LECTURAS DEL MIÉRCOLES II DE ADVIENTO 7 DE DICIEMBRE SAN AMBROSIO OBISPO Y DOCTOR DE LA IGLESIA (BLANCO)
Aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Si 15, 5
En medio de la Iglesia abrió su boca, y el Señor lo llenó del espíritu de sabiduría e inteligencia, lo revistió de gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios
nuestro, tú que hiciste del obispo san Ambrosio un insigne maestro de
la fe católica y un admirable ejemplo de fortaleza apostólica suscita en
tu Iglesia pastores según tu corazón, la guíen con firmeza y sabiduría.
Por nuestro Señor Jesucristo,…
LITURGIA DE LA PALABRA
El Señor da vigor al fatigado.
"¿Con
quién me van a comparar, que pueda igualarse a mí?", dice el Dios de
Israel. Alcen los ojos a lo alto y díganme quién ha creado todos
aquellos astros. Él es quien cuenta y despliega su ejército de estrellas
y a cada una la llama por su nombre; tanta es su omnipotencia y tan
grande su vigor, que ninguna de ellas desoye su llamado.
¿Por
qué dices tú, Jacob, y lo repites tú, Israel: "Mi suerte se le oculta
al Señor y mi causa no le preocupa a mi Dios"? ¿Es que no lo has oído?
Desde siempre el Señor es Dios, creador aun de los últimos rincones de
la tierra. Él no se cansa ni se fatiga y su inteligencia es insondable.
Él
da vigor al fatigado y al que no tiene fuerzas, energía. Hasta los
jóvenes se cansan y se rinden, los más valientes tropiezan y caen; pero
aquellos que ponen su esperanza en el Señor, renuevan sus fuerzas; les
nacen alas como de águila, corren y no se cansan, caminan y no se
fatigan.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 102
R/. Bendice al Señor, alma mía.
Bendice
al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga su santo nombre. Bendice al
Señor, alma mía, y no te olvides de sus beneficios. R/.
Él perdona tus pecados y cura tus enfermedades; él rescata tu vida del sepulcro y te colma de amor y de ternura. R/.
El
Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso
para perdonar. No nos trata como merecen nuestras culpas, ni nos paga
según nuestros pecados. R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Ya viene el Señor para salvar a su pueblo. Dichosos los que estén preparados para salir a su encuentro. R/.
Vengan a mí, todos los que están fatigados.
Del santo Evangelio según san Mateo: 11, 28-30
En
aquel tiempo, Jesús dijo: "Vengan a mí, todos los que están fatigados y
agobiados por la carga, y yo les daré alivio. Tomen mi yugo sobre
ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y
encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga, ligera".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al
celebrar estos divinos misterios, te suplicamos, Señor, que el Espíritu
Santo derrame sobre nosotros la luz de la fe que iluminó a san Ambrosio
para propagar tu gloria sin descanso. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 1, 2. 3
El que día y noche medita la ley del Señor, al debido tiempo dará su fruto.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
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¿De qué estás cansado/a? ¿Del ritmo de vida que llevas? ¿De esa relación personal que no termina de arreglarse? ¿De la falta de comprensión que los demás tienen hacia ti? ¿De las estructuras injustas sociales que te impiden realizarte y oprimen a muchos? ¿De que las cosas no salen como quisieras? ¿De que no te hacen caso? ¿Cansado de vivir? ¿De qué estás cansado? Piénsalo y exprésalo con sinceridad, sin autoengaños ni censuras. Escúchate y desahógate con el Señor en la oración de hoy, porque el Señor, a través de su Palabra, te hace una invitación muy concreta: ¡ven y descansa!
Por un lado, el personaje de esta segunda semana de Adviento, el profeta Isaías, nos dice: “… Él da fuerza al cansado, acrecienta el vigor del inválido; se cansan los muchachos, se fatigan, los jóvenes tropiezan y vacilan; pero los que esperan en el Señor renuevan sus fuerzas, echan alas como las águilas, corren sin cansarse, marchan sin fatigarse”. Y el Evangelio refuerza esta invitación con el imperativo que Mateo pone en boca de Jesús: “Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré”.
Está muy claro, la invitación es que hoy encuentres algún momento de paz, en medio de tus rutinas diarias, para orar descansando; para abrir tu corazón a Jesús y enseñarle todos tus cansancios existenciales que no te dejan vivir, que te restan energías y te quitan alegría. Para dejar que la fuerza de la Gracia que nos llega a través del Espíritu Santo, reponga tus fuerzas, toque tus heridas, alivie tus cargas. Déjate querer por el Señor, descansa en Él, para un poco. Sin prisas, sin correr, sin ansiedad. Su acción es lenta, pero segura, reparadora. Sólo hay que dejarse hacer, ponte a tiro.
No sé si San Ambrosio encontró espacios para descansar en el Señor, seguro que sí, pues una vida tan activa y con tanta intensidad no es posible vivirla sin pequeños oasis de paz que repongan las fuerzas. Que este obispo y pastoralista que supo ganarse el corazón de su pueblo ygran estudioso y defensor
de la fe interceda por nosotros ...
Juan Lozano , cmf
Ciudad Redonda