LECTURAS DEL MIÉRCOLES XXXII DEL T. ORDINARIO 9 DE NOVIEMBRE DEDICACIÓN DE LA BASÍLICA DE SAN JUAN DE LETRÁN (BLANCO)
"Destruyan este templo y en tres días lo reconstruiré"
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Ap 21, 3
Ésta es la morada de Dios con los hombres; vivirá con ellos como su Dios, y ellos serán su Pueblo.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor
Dios, que te has dignado llamar esposa a tu iglesia, concede que el
pueblo consagrado a tu nombre te respete, te amé, te siga, y, guiado por
ti, alcance el cielo que le tienes prometido. Por nuestro Señor
Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
Ustedes son el templo de Dios
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 3, 9-11.16-17
Hermanos:
Ustedes son la casa que Dios edifica. Yo, por mi parte, correspondiendo
al don que Dios me ha concedido, como un buen arquitecto, he puesto los
cimientos; pero es otro quien construye sobre ellos. Que cada uno se
fije cómo va construyendo. Desde luego el único cimiento válido es
Jesucristo y nadie puede poner otro distinto.
¿No
saben acaso ustedes que son el templo de Dios y que el Espíritu de Dios
habita en ustedes? Quien destruye el templo de Dios, será destruido por
Dios, porque el templo de Dios es santo y ustedes son ese templo.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 45
R/. Un río alegra a la ciudad de Dios.
Dios
es nuestro refugio y nuestra fuerza, quien en todo peligro nos socorre.
Por eso no tememos, aunque tiemble, y aunque al fondo del mar caigan
los montes. R/.
Un
río alegra a la ciudad de Dios, su morada el Altísimo hace santa.
Teniendo a Dios, Jerusalén no teme, porque Dios la protege desde el
alba. R/.
Con
nosotros está Dios, el Señor; es el Dios de Israel nuestra defensa.
Vengan a ver las cosas sorprendentes que ha hecho el Señor sobre la
tierra. R/.
ACLAMACIÓN 2 Cro 7, 16
R/. Aleluya, aleluya.
He elegido y santificado este lugar, dice el Señor, para que siempre habite ahí mi nombre. R/.
Jesús hablaba del templo de su cuerpo.
Del santo Evangelio según san Juan: 2, 13-22
Cuando
se acercaba la Pascua de los judíos, Jesús llegó a Jerusalén y encontró
en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los
cambistas con sus mesas. Entonces hizo un látigo de cordeles y los echó
del templo, con todo y sus ovejas y bueyes; a los cambistas les volcó
las mesas y les tiró al suelo las monedas; y a los que vendían palomas
les dijo: "Quiten todo de aquí y no conviertan en un mercado la casa de
mi Padre".
En ese momento, sus discípulos se acordaron de lo que estaba escrito: El celo de tu casa me devora.
Después
intervinieron los judíos para preguntarle: "¿Qué señal nos das de que
tienes autoridad para actuar así?". Jesús les respondió: "Destruyan este
templo y en tres días lo reconstruiré". Replicaron los judíos:
"Cuarenta y seis años se ha llevado la construcción del templo, ¿y tú lo
vas a levantar en tres días?". Pero él hablaba del templo de su cuerpo.
Por eso, cuando resucitó Jesús de entre los muertos, se acordaron sus
discípulos de que había dicho aquello y creyeron en la Escritura y en
las palabras que Jesús había dicho.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe,
Señor, los dones que te presentamos y concédenos que podamos obtener en
este lugar el fruto de tus sacramentos y el cumplimiento de nuestro
deseos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
El misterio de la Iglesia, esposa de Cristo y templo del Espíritu Santo.
En
verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias
siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno. Porque en toda casa consagrada a la oración te has dignado
quedarte con nosotros para hacernos, tú mismo, templos del Espíritu
Santo, que brillen, sostenidos por tu gracia, con el esplendor de una
vida santa. Y porque con tu acción constante, santificas a la Iglesia,
esposa de Cristo, simbolizada por estos edificios materiales, a fin de
que, llena de gozo por la multitud de sus hijos, sea presentada a ti en
la gloria del cielo. Por eso, con todos los ángeles y los santos, te
alabamos proclamando sin cesar: Santo, Santo, Santo…
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. 1 P 2, 5
Ustedes también son piedras vivas, que van entrando en la edificación del templo espiritual, para formar un sacerdocio santo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor
Dios, que has querido darnos en tu Iglesia un signo visible de la
Jerusalén del cielo, concédenos que, mediante la participación en este
sacramento, nos transformes en templo de tu gracia y nos concedas entrar
en la morada de tu gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne.
https://www.facebook.com/snfranciscoxavier.comunidadcatolica
Es que Jesús nos quiere atléticos, dispuestos a llevar a todos su mensaje. Iglesia en salida, dice el Papa Francisco. Es verdad que el templo es necesario. En todas las religiones hay lugares santos. Sitios donde es más fácil sentir la presencia de Dios, porque se intuye que hay Alguien más grande que nosotros. Hablamos de los santos a menudo. No siempre hablamos de los lugares santos, y por eso la Liturgia nos da pie para ello.
A algunas personas el templo les queda muy cerca. A otros, sin embargo les queda muy lejos. En Rusia, las distancias son muy grandes. A veces, hay que viajar más de hora y media para llegar a la iglesia. Demos gracias a Dios si nos queda cerca, y aprovechemos el tiempo de camino, preparándonos para la celebración, si nos queda lejos.
Hoy san Pablo nos da muchas claves para la vida. “Mire cada uno cómo construye. Nadie puede poner otro cimiento fuera del ya puesto, que es Jesucristo.” En el templo afianzamos nuestros cimientos. Reforzamos lo que sabemos, recordamos lo que aprendimos y juntos en comunidad avanzamos.
Recordar la consagración de un templo nos permite pensar que la fe no se limita a las paredes de la iglesia. No podemos ser creyentes los domingos, de 12.00 a 12.45 o 13.00. Todo lo vivido allí debe movernos en nuestra vida diaria.
San Agustín recomienda: "Cuando recordemos la consagración de un templo, pensemos en aquello que dijo San Pablo: “Cada uno de nosotros somos un templo del Espíritu Santo”. Ojalá conservemos nuestra alma bella y limpia, como le agrada a Dios que sean sus templos santos. Así vivirá contento el Espíritu Santo en nuestra alma". Y así podremos ser piedras vivas, queagrandan el Reino alli donde estamos .