundo a su Hijo unigénito, para que vivamos por él.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor,
que tu pueblo, al que acompañas con variados auxilios, obtenga de tu
misericordia la ayuda presente y la futura, para que, mientras se afana
en procurar el necesario consuelo de las cosas pasajeras, más
confiadamente aspire a las eternas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne.
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Y nuestros ojos se llenan de lágrimas. Quizás de dolor porque aún no le hemos recibido en esta Tierra y en esta Humanidad, porque aún hay tantos que no le han acogido, porque aún nos ocultamos tantas veces en la oscuridad. Pero, sobre todo, lágrimas de alegría, esperanza y consuelo porque nuestros ojos contemplan en medio de nuestra historia y nuestras oscuridades la presencia y la gloria del Salvador: “gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad”.
Todo ha quedado traspasado de Luz. De su plenitud todos recibimos gracia tras gracia. Nos queda la tarea de abrir de par en par nuestro corazón y los corazones de todos a su Luz, su Gracia y su Verdad: por medio de Jesucristo la humanidad entera podrá llegar algún día a conocer al Padre y dejarse transformar y salvar por lafuerza del espiritu .
ciudad Redonda
Francisco Javier Goñi